Capítulo 7: Huir es la única salida

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Algo lastima mis ojos cada vez que trato de abrirlos, así que simplemente los entrecierro unas lámparas que cada cierto tiempo titilan me obligan a cerrarlos otra vez. Comienzo a desesperarme por no poder abrirlos.

Escucho voces cerca pero no diferencio las palabras, mantengo los ojos cerrados porque ya me di por vencida. Alguien abre una puerta, hay pasos y voces. Quiero saber quién es pero no lo logro, así que hablo.

- Hay alguien ahí. - espero a que alguien responda pero solo se forma un silencio - ¿Hola?

- Por Dios pensé que lo había imaginado Scarlet, como se encuentra.

Reconozco la voz de mi jefe, suena preocupado.

- Jefe, ¿donde estoy? ¿Qué paso? -no quiero desesperarme pero es raro en mí nunca he sido alguien que se enferma o sufre por alguna cosa.

- Espere un momento llamare al médico, no se desespere. -musita y escucho como sus pasos se alejan de nuevo, mientras abre y cierra una puerta.

Me mantengo serena mientras él regresa. Ahora sé que estoy en un hospital por las palabras del jefe, así que espero no tener nada grave y largarme de aquí, no me agradan ni un poco estos lugares.

Vuelvo a escuchar los mismos sonidos y sé que viene a verme.

- Señorita, puede oírme.- es una voz desconocida.

Titubeo antes de responder.

- ¿Si? - respondo.

- Le hare un pequeño chequeo solo ver que todo esté en orden.

- No puedo ver, se me dificulta mucho. - musito para que a mis ojos les preste más atención.

- Está bien no es algo que debamos preocuparnos demasiado, puede ser solo el shock que tuvo, agradezca que no cayo de lleno al piso.

El doctor me hace el chequeo pertinente, ahora puedo abrir mis ojos y sí, estoy en un hospital, paso mi vista por mi cuerpo y me percato que solo tengo esas feas batas de hospital donde la parte de atrás tus nalgas quedan al aire y una muy bonita intravenosa con un suero todavía completo. Lindo.

- Bueno señorita, no sé con qué se hizo tremendos cortes pero de ahora en adelante cuídelos, limite su esfuerzo para caminar al máximo si no quiere que se le infecten, no los cosí porque al parecer ya lo estaban y se están empezando a cicatrizar solos estará con el suero mientras se hidrata, además le dimos una pinta de sangre porque ha perdido mucha.- hace un gesto con la cabeza a modo de despedida.

Robert se ha mantenido en una esquina observando todo lo que me hacía. Una vez el doctor se retira, este se aclara la garganta y sale de su triangulo de vida.

- ¡Joder Scarlet, me ha dado un susto de muerte! ¡Qué coño le pasa! ¡Por el amor de Dios pudo haber muerto!- si lo sé, dice mucho la palabra Dios, es lógico porque es católico por cada poro de su cuerpo.

Pongo cara de susto jamás mi jefe me había gritado así bueno es con justa razón pero aún así, él me mira buscando una respuesta así que trato de buscar una buena excusa, no puedo decir algo como me emborrache, me corte y mi psiquiatra que no es mi psiquiatra llego a mi rescate y luego yo hui de la que creo es su casa. Si claro muy buen pretexto.

- Disculpe jefe no fue mi intención, además no es nada del otro mundo son simple cortes.- trato de apaciguar su reacción pues en ningún momento espere que me gritara, justo ahora siento que si fui irresponsable con mis actos, al igual que no sé que pretexto poner. - no debió preocuparse...- no termino mi frase porque mi jefe está gritando otra vez.

- ¡No debí preocuparme!- exclama haciéndome sobresaltar- Niña te conozco desde que iniciaste en la comisaria, eres como mi hija y además eres más eficiente que toda esa bola de ineptos que hay en el trabajo.- eso tuvo un sabor agridulce, él me considera su hija, nadie ni mi propio padre se preocupó así por mí.

El Pasado Me PersigueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora