MIERDA.
Esa era la única y maldita palabra que podía describir la situación en la que me encontraba. Había vuelto a huir como una cobarde, sí, claro que sí lo hice de nuevo pero, si no lo hacía iba a terminar vomitando todas las palabras más hirientes que conocía y no quería eso.
No pienso quedarme aquí, obviamente. Solo unos pasos me separaban de mi casa. Tenía un plan no tan bueno pero a fin de cuentas un plan.
Primero me pondría un suéter bien abrigado porque se me congelaban hasta los ovarios con este bendito frio, luego tomaría mi bolso y me largaría a un hotel. Regresaría tal vez mañana o tal vez en una semana eso aún no lo tenía claro, pero de que me iba de ahí, me iba.
Así que eso hice no sin antes ver a la golfa esa recostada en mi cama media encuerada, y cabe destacar que tenía unas buenas curvas y unas... Lo siento estoy divagando.
Tome el suéter y una liga para el cabello, mientras me dirigía a la cocina me hice una coleta alta y agarre mi bolso y emprendí mi camino hacia donde mis pies me llevaran.
Por lo que sabía no había muchos hoteles que se diga y el que yo conocía queda lejos pero me servía para meditar.
Cuando llegue a la vía que conectaba con mi destino, empecé a sentir como la lluvia me mojaba a mí y a las secas calles de esta ciudad, y si respiraba profundo podía oler el petricor que se desprendía del suelo.
Que bien, nótese el sarcasmo. Joder, siempre debe pasarme esto, el clima se pone de mi humor.
Porque si, quería llorar hasta secarme si eso era posible, pero se que eso no me serviría ni solucionaría nada, había confiado en él y lo había puesto en prueba, me mostré indiferente para saber si en verdad podía entrar en mi vida, para confirmar que él en la primera muestra de lejanía no se largaría igual que los anteriores. Sin embargo, como es de esperar él hacia lo que quisiera; estaba confiando lo estaba intentando pero si, él se comportaba y hacia eso ahora que no me conocía completamente, que esperaba más adelante.
Llegue a un hotel no se veía en muy buenas condiciones, ni en un buen barrio pero tenía unos cuantos conocidos por ahí y con suerte podrían prestarme unas mudas de ropa.
Como lo predije me las prestaron y me dieron la habitación de siempre conocían mis vicios y en alguna época no tan lejana tuve mis malas andanzas con esos bribones, me dieron una botella de vodka y unos cigarros; no eran buenos tipos pero si los tratabas por buen lado te acogían.
Eso hicieron conmigo y por aquí conocí a Alexander, tenía demasiados recuerdos que me sentía abrumada con solo pensarlo.
Esta noche sabía que tendría una recaída e imploraba a que vinieran a distraerme porque no tenía fuerza para seguir adelante, hoy era una de las pocas veces en las que he aceptado que tengo miedo, me aterraba la idea de volver a ese estado melancólico en el que nada me importaba y solo dejaba que las cosas me llevaran o simplemente me estancaba.
No quería volver a caer en ese hoyo, había salido al fin y no deseaba volver a hundirme. No obstante, él neurótico de Dimitri se atravesó en mi vida he hizo que mi estado de ánimo fuera una completa locura, y no estoy segura si poder seguir, estoy harta de que nadie comprenda que lo que me pesa no es nada de lo que me rodea, me peso yo, me pesa mi vida.
Inconscientemente tome una decisión y con el cuerpo temblando y no por frio sino de impotencia me dirigí al baño, sabía que ellos no iban a tocar ninguna de mis cosas y lo agradecía.
En la gaveta que se encontraba sobre el lavamanos, tenía unas pequeñas cuchillas, las tome con el pulgar, el índice y parte del dedo corazón. Las examine muy detalladamente no tenían oxido se veían limpias y con el inexistente valor que tenía, abrí la regadera.
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El Pasado Me Persigue
RomanceElla huye de su pasado, porque simplemente necesita un respiro. Ella es una chica normal con distintos propósitos, ya no le interesan ni los príncipes, ni las princesas como antes, ahora sabe que son cuentos infantiles. Su belleza no fue suficiente...