Capítulo tres

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Habían muchas cosas que lograban molestar a JiMin, los días lluviosos, los espacios concurridos y la insistencia de ciertas cosas —Mira, Choi... te contrate para este tipo de casos. — Su tono fue cansino— La respuesta seguirá siendo no, así que puedes solucionar esto con ayuda de mi abogado, ninguna de nuestras empresas esta interesada en hacer negocios con ese tipo de persona, ¿si? —Se escucho como el que estaba al otro lado de la línea intentaba dar seguimiento a la discusión, entonces se despidió con un "Hasta el lunes, Choi" y cortó sin más, apagó su celular y lo tiró por algún lugar de la sala. Era estresante, una semana entera revisando documentos y dándose cuenta con cada uno ellos de la pésima idea que era crear una asociación con Kim Wojin, el tipo tenia fama de fraudulento, y aunque esto no podía ser realmente comprobado por autoridades, era un secreto a voces entre las personas del mismo mercado. 

La fatiga podría ser una buena definición para la pesadumbre que embargaba el cuerpo de JiMin, podía pensar en muchas opciones para poder mejorar de ello, sin embargo a su mente exhausta solo vino la aparente necesidad de un abrazo fuerte y una buena siesta al lado de YoonGi, su adorado bebé. YoonGi dormía tan plácidamente todo lo que podía, acompañado por el frio clima de noviembre y un enorme peluche que parecia no querer soltar desde que JiMin se lo regalo hace varios años.

JiMin no se consideraba un hombre celoso, su relación con YoonGi llevaba mucho tiempo, ambos crecieron juntos, aprendiendo a convivir y confiar en el otro, sin embargo, era gracioso observar el fruncir de ceño cuando su adorado esposo buscaba del cobijo de un oso en lugar del suyo que siempre estaba dispuesto. 

Al subir las escaleras, y abrir la puerta de la habitación, noto casi de inmediato el bulto cobijado en la cama, había almohadas en el suelo, desorden en el armario y una maraña de cabello celeste encima del ya comentado oso de peluche cuyo nombre era "kumamon", el mismo de la tan famosa caricatura.  Sonrió levemente ante la vista, el desorden le molestaba, pero podría ignorarlo por un par de horas, así dirigió sus pies hasta la orilla de la cama y jalo un poco el peluche, de forma que YoonGi no se despertara, la cosa afelpada era grande y abarcaba un buen espacio en el colchón. Cuando por fin logro retirarlo, la cabeza del otro estaba incomoda en la superficie de la cama, por lo que se removió al verse carente de algo. JiMin fue rápido para acomodarse y hacer un siseo suave, mientras llevaba una almohada debajo de la nunca de su esposo, y su mismo cuerpo como un reemplazo del peluche que anteriormente estaba ahí. 

YoonGi se quejo aun dormido, poco a poco deshaciéndose de la penumbra del sueño, abrió los ojos percatándose de los dedos que se paseaban por su cabello y de la temperatura del otro cuerpo debajo suyo.

—No eres kumamon—Su voz fue mucho mas baja de lo normal haciendo que sonase mas grabe de lo que de verdad era. El otro ceso el movimiento de sus dedos al cuero cabelludo del menor y se rio. 

—No bebé, soy mejor—Dijo en un susurro acariciando su mejilla.—¿No quieres mejor dormir con JiMinnie?—puchereo el azabache, como si fuese una especie de suplica infantil. 

YoonGi tardo un momento en comprender del todo sus palabras, por lo que sonrió acercándose mas al otro,  la almohada fue un obstáculo que retiro tan pronto como pudo, lanzándose justo después de lleno al pecho de JiMin, quizá fue demasiado porque escucho un quejido del mencionado, sin embargo había mas diversión en este que otra cosa. Su mejilla se acomodo en la clavícula del mayor y sus dedos fríos descendieron hasta debajo del suéter de JiMin adentrándolos hasta tocar la calidez de su desnuda piel. 

—Bebé —Llamo con sorpresa, sin embargo esto no detuvo a YoonGi que se acurruco aun mas. —¿Bebé? — Se sintió un poco tímido, su dulce niño no solía hacer ese tipo de cosas de la nada, usualmente era cariñoso, algunas veces solo neutral, pero hoy parecia estar mas mimoso que siempre. 

—JiMin... te sientes tibio — Era suave, sus palabras y la forma en la que lo decía, su voz perdió matices y un suspiro acompaño el nuevo sueño del que YoonGi se vio presa. 

Sonrió cansado, y sus manos recorrieron el cuerpo de su esposo en son cariñoso, una caricia que iba y venia, hasta que sus ojos observaron las desnudas piernas de YoonGi, tan pálidas y con un par de manchas moradas, la temporada de invierno recién comenzaba, y para las piernas de YoonGi esto era una especie de mala racha, sufría de urticaria, pero ahí estaba la necedad de el por los pantalones cortos, ahora el desastre en el armario tenia un motivo, los benditos shorts que ya había escondido. Extendió una de las mantas en el cuerpo de ambos y suspiro.

—nunca me haces caso con el tema de los shorts, bebé—Murmuro acariciando los glúteos de YoonGi por encima de la cobija. — ¿Debería tirar todos los shorts a la basura? — JiMin se rio cuando un "cállate" suave dejo los labios de su esposo.

Ah~ su bebé era tan lindo.

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~Nos leemos~

Dulce bebé |JimSu|  (EN EDICIÓN).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora