Toda mi melancolía se fue al caño al escuchar su voz, tome grandes bocanadas de aire y rogué a todos los santos que conocía me otorgaran un poco más de paciencia para soportar al entrometido de mi psiquiatra, Dios es más metiche que mi compañera de kínder y eso ya es mucho. Con decir que una vez en clase me comí un chicle y ella grito peor que sirena informando a todo el colegio de mi acto.
Solté muy despacio el aire y en un rápido movimiento cogí la cajetilla y la fosforera, para evitar que él las tuviera en su poder. Coloque los objetos bajo mi blusa y limpie bien mis ojos eliminando todo rastro de llanto.
- ¿Por qué llorabas Scarlet? - cuestionó, mientras tomaba asiento a mi lado.
<<Porque vi el suelo muy seco y se me apeteció regarlo>> Musite en mi subconsciente, ganas no me faltaron de responderle de esa manera pero simplemente calle. No deseaba discutir más con él. Solo quería que se quedara callado y que me hiciera compañía.
- Responde - me ínsito.
Calle otra vez, él empujaba mis límites de paciencia hacia puntos muy altos y no estaba muy segura si podría soportarlo por mucho tiempo. Ya me había hecho a la idea de que él dormiría en mi casa, pero por lo menos deseaba tener un poco de privacidad sin sentir su presencia y esas estúpidas ganas de matarlo.
Hizo un sonido con su boca dándome a entender que deseaba que le respondiera y que no se detendría hasta que eso pasara. Así que armándome de valor y mucha, que digo mucha demasiada paciencia y hable.
- Lloro porque se me da la gana y sobre todo para que no me pregunten por qué - musite mal humorada - sabe Dimitri mis lágrimas no tiene que depender de algo para que se derramen, al igual que la soledad no depende de si hay o no compañía.
Tome la cajetilla y saque un tabaco, manteniéndolo dentro de la blusa y cuando lo tenía entre mis dedos lo saque, para encenderlo. Le di una calada y retuve el humo más de lo necesario en mi boca para luego expulsarlo.
Examino el rostro de Dimitri de soslayo y me asombro al verlo como un niño desorientado, tiene la mirada perdida en el horizonte nocturno; toda esa arrogancia y frialdad, esta de lado ahora ese escudo de hierro frio que usaba hace unas horas no es más que un montón de papel aluminio, lo cual es gracioso y triste de igual forma.
Porque de cierto modo me identifico con él y por más extraño que suene sé cómo debe estar sintiéndose; mantengo mi vista sobre él y veo como por sus ojos se derraman pequeñas gotas de agua salada, son tan imperceptible que creo que me las he imaginado pero para mi suerte o desgracia lo corroboro al observar cómo se las limpia de un manotazo.
Verlo así de desamparado y débil me cohíbe no sé cómo reaccionar ante su actitud, por lo que me decido primero a terminar mi cigarrillo para darme tiempo y buscar qué hacer, nunca he sido buena tratando con lágrimas que no fueran mías. Culmino con mi acción y aparto la taza que momentos antes tenían entre mis manos, al igual retiro los cigarros y la fosforera de mi regazo dejándolas a un lado.
Una vez todo esta apartado de mi camino me acerco de manera sensata hacia Dimitri quedando juntos, rozándose nuestras rodillas por la posición en las que nos encontrábamos sentados. Me debato internamente por lo que voy a decir y hacer.
Tomo su mano entre la mía y le doy un leve apretón para llamar su atención, consiguiéndolo. Me preparo para hablar y dar la mejor charla motivación que ha salido de mi boca, sin soltar su mano; no le dedico ninguna mirada solo me enfoco en el panorama que tengo en frente que es prácticamente nada. Mantengo mi mano sobre la suya y tomo algunas respiraciones pausadas.
- Detente sí, deja de derramar lágrimas y claro está que no soy la indicada para decirlo, además no sé por qué diablos estés llorando, pero deja de hacerlo ¡por dios mírate! Eres atractivo, eres y puedes con lo que sea, puedes superarlo todo. Solo enfócate en ser mejor, no pienses en no sé - hago un gesto con mi mano desocupada - tus padres, ni en ese amigo que te hirió, mucho menos en ese amor no correspondido, céntrate en lo que puedes y debes controlar. Olvídate de eso que te estorba, vive por ti. Solo vive y mira el presente y deja el pasado de lado.
Cada palabra que le dije a Dimitri, en algún momento yo las anhele escuchar; pero simplemente hoy ya no me hacían falta. Cuando termine mi monologo, ninguno de los dos dijo nada por quizás unos minutos o quizás horas, no lo sé en realidad.
Me sumergí en mis pensamientos y llegue a la conclusión de que a veces resulto ser tan hipócrita conmigo misma que debería dar pena. A él lo incito a vivir, a superarse, a controlar solo lo que puede y dejar ir el pasado pero yo simplemente no puede, no puedo porque me conozco como persona y sé que tengo demasiadas cosas acumuladas que rondan mi mente, y que bien por orgullo o por yo que sé, no voy a ser capaz de decirlas, eso me enoja de sobremanera porque sé que si fuera más abierta hacia los demás lograra mucho pero no puedo y eso es tan jodido y desgastante.
Suelto un suspiro cansado y poco a poco voy soltando la mano de Dimitri. Una vez estoy en pies extiendo mi mano hacia mi acompañante invitándolo silenciosamente, él la toma y se levanta, no siento vergüenza por tener las mejillas y los ojos rojos por el llanto y él tampoco aunque siendo sincero se le ve demasiado sexy a pesar de la poca iluminación.
Sé que debo parecer la bruja maruja con mis fachas pero no me importa. Suelto su mano recojo todo lo que saque para adentrarnos a mi casa, ya en el interior dejo todo en la cocina y tomo la mano de Dimitri sobresaltándolo en el acto, lo arrastro hasta mi habitación enciendo el foco y nos adentramos.
Me arrepentiré de esto sin embargo, esta noche él lo necesita; no nos conocemos de nada pero creo saber lo que le hará sentir mejor.
Llego hasta la cama y abro las cobijas para él indicándole que se acueste al lado izquierdo de la cama, cuando lo hace presiono el interruptor dejándonos a oscuras y avanzo hasta las cama para luego trepar sobre esta y recostarme, Dimitri por su lado está muy lejos de mi toque y sé que si se mueve se caerá, mi cama no es de grandes proporciones pero nos da comodidad, así que me aventuro a hablar.
- Dimitri sé que justo ahora no soy la mujer más atractiva del mundo y que debo tener cara de bruja mal cogida pero acérquese mas - murmure en tono suave.
Él se mueve solo unos centímetros y tengo ganas de carcajearme, este hombre tan grande y seductor me tiene miedo.
- Acérquese más y recuéstese en mi pecho - musite.
Sentí como la cama se movió de forma brusca y supe que lo tome desprevenido con mi petición.
- ¡¿Qué?¡ estás loca - dijo escandalizado.
- Si, si lo estoy así que Solo hazlo.
- Estas segura.
- Hazlo - dije abriendo los brazos.
Me miro dubitativo pero asintió o eso creo, y se acercó depositando su cabeza sobre mi pecho. Lo acune y acaricie su cabello, se tensó un momento pero al instante se relajó. Respire profundamente y seguí con las caricias, lo hice como una madre lo haría, mi mamá lo hacía cuando era una niña me decía que el sentir a alguien cerca de ti te reconfortaba pero el escuchar su corazón te daba paz.
Poco a poco fui dejando de hacer los mimos, mis ojos se cerraban pero antes de caer rendida ante el sueño logre oír la voz de Dimitri.
-Como extrañaba esto, pero sé que no me lo merezco
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El Pasado Me Persigue
RomanceElla huye de su pasado, porque simplemente necesita un respiro. Ella es una chica normal con distintos propósitos, ya no le interesan ni los príncipes, ni las princesas como antes, ahora sabe que son cuentos infantiles. Su belleza no fue suficiente...