La hija del inventor

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Al salir del bosque, Crono acompañó a Sir Dianos hasta el muelle, donde el capitán de los caballeros tomaría el Ferry para regresar a su hogar en Porre. Tras la despedida, tomó el caballo de su maestro llevándoselo consigo al establo del alcalde donde se lo guardaban. Andaba tranquilo en su tarea, cuando se encontró frente al recinto a una persona de espaldas a quien no recordaba haber visto antes.

—¿Se le ofrece algo?

La persona al darse la vuelta dejó atónito al pelirrojo; pudo reconocerla después de todo. Vistiendo pantalones negros, una blusa azul y sus anteojos: era Lucca, pero había algo diferente en ella. Su cabello, su largo cabello no estaba igual que antes, ni agarrado con una mariposa como de costumbre, estaba suelto un par de centímetros por debajo de su nuca. Se lo había cortado.

—Lu... Lucca —gesticuló recordando el último día que la había visto, cuando llevaba un vestido de novia llorando camino hacia su habitación.

—Crono —Respondió al saludo bastante serena sin perder su serio semblante.

—Ah... ¿cómo has estado? —Ella frunció el ceño, siendo obvia la respuesta después del último evento, cuando rompió su compromiso con ella a dos semanas de la boda— Ah... digo. ¿Qué ocurre?

—Quiero hablar contigo. El alcalde me dijo que partiste con Sir Dianos al bosque. Supuse que regresarías a guardar los caballos, pero el tuyo regresó solo. ¿Qué pasó?

—Un contratiempo con los monstruos del bosque. Sir Dianos hizo...

—No importa. Vine a hablarte sobre... lo nuestro.

Ambos hicieron un breve silencio. No tenía caso escapar de aquella conversación, razonó Crono, tarde o temprano ocurriría de cualquier manera. Lucca parecía tan nerviosa como él, se esforzaba por hablar de ese tema tan incómodo, pero necesario. Permitiéndose unos minutos para guardar el corcel de Sir Dianos, los dos tomaron asiento dentro del establo.

—Quiero saber el por qué, Crono.

—¿Por qué rompí el compromiso?

—No, eso me lo dejaste demasiado claro ese día. Quiero saberlo todo desde el inicio. ¿Por qué aceptaste casarte conmigo?

—Dejémoslo así, no quiero lastimarte más.

—Me lastimarás más si me dejas todavía más tiempo con la duda encima.

El muchacho bajó la mirada, pero de inmediato la alzó al recordar las palabras de su maestro sobre ver a los ojos a la gente cuando se les habla.

—Sabes que la posición social en que mi madre y yo estamos es deplorable. Toda la gente, incluso Fritz, a veces Elaine, tu padre en un tiempo, todos la señalaban a ella como a una cualquiera y a mí como su hijo bastardo.

—No te negaré aquellas acciones de mis padres hace mucho, pero mucho tiempo, pero yo nunca...

—Lo sé. Cuando éramos niños a ti nunca te importó mi condición, no sé si fue porque eras muy joven y no la comprendías, no lo sé. Con el pasar de los años te vi como mi única amiga, te quise y te quiero como si fueras mi hermana, pero el resto de la gente continuaba atormentándome. El día de tu cumpleaños tu padre te presentó en sociedad, como acostumbran ustedes los nobles al llegar a los quince, y sin embargo nos invitó a mi madre y a mí al evento a pesar de no pertenecer a su clase. Créeme, me llevé una gran sorpresa cuando tu padre me preguntó si no quería ser yo la persona que te desposara. De veras fue muy impactante para mí, aunque no es justificación para excusar el no haber pensado con calma y claridad. Eras mi amiga, y por eso pensé que podría resultar. Cuando dos personas de diferentes clases sociales se casan, se convierten por igual en una rama de la familia de clase superior. No pensé en lo que hacía, solo me dejé llevar por el prestigio del asunto y acepté. Entonces tu padre anunció a todos en la ceremonia, que según yo acababa de pedir tu mano, y él había aceptado nuestro compromiso. Tarde me di cuenta de lo que hice, y aún así callé esperanzado por una solución sencilla.

Chrono Trigger - La NovelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora