Lo que hacemos por amor~? (AfterDeath)

#1. La chica "muerta"

Narra Reaper:

Supongo que estas cosas que suelen pasar en la ley de la vida siempre me han hartado.

Pero esta vez me susedio algo que jamás vi venir.

Pero vallamonos a dos años atrás. Justo cuando yo tenía 17 años y me daba todo el asco el amor.

Se preguntarán ¿Porque?
Tal vez cierto imbecil, que no me dijo que tenía a otra chica aparte de mí en su colección, se haya desidido en arruinarme parte de mi adolescencia.

Bueno, al menos la cicatriz que le dejé en la cara le servirá para reflexionar un poco.

Su nombre era Tor.
Pelo blanco de ojos verdes.
Muy simpático en el tiempo en el que salía con él.

Mis padres lo aceptaban. Decían que era un buen partido para mí.

No se lo querían creer cuando les dije que había terminado con el.

Reaper: terminé con Tor.

Mamá: *se le caen los platos que estaba lavando*

Papá: *se le queda mirando*

Cuando me preguntaron el porque, yo les dije que él me había engañado todo el tiempo. No me creyeron, tuve que recurrir a la evidencia.

Mostré un par de fotos en las que aparecía Tor, junto con una chica de pelo rubio y ojos verdes.

Al mostrarles la foto en el que él aparecía besándose con ella, mis padres comenzaron a discutir y a maldecir.

Yo simplemente miraba las fotografías, le debía una muy grande a Science.

Papá y mamá llegaron a un punto en el que comenzaron a culparme del porque había escogido a un idiota como Tor.

Yo les dije por la misma razón por la que ellos lo aceptaron.

"Lo amaba"

Esas malditas palabras retumbaban en mi cabeza día y noche asta llegar a un punto de que yo me volviera una persona fría, al parecer sin sentimientos y con un aura de muerte.

De hay vino el apodo de "la chica muerta" o "la parca" o "la muerte con patas".

Ya que mi arma era una hoz y con esa misma le había dejado unos días antes en la cara de Tor, una cicatriz que lo iba a acompañar toda la vida.

Me sentí insatisfecha, quería hacerle algo más que solo rasguñarle. Pero no podía.

Tuve que desahogarme con el conejo que había en el patio trasero de la casa de la vecina.

Me sentí mejor de haber hecho eso. Supongo que era de herencia.

Asta ahora, mi vida marchaba de lo más normal para mí.

Pocos amigos, estar en un grupo de idiotas, mantener distancia con mis padres (a los cuales odiaba), no dejar decaer mis estudios por un tonto rompimiento y mantener alejada la idea de que alguna vez existió aquel ojiverde.

Todo bien.

Jamas pensé, que dentro de dos años, ya en la universidad. Mi vida iba a dar un cambio drástico y comenzará a darme cuenta de que me estaban empezando a gustar las mujeres.

¿Mis padres dejaron pasar esto por alto? Nop.

Esa fue la razón que provocó que ellos, en un accidente con una amiga, se ganarán mi completo odio.