Las dos partes de alguna forma habíamos ganado, él había recibido el castigo que merecía y además la comunicación con Rosita, y nosotros recibiríamos la multa que de alguna forma él nos otorgaría. Era un día soleado y además el viento iba de un lado para otro. Salimos del juzgado y mis padres estaban agradeciendo a la gente de la iglesia por venir, mi hermana cuidaba a mi hermano mientras él jugaba con algunos niños que habían ido.
- Podría dejar de comer tanto. – Dijo imitando mi voz.
- Lo siento, no fue mi intención hacerlo.
- No te preocupes, mi papá tuvo la culpa. En un momento llegue a pensar que si estaba defendiendo al hombre.
- Pensé lo mismo.
La señora y el señor Carvajal se acercaron a nosotros despidiéndose, y después de hacerlo fui a ver a mis hermanos.
- ¿Elena? – Dije para atraer su atención.
- Mande. –Dijo mi hermana cuando volteo.
- Está todo bien, no te preocupes, no fue tu culpa, además te salvaste de cambiar las vendas ese día. – Y le sonreí.
- Lo hice a propósito, era parte del plan. – Guiño el ojo.
- No sí, un plan.
- Oye, si deberías ser abogado eh.
- ¿Lo dices por lo de hace rato? – Asintió – Me tomo por sorpresa, la verdad no sabía que Rosita era su hija.
- ¿La conoces bien? – Pregunto.
- Si, cuando estuve en reposo en el hospital la conocí.
Mis padres terminaron de despedirse de los asistentes y fuimos a la casa, llegamos y cenamos, café para mis padres y mi hermana, para Ian y yo un batido de chocolate. Al terminar fui a mi cuarto y revise algunas cosas en mi computadora.
Sábado, otro día soleado que por suerte tenía viento en él. Eran la 1 de la tarde cuando me levante, decidí darme un baño, porque iba ir a visitar a Rosita, al salir del baño coloque una toalla alrededor de mi cintura, estaba a punto de quitármela cuando escuche una voz.
- No sabía que tenías buen cuerpo Nate.
- ¡Caro! – Dije al voltear a verla. - ¿Qué haces en mi cuarto?
- Resulta que somos vecinos, o algo así. – Sonrió. – Vivo dos calles abajo y pasaba por esta calle y vi la camioneta y me pregunte si vivías aquí, tu madre me recibió y me dejo en la sala porque tenía que irse, luego tú hermano bajo y me trajo a este cuarto, la verdad no sabía que te estabas bañando. – Dijo con algo de nerviosismo.
- ¿Ibas a hacer algo? – Le pregunte.
- Eh no, iba a ver algo de la comida para el sábado pero no tenía prisa.
- Si quieres te acompaño.
- Me parece.
Y nos quedamos mirando por 5 segundos, ella estaba en mi cuarto y yo estaba en él, pero con una toalla cubriendo parte de mi cuerpo desnudo.
- Eh. – Le sonreí.
- A, si claro, te espero abajo.
- Con cuidado. – Me reí.
Quién lo diría, la chica que me gusta en mi cuarto y viéndome casi desnudo. Hoy decidí ponerme unos shorts rosas, zapatillas deportivas blancas y una playera blanca con estampado. Baje a la sala de mi casa y me encontré con una mujer que traía un vestido blanco y unas botas negras.
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Ángeles Humanos
AcakNate, un chico de 17 años cuya vida esta por cambiar. Se cree que desde hace cientos de años ellos han estado entre nosotros, siendo humanos comunes viviendo una vida no tan normal. Su tarea: cuidar a los humanos. Han pasado ya 6 generaciones. La...