( La Cena )

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  Capitulo 11. 

  "Vegeta"

Bra no paraba de brincar de un lado a otro, se le podía notar contenta y llena de felicidad, era obvio de que estuviera así acabábamos de volver de aquel recital que había tenido bra, era la primera vez que la veía bailar cosa que a ella le alegro demasiado. Hasta podría jurar que intentaba contener sus lágrimas sobre el escenario de la escuela. Esa niña tiene muchísimo talento, debo admitirlo.

-Vamos bra, deja de brincar, te puedes caer.-Hablo Bulma preocupada. Hace unos momentos casi se resbalaba del sofá, y aún asi eso no le fue de impedimento para que siguiera brincando.

-Es que no puedo evitarlo, mi padre me vio bailar.-hablaba entre pausas mientras brincaba.-Estoy muy feliz por eso.-bajó de un brinco del pequeño sofá y se acerco a mi, con una gran sonrisa.-¿te gusto verme bailar?.-Pregunto un tanto emocionada, mientras entrelazaba sus manitas en busca de mi respuesta. 

-Claro que me encanto, de todas la, que más destaco fuiste tu.-le conteste en un tono dulce. Ella solamente se río y luego me abrazo.

-Será mejor que me cambie, en un instante vuelvo.-Se fue corriendo hacia el cuarto. Un tanto emocionada. Más me extrañaba un poco la actitud de bulma, casi la mitad de la tarde la pude notar estresada pero por más extraño que suene, también con algo de miedo. Ella no es así.

-Gracias por a ver ido al recitar de bra, aún sabiendo el riesgo de que te reconocieran.-me dijo Bulma agradecida. 

-No tienes porque agradecer, es mi hija de todos modos.-Le conteste a lo que ella solamente sonrió un poco. 

-Esta bien vegeta, iré hacer algunas cosas, puedes esperar a bra en el sofá.-empezó a dar un par de pasos hacia la cocina. Más yo la detuve al hablarle. Quería saber el porque de su estrés.

-Bulma, te noto estresada. Y eso me preocupa, algo tienes desde hace varios días atrás.-Le digo a lo que ella solamente agacha un poco la cabeza, y sus manos se vuelven puños en ese instante.

-Prefiero no hablar de eso vegeta, es algo que a ti no te interesa saber.-me dijo de mala manera, y se dirigió en la cocina. Me senté un tanto enfadado en el sofá por la manera en la cual me había hablado, y a los pocos minutos que me había sentado sentí como unas pequeñas manos me tapaban los ojos. 

-¿Eso dolió, verdad?.-Pregunto de una manera sarcástica, haciendo que mi frente se frunciera un poco.

-¿A que te refieres mocosa?.-Le pregunte un tanto confundido.

-Ya sabes, de la manera la cual te trato mama. Desde hace días esta de ese modo, y debo admitirlo. A mi igual me preocupa mama.-Quito sus manos de mis ojos, y se sentó aún lado de mi. 

-Y, ¿que quieres que yo haga?, no la puedo ayudar si ella no me dice lo que le pasa.-mencione algo molesto, a lo que ella solamente me miro. En el fondo ella sabía que tenía razón en lo que le dice.

-Tienes razón, a mi tampoco me quiere decir el porque, más aveces pienso que se debe al trabajo.-Dijo algo pensativa, su mano se encontraba en su barbilla.-¡Pero ay algo que puedes hacer!.-Hablo algo emocionada. Yo arquee una ceja ante lo que dijo.-¿Porque no la invitas a comer?, tal ves la alegres un poco.-Salte un poco por la impresión al escuchar la idea de bra. Era buena idea, pero no puedo pedirle eso. 

-Buena suerte tratando a que eso pase, conozco a tu madre. Lo más probable es que me diga que no.-Reí sarcástico ante su idea. Ella me miro un tanto molesta.

-Si tu no le dices no me quedara de otra opción más que decirle yo misma.-se bajó del sofá, y empezó a caminar hacia la cocina. Rápidamente me pare al ver que estaba apunto de pasar, y la sostuve del brazo impidiéndole el paso. 

El tesoro de mi vida [Vegeta Y Bulma]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora