Joder, escapaba de uno y venía a caer en otro.
¡Viva tener una suerte como la mía! Nótese el sarcasmo.
Exhale he hice que el aire chocara contra sus labios, ella amplio más su sonrisa. Sentía como mis ojos empezaron a aguarse y gire mi rostro para terminar mi bebida, haciendo que el nudo que se formaba en mi garganta se desintegrara con el alcohol.
Observe su angelical rostro y no me contuve más, la bese, como si de eso despedirá salvar el mundo, como si fuera mi soporte. Lo hice con pasión, recorrí y mordisquee sus labios. Era mi primer amor y mi primera decepción, gracias a ella aclare mis preferencias sexuales y me declare bisexual.
Me aleje, y clavando mis ojos en los suyos comencé a llorar otra vez, llore como una loca no me importo encontrarme en medio de una fiesta, llore como una niña que no quiere ir a la escuela. Llore como cuando se pierde lo irrecuperable, llore con todo el dolor de mi corazón, con todas las lágrimas acumuladas de mis ojos. Llore con dolor, con ira y con desamor.
No sé cuánto tiempo llore pero lo hice, supuse que fue mucho porque Carol me tenía entre sus brazos y acariciaba mi espalda, además mi cabeza martilleaba y mis ojos dolían al abrirse.
- Ya pasó nena, estoy aquí.
Sorbí mi nariz de manera poco femenina y me aleje de ella. Con la manga del suéter que portaba limpie mis lágrimas. Negué, ella no estuvo para mí cuando tuve mi mala racha, no estuvo cuando las cosas se caían de mis bolsillos y se me olvidaban cosas sencillas; no me ayudo en el momento que se extraviaba llaves, lapiceras, dinero, documentos, nombres; no estuvo en nada.
Saque todo eso de mis pensamientos y se los escupí.
- Claro estas aquí, cuando menos falta me haces. Cuando sabes que ya me puedo defender sola, cuando sabes que te he superado. Llegas nuevamente - bufe porque era cierto llegaba cuando todo lo malo había pasado y ella no estuvo.
La mire, tenía los ojos rojos y se retiraba una lagrima que acababa de deslizarse por su mejilla. Eso me dio el valor suficiente para sacarle a cara todo lo que me había sucedido.
- Sabes aun recuerdo el día que nos conocimos tu sin avisar, interrumpiste mis planes y yo sin intuir que serias lo más preciado en la vida - exprese melancólica - creí haber encontrado al amor de mi vida, que duraría para siempre, pero te fuiste y sabes que tu ausencia me mato, me destrozo. Me abandonaste.
<<Me dejaste, cuando sabias que iban a hundirme, que iban a denigrarme tanto hasta el punto de ser llamada perra o puta, no estuviste para defenderme, te largaste absuelta de acusaciones y no desmentiste nada ni me apoyaste. Sino que me arrastraste más hondo, dijiste lo que te convenía -tomo una bocanada de aire, y veo como ahora ya no trata de quitar esas lágrimas - pero sabes a pesar de que me enterraste con todas esa mentiras de mierda, solo a mí me quedaba la satisfacción de que a esta perra - hago un ademan señalándome. - Te amo tanto Carol, que hasta te dolería saber cuánto. Te falto dar muchos detalles, te falto decir que cuando nadie se te quería acercar yo lo hice, te falto decir que yo nunca te falle ni te hice putadas, te falto decir tanto Carol - musite de forma burlona - Sin embargo, sabes que a pesar de eso todavía me aferro al recuerdo de lo que fuimos, pero sé que ya no volverá a ser.
Carol era un mar de lágrimas en ese momento, y me sentí orgullosa de mí. Al fin ella pagaba todas mis tristezas.
Me quede ahí de pie mientras ella trataba de que su respiración se acompasara.
- Lo siento te juro que lo hago, pero no sabía que hacer era una escuincla que no sabía que estaba haciendo con su vida - soltó de repente tomándome por sorpresa con su confesión, entretanto Carol se sorbía la nariz - te confieso que no he tenido un instante sin pensar en ti que cuando como y bebo te recuerdo, que después de ti mi vida no fue nada.
- Pues yo no lo siento, Carol. Madure demasiado que llegue a podrirme. Que hago con tus lo siento, dime que hago - le hice saber acercándome de nuevo.
- No hagas nada, me basta con que ahora lo sepas - declaró.
Asentí como respuesta, y me quede sorprendida, Carol, mi Carol había cambiado, ya no anteponía sus sentimientos por encima de los demás, nunca espere presenciar eso. Me agrado la forma en que se sinceraba conmigo, pues la última vez que la vi era la otra cara de la moneda.
Le hice un gesto para que me siguiera y así lo hizo. El camino hasta mi cuarto fue en silencio y lo preferí de ese modo; tendría tiempo para ver a los muchachos luego.
Una vez en la habitación, me puse cómoda he igual Carol. Nos sentamos frente a frente, en pose de indio. Le ofrecí la botella de vodka, la cual ella gustosa acepto. Agarre los cigarros y saque uno, al tiempo que buscaba un fosforo en el velador que se hallaba junto a la cama. Rogaba porque se me hubiera olvidado alguno no quería ir a pedir uno. Por suerte en el último cajón había un mechero rojo, era de Alexander.
Lo tome y encendí el cigarro esta noche no le daría mucho asunto a mis desamores. Iba a ofrecerle uno a Carol pero recordé que ella aborrecía ese vicio mío.
Le di unas cuantas caladas y le quite la botella, para darle un sorbo y devolvérsela. Estábamos en un silencio cómodo de esos que te permiten reflexionar, sonreí al verla, con su cabello suelto, un dividí y un pantalón jean ajustado. Me reí en voz alta al darme cuenta que lo que fuimos fue un secreto y no muchos sabrán nuestra historia.
- ¿De qué te ríes? - pregunto ella mientras, le daba un sorbo a la bebida.
- De nosotros - me miro extrañada y procedí a explicarle - es que míranos, te vi hace que unos 7 años creo, y seguimos igual con la misma confianza, pero somos otras personas. No sé si me entiendas.
- Lo hago no te preocupes, comprendo lo que dices - carraspeo nerviosa - y ¿Cómo va tu vida?
Escuche su pregunta y fruncí mi ceño, entiendo porque carraspeo, no estaba segura si iba a reaccionar bien.
Sonreí, ella me conocía bien.
- Pues... - le di otra calada y mientras soltaba el humo, masculle - Deje los vicios - clave mi oscura mirada en su rostro.
Carol me miraba extrañada y sus ojos viajaban de mi rostro al tabaco entre mis dedos, sus ojos se movían rápidamente lo que le daba un aspecto gracioso.
- Ese cigarro, indica todo lo contrario.
Bufe, porque no capto mi indirecta.
- Me refería a ti - hice un gesto con mi cabeza señalándola.
Carol me observaba ruborizada amaba sus reacciones tan inocentes sin embargo, su reacción fue reemplazada por un expresión de contrariedad. Presiono los labios en una fina línea y junto sus cejas hasta el punto de que parecían una sola. Tardo un tiempo en recomponerse y volver a su expresión neutra.
Me parecía cómico, que esperaba. Si quería oír que dejaría el tabaco estaba equivocada.
Termine mi cigarro y le quite nuevamente la botella, le di un trago largo y la ubique en el piso. Quede frente a Carol y no le di muchas vueltas al asunto, me abalance sobre sus labios. Ella parecía sorprendida por mi reacción pero no objeto nada. Siguió el beso hasta que la tumbe en la cama.
Pasee mis manos por toda su anatomía y de manera juguetona fui besando su cuerpo aun con la ropa puesta, me deslice desde su boca al cuello, bese y mordisquee el nacimiento de sus senos. Al tiempo que bajaba, mis manos recorrieran y acariciaran los lugares por los que pase. Cuando llegue al inicio de su feminidad, levante la mirada para verla y ella tenía los ojos cerrados y entre sus manos las cobija era estrujada.
Me regocije aún tenía el toque. Bese esa zona y volví a sus labios.
- Tus padre no estarían nada orgulloso al ver a la señorita perfecta de nuevo en mi cama - murmure sobre sus labios.
- Vuélveme a besar - dijo ella.
Y así lo hice, sabía que estaba mal volver a caer en la tentación del pasado. Pero lo necesitaba solo esa noche me consentiría.
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El Pasado Me Persigue
RomanceElla huye de su pasado, porque simplemente necesita un respiro. Ella es una chica normal con distintos propósitos, ya no le interesan ni los príncipes, ni las princesas como antes, ahora sabe que son cuentos infantiles. Su belleza no fue suficiente...