El tesoro de mi vida [Vegeta Y Bulma]

( Renuncio )

Capitulo 16.
"Bulma"
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Seco mi cabello rápido mientras me visto al igual que bra. Ambas nos preparamos, yo para ir al trabajo, y ella para ir a la escuela. Aunque todo este día la he visto actuar algo extraña, todo el día a estado algo callada y sería, algo muy raro en ella ya que por lo normal ahorita estuviera hablándome o tratar de molestarme un poco, pero nada, simplemente no me ha dicho nada. Comienza a preocuparme un poco, espero y no se allá enfermado.

-Bra ¿Estas bien?.-Le pregunto a mi hija mientras me acerco.

-Mmm, si supongo.-Me contesto algo fría, sin despegar una pequeña revista que tenía en su mano.

Me acerco un poco más a ella, y pude notar el rostro de vegeta en primera plana. Ahora lo entiendo todo, hoy se llevará a cabo la boda. Suspiro ondo, pues por un momento se me había olvidado. Más, no puedo dejar que mi hija se valla triste a la escuela por eso, tengo que animarla.

-Hija, ya habíamos hablado antes sobre tu padre.-Le digo tomando la revista que ella traía.-Te aseguro que dentro de pocos días lo volveremos a ver.-Dije sonriéndole un poco.

-No lo se mama. Esa cita que planee para ustedes no salió como esperaba.-Me dijo agachando su cabeza.

-Y... ¿Qué esperabas?.-Le pregunto con una sonrisa falsa al recordar aquella noche.

-Que ambos volvieran juntos, y que papa al menos recapacitara un poco... Que se quedara con nosotras y no con esa mujer.-Su voz se volvió amarga, y empuño sus puños con coraje, haciendo que mi corazón se estremeciera un poco.

-Princesa.-suspiro un poco mientras le toco su mejilla.-pronto todo esto acabara, y pronto volveremos a ver a tu papa. No te puedo asegurar que sus visitas serán frecuentes, pero si te puedo asegurar que el las cosas entre tu y tu padre serán igual.-Le dije en un intento de tranquilizarla.

-¿Estas segura?.-Me pregunto mientras plasmaba sus ojos azules con los míos.

-Claro que si estoy.-Le dije bajándola al suelo.-Será mejor que ya nos vallamos, ya es algo tarde.-Acaricie un poco su pelo azul.

-Mama, espera.-Me toco el tobillo.

-Dime.-

-¿Que pasaría si papa decide no casarse, o pasa algo?.-Me pregunto. A decir verdad no había pensado en esa posibilidad.-

-No lo se, tal vez vuelva por nosotras, pero no estoy tan segura de eso.-Le Decia mientras la miraba.

Por unos momentos mi pequeña de quedo observando el suelo un tanto pensativa, más a los pocos segundos esta mostró una pequeña sonrisa.

-Esta bien mami, y ya es hora que irnos.-Me dijo algo emocionada jalándome del brazo.

(...)

Acomodo las cajas en orden, son algo pesadas, pero eso es lo de menos, al menos la música hace que mi mente no se concentre mucho en lo pesado de las cajas. Todo iba bien, o demasiado bien, no fue hasta que sentí que alguien me miraba, no tarde mucho en deducir de quien se trabaja. Era el bastardo de mi jefe, otra vez vino a molestarme.

-Vamos preciosa, mueve ese lindo y redondo trasero.-Me dio una nalgada y se hecho a reír. Me encontraba agachada en el momento que me había dado la nalgada, bastardo... Da gracias de que seas mi jefe, si no ahora estuvieras agonizando por la patada que te daría en los genitales.

-No vuelva hacer eso.-Le digo entre dientes, no quiero que note que me hizo enojar lo que me hizo.

-¿Porque?, que acaso no te gusto.-Me dijo mientras de reía. Me da asco.-Mejor vuelve a trabajar, al menos que quieras que te descuente esta hora.-Me amenazo, suspire mientras rodaba los ojos.