Amortenia

4.1K 201 102
                                    


Nunca existió una buena guerra; ni un mala paz.
Benjamín Franklin
~
Hogwarts 
Agosto, 1999

Hermione Granger, se había convertido en una gran heroína al final de la historia, al final la reconocían como lo que era, una gran bruja, la mas inteligente de su generación. La guerra dejaba muchas partes rotas entre ellas a todos los que pelearon en ella, nunca las cosas iban a ser igual... Se sentía mas tranquila después de haber ayudado a acabar con el mago mas tenebroso pero... Las personas no cambiaban. Estaba casi segura que en algún momento de la historia habría un mago tenebroso mas poderoso que Voldemort y eso la hacia sentir un vacío en el estómago.

Se encontraba sentada en una de las mesas de la biblioteca, iluminada por un pequeño rayo de sol que alcanzaba a entrar por la ventana a pesar de ser tarde, tenia a penas dos meses para entregar el trabajo final de Pociones y comenzar a hacerlo ese día era lo mas ideal que se le podía ocurrir. Observo el libro aun metida en sus pensamientos anteriores cuando un pequeño carraspeo la saco de su ensoñación mientras parpadeaba varias veces.

-¿Mione?.- Pregunto por 5ta vez en un día, Ronald Weasley la veía con los ojos muy abiertos y demasiado cerca. El muchacho le sonrió con todos los dientes al verla tan distraída y al no notar que separaba de él a pesar de que estaba a unos centímetros.

-Dime, Ronald.-dijo ella dejando a un lado su libro y poniendo atención a los enormes ojos verdes del muchacho.

-Creo que deberías hacer una poción que nos quite el sueño.-murmuro con voz baja señalando al niño que vivió sin despegar la vista de ella, Hermione ladeo la cabeza para observar a Harry... el cual estaba demasiado ocupado durmiendo sobre el libro de DCAO.

-¡HARRY! .- grito la castaña con desaprobación ganando una mirada divertida de Ronald e ignorando que estaban en la biblioteca, varias miradas estaban sobre ella por el grito entre ellas la de Madame Pince.- Harry, la biblioteca no es para dormir.

El moreno se sobresalto ante el grito y se acomodo las gafas en el puente de la nariz.

-Estoy despierto...-contestó después del grito, parpadeando con pesadez mientras Ronald se reía bajito ante la expresión de su mejor amigo.

Hermione bufo levemente y sin decir nada, regreso su mirada hacia el libro, decidiendo que la poción que realizaría seria la Amortenia. Amor liquido.

-Amor en un frasquito.-murmuro entre dientes, haciendo que sus amigos la observaran con curiosidad contenida.- ¿Ya saben que harán para la clase de Pociones?.

Ron negó de forma automática mientras Harry volvía a intentar leer su libro y ella comenzó a anotar los ingredientes en su pergamino, con letra fina pero sin gran adorno. Despego la vista del pergamino y noto como Harry volvía a estar dormido sobre el libro. Abrió la boca para volver a gritar cuando Ron le hizo una seña de que él se encargaba.

-Vamos, Harry.-dijo el pelirrojo mientras sacudía a Harry, haciendo que este murmurara algunas cosas sin sentido pero al final logro que el moreno se levantara de la mesa y caminara a su lado hacia la torre de Gryffindor.- Nos vemos en un rato, Hermione.- rápidamente se acercó a ella y le dio un beso torpe en la mejilla.

La castaña hizo un gesto distraído hacia ellos, sin notar siquiera el beso al estar demasiado ocupada con los ingredientes que le faltaban en la lista. Después de un rato, se levanto de la silla y camino hacia un estante.

••••••

Cuando Draco Malfoy estuvo frente al Señor Tenebroso se había dicho que siendo un sangre limpia no tendría por que temerle, no tendría que fingir algún respeto por ese sujeto pero al ser iniciado con la marca tenebrosa todo cambio, se dio cuenta que el ser sangre limpia no significaba que Lord Voldemort iba a tratarlo con respeto y eso no iba a llevarlo a algún lado. Estaba seguro que nunca había sentido aquel sentimiento de culpa al ver a la profesora de Estudios muggles siendo devorada por una gran serpiente, sin dejar rastro alguno de ella y por primera vez había tenido miedo de él, miedo y no respeto.

Profecías Donde viven las historias. Descúbrelo ahora