Más grande que yo

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La ira nunca es sin razón, pero rara vez es buena
Benjamín Franklin
~

1999

Si así se sentía morir, no estaba del todo mal.

Entre remolinos de colores y figuras, todo a su alrededor se formaba de manera encantadora, colores vivos y con gran calidez que hacía que ella quisiera quedarse a formar parte de aquel hermoso paisaje que no podía dejar de admirar. Tan pacífico y tranquilo que temió en realidad haber muerto y no el haber entrado a sus propios recuerdos, se sintió perdida de pronto cuando todo fue revuelto en su visión, dejándola casi descolocada al caer sentada en un sillón del Expreso de Hogwarts.

Parpadeo varias veces al verse a sí misma, mucho más joven, sentada frente a ella con Hannah Abott.

-¿Ya lo viste, Hermione?.- Ambas niñas rieron de manera tonta ante la pregunta de Hannah.- Es el niño más bonito que he visto en el tren desde que entramos a el.

La chica castaña y de enormes dientes asintió sonrojada hasta la raíz del cabello.

-No lo mires o se dará cuenta que estamos hablando de el.- Chillo de pronto, jalando del cabello a su compañera de sillón para solo provocar que el niño rubio que estaba del otro lado de la puertecilla del compartimiento, clavara su mirada en ellas y después la desviara de manera aburrida, como si no fueran dignas si quiera de mirarles.

-No recuerdo eso.- Dijo Draco de pronto haciendo que la castaña mayor brincara completamente asustada al no recordar que estaba a su lado mientras el rubio seguía viendo de forma maliciosa a ambas niñas que eran las protagonistas del momento.- Sé que soy muy bonito, Granger.

-Oh, vamos.- Dijo Hermione con un resoplido que hizo que Draco frunciera más el ceño.- Eras mono a los 11 años, a tu edad eres un completo grano en el culo.-Sonrió con suficiencia cuando la escena los obligo a callarse y volver a entrar en el remolino de colores vivos.

Y cuando aterrizaron, Hermione solo pudo atinar a gemir por lo que venía.

-En Griffindor se ganan su puesto por el talento que ellos poseen.- La pequeña niña de cabellos parecidos a los de un arbusto levanto la barbilla con un ligero toque de altanería que no se vino abajo cuando la figura rubia y mas alta que ella le sonrio burlon.

-Nadie te pidió tu opinión, sangre sucia.- Las palabras del niño hicieron que todos los que lo rodeaban y que vestían los colores rojo y oro, casi quisieran alcanzarlo con sus propias manos y hacer que se disculpara con ella, incluso a golpes.

Y aun asi, había salido librado cuando el pequeño y pelirrojo niño salio a defenderla, haciendo que el mismo se hechizara sin poder evitarlo al estar su varita rota.

-Esa palabra me la enseñaron desde muy pequeño.- Dijo de pronto el rubio, sonriendo ampliamente cuando vio al comadreja vomitar varias babosas sobre el piso. Hermione se puso colorada y abrió la boca para contestarle, callando de golpe cuando el prosiguió.- Nunca se la había dicho a nadie, solo a ti.

-¿Y eso debería alegrarme?.- Ironizo ella con un toque de reproche en la voz.

-Deberias sentirte especial, Granger.- Contesto con la misma voz divertida que mantenía desde que el Ron de los recuerdos comenzó a vomitar hasta el hígado.- Nunca le he dicho a nadie otra vez, incluso ahora, que no seas tu.

El recuerdo cambio de pronto, haciendo que los colores lucieran mas vivos que en los primeros recuerdos.

Mas allá entre los jardines, se veía como un niño de cabellos rubios, casi blancos, corría con todo lo que su pequeño cuerpo le daba, esquivando con destreza a todos los alumnos locos que gritaban porras y reían. A pesar de que ya había pasado un año, el niño solo se había hecho un poco más alto pero su rostro mostraba que sus finas facciones también habían cambiado para bien. Draco Malfoy se detuvo de manera nada agraciada y jadeando de forma acelerada frente a la señora Prince cuando consiguió llegar hasta la biblioteca.

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