capitulo 37

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No había pasado ni siquiera un dia desde aquel acontecimiento, las presentes en el hospital estaban que derrumbaban dicho lugar con solo oír sus gritos de dolor, pero había alguien que no sabe ni siquiera cómo reaccionar. Dejo caerse sobre sus rodillas, sus lagrimas cayeron con ella también, Gine, conocida como una mujer luchadora por salir adelante con y por sus hijos, toda una guerrera

¿pero a donde se había ido todo aquello? Ni ella misma lo sabía, se decía en su mente no llores más, tienes que ser fuerte y levantarte, pero su corazón le decía que no podia tener dolor, que lo dejara salir. Se levanto expulsando todo ese dolor que no podia ocultar ni un segundo mas

Cuando las aguas se tranquilizaron, alguien intervino en esa paz, Bulma

-Tía – grito a la entrada del hospital acercándose con prisa a susodicha - ¿Dónde está? ¿Dónde esta mi vegeta? – sus ojos azules pareciese que se estuvieran destiñendo con daca lagrima que derramaba

-Bulma Vegeta – sollozo arrugando su entre cejo recordando por la situación por la que estaban pasando

-¡¡¡ Dígame ¿qué es lo que esta pasando?!!! – movió los hombros de su tía para que le respondiese

-Vegeta está en coma – en sus palabras no faltaba la tristeza, la receptora del mensaje bajo sus brazos y mirada, estaba en shock; en ese instante sus lagrimas dejaron de caer, la tristeza ya había tomado su papel, pero la rabia, ira, coraje, querían encontrar a un culpable. Giro por sobre sus tobillos viendo ala madre del otro accidentado

-Usted – su voz definitivamente no era la misma y para que decir sobre su mirada, si con solo verla reflejaba odio – Si no fuera por usted su hijo jamas hubiese existido, no hubiese provocado nada de esto, el mundo seria ¡¡ un mejor lugar sin ese estorbo!! – ese grito no era lo único que había lanzado; una empujada, no, más bien una patada llena de ira hacia ella – Primero mi prima y ahora mi novio, mi futuro esposo. ¿Qué es lo que gana con hacer tanto daño? ¿Qué?

Sus palabras no dejaban de llamar la atención de la gente que estaba a su alrededor, en cuanto dio la patada a Gine, la madre de Chichi reacciono, mientras que susodicha estaba mirando avergonzada hacia el suelo. Tanto como Gine y Chichi no pueden escuchar, por lo tanto, no pudieron saber absolutamente nada de lo que estaba pasando en ese momento, lo único que saben es que ataco sin razón alguna

Entre tanta conmoción Chichi vio que Vegeta estaba siendo trasladado hacia una habitación, sin dudas ella decidió seguirlo, los doctores le decían que se alejara, ella obviamente no iba a escuchar

Entraron a una habitación donde ya había alguien más, la habitación era para dos personas, pero estaban separados por una cortina. Ella no sabia si estaba viendo a su hermano o a una momia a medio envolver, casi todo su cuerpo estaba con vendas, no eran heridas profundas, pero parecía que si lo fueran

Sus ojos negros como la noche empezaron a botar pequeñas estrellas, se cubrió la cara con sus manos hasta que algo toco su pie derecho, un cubo Rubik, en el instante que lo recogió se pregunto ¿un niño?, sus dudas se aclararían cuando moviera la cortina, lo cual hizo. Sus ojos se clavaron con los del dueño del juguete. El sonrió como agradecimiento, ella volvía a liberar sus lágrimas. Parecía feliz con solo un cubo y mitad de la cara que no había sido vendada

-Hola, soy Son Goku – se presento estrechando su mano, ella solo deposito el juguete en aquella mano ara luego cerrar la cortina y retirarse de aquel lugar

A oídos sordos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora