(No lo puedo creer... Se fue)

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  Capitulo 9.

 "Bulma"

  -Vamos a trabajar, ¿que no puedes cargar un par de cajas princesita?-Escuche una voz ronca a mis espaldas, mis manos temblaban al tratar de sostener esa caja que pesaba casi el doble de mi peso, mi rostro estaba casi empapado de sudor.

-Claro que puedo, solamente estoy tratando de acomodarme en una mejor posición.-Le conteste al hombre, con la voz algo agitada. No quería que se diera cuenta que si me costaba trabajo cargar la caja.

-Pues, por lo que puedo ver estas teniendo problemas con esa caja.-Hablo con algo de burla en su voz. Sentí una patada en mi parte trasera, haciendo que cayera al suelo y tirara la docena de botellas de vidrio en el suelo, pude sentir un gran dolor en mis brazos, mi vista se quedo fija en mis brazos al ver que sangre brotaba en ellas.-será mejor que lo limpies, y de una vez te digo que eso se descontara de tu sueldo.-se alejó, mientras reía con algo de malicia. Di un largo suspiro, quería decirle y defenderme de sus agresiones, pero no podía hacerlo, si lo hacia tal vez perdería el empleo que tanto me costó conseguir.
.
Entre rápidamente al los baños, asotando fuertemente la puerta, y poniéndole seguro, no quería que nadie viera esta asquerosidad. Me dirigí al lavabo, mis brazos y mis manos temblaron un poco al sentir como el agua entraba por las recientes heridas. Hice un leve gesto de dolor, aunque las heridas fueran pequeñas, los pedazos de vidrio incrustado hacia que el ardor se hiciera inminente. La sangre poco a poco se fue mezclando con el agua. Me aleje del lavabo una vez que me di cuenta que la hemorragia había parado. Me quede unos momentos admirando cada pequeña cortada, algunas eran algo profundas, que hasta podría jurar que la mitad de mi dedo meñique cabría.

-¿como fue que llegue a este maldito lugar?-me pregunte a mi misma, en una voz baja.-¿como puedo permitir que ese sujeto me trate de esa manera?.-mi voz se volvió algo amarga, estaba enojada, quería romper todo lo que estuviera al frente mío, pero intentaba controlar mis impulsos, empece a sacar una foto que tenía en el bosilsillo de mi uniforme, en la foto se podía apreciar a una bebe, piel blanca, ojos azules al igual de su pequeño pelo, era mi princesita bra, cuando apenas tenía unos meses de nacida, sonreí un poco al verla.-Tu eres la única que me da fuerzas para seguir con esto.-me dije en un tono dulce, tocando la foto con delicadeza y guardándola nuevamente en mi bolsillo. Camine en pasos lentos hacia la puerta del baño, di un largo suspiro, quería armarme con un poco de valor antes de salir del baño. Una vez que me tranquilice, salí de aquel lugar para limpiar aquel tiradero de hace ratos.

(...)

pasaron horas, en total podría decirse que 9 horas eran los que había pasado encerrada en ese maldito trabajo, al fin había salido y me encontraba caminando hacia la escuela de bra. Pero mi mente no estaba no se encontraba enfocada del todo en el camino, más bien divagaba sobre los recientes acontecimientos de estos últimos días. No tenía ni 4 días de haber empezado ese empleo, y ya sufría de ciertos abusos contra mi jefe que siempre trata de humillarme cada vez que tiene la oportunidad. Sabe quien era hace 5 años, "la niña mimada y millonaria, la gran bulma brief, que pena que ahora te dediques como empacadora en esta estúpida fábrica". Son las palabras que siempre me repite cuando trabajo. Ya no lo soporto, si tuviera la oportunidad lo golpearía y saldría de ese maldito lugar, pero no puedo, ¿donde conseguiré otro empleo, que este dispuesto a contratarme sin tener papeles?, ninguno. No me importa si recibo humillaciones por parte de mi jefe, todo habrá valido la pena por darle un mejor futuro a mi hija.

Mi mente nuevamente se enfocó en la realidad, al ver el gran portón de la escuela, varias madres de familia se encontraban casi pegadas como moscas en el portón en espera de sus hijos. Sonreí un tanto aliviada al ver desde una distancia favorable que empezaban a formar a los niños para que los dejarán salir. Después de varias horas de estrés, vería nuevamente a mi pequeña. Acomode bien las mangas de mi suéter, no quería que mi hija notara mis recientes heridas. Después de varios minutos al fin se abrió el portón de la escuela, cada niño salía conforme a su grado,se podía escuchar las risas y los gritos de alegría de los niños al ver a sus madres que se encontraban con los brazos extendidos para recibir a sus pequeños. Mientras tanto, yo me encontraba buscando a mi princesa con la mirada, hasta que al fin la vi, mi pequeña, mi razón de ser y la razón por la cual cada sacrificio que hago hace que valga la pena. No pude evitar gritar de emoción al ver que mi pequeña poco a poco se acercaba a mi.

-¡Bra!, ¡estoy aquí!.-Le grite a bra con total alegría en mi voz. Ella me miro sonriendo, y corrió hacia mi cayendo sobre mis brazos extendidos. No pude evitar darle un par de vueltas mientras la cargaba.

El tesoro de mi vida [Vegeta Y Bulma]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora