Ya que la perderas

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Nadie puede pensar con claridad cuando sus puños están cerrados.
George J. Nathan
~

Hogwarts
Septiembre, 1999

El golpeteo frenético de la puerta hacia que sus pensamientos fueran más lentos de lo que ya estaban fluyendo. Camino varios pasos hacia la ventana de la Torre y los volvió a caminar de regreso a donde estaba parado desde que había subido las escaleras a tropel, dejando a todos en la sala, habiendo corrido cuando su padre había dicho las últimas palabras.Se sentó en la cama de dosel, adornada pulcramente con los colores de Gryffindor.

El dolor físico no era comparado con nada de lo que podía seguir sintiendo y de lo que ya sentía en realidad, teniendo una opresión en el pecho que no se iba aún cuando trataba de dejar su mente en blanco.

Estamos a mano

Las palabras de su padre habían hecho que millones de pensamientos cruzaran en su mente y al final siguiera sintiéndose peor de lo que ya sentía. Muchas veces durante su adolescencia había querido hacer lo que había hecho ya: Darle una paliza a su padre.

Y aún así se había sentido igual que siempre, tan solo como al principio.
Alguien tocó de nuevo la puerta en espera de que abriera, pero volvió a ignorarle sin dejar de mirar el piso y los adoquines.

—Scorpius, ábreme...-Dijo una voz femenina desde la puerta, pero aún así no contestó. No dijo nada. Pero incluso así la puerta se abrió dejando pasar a la persona que menos quería ver y que más odiaba en el mundo, quitando de en medio a su padre.

Rose Weasley Greengrass.

—¿Que carajos estás haciendo aquí?- Pregunto el muchacho aún cuando sabía muy bien que estaba haciendo ella en la habitación y porque había ido a verle.
Rose quedó parada a varios pasos de él, sin cerrar del todo la puerta.

-Quiero saber cómo estás.-Contestó.
Rose había sido su novia por varios años, prácticamente toda la adolescencia la había vivido idolatrando a la pelirroja que ahora tenía una mirada de lastima marcada en las facciones. Y había sido por esa razón que no quería nada más con ella.

Rose sentía lástima por él.

—No tenías porque venir a verme.- El intento de sonrisa en su rostro no logro convencerle del todo y Scorpius lo vio en sus facciones.

La hija de Ronald y Astoria Weasley era muy bella. Tenía la cara redondeada pero sin dejar de ser fina, de obtener los atributos de la madre y aún así no dejando pasar que era un integrante de la mayor familia de magos traidores a la sangre.

Y le hacía honor a su descripción.

—Creo que había quedado claro que no quería que volvieras a hablarme en tu vida, Weasley.- Dijo como último antes de desviar la mirada de ella y volver a lo que estaba haciendo.

Nunca había creído que él fuese una persona mala aún cuando todo mundo decía que era hijo de un mortífago..

Y aún así ella le había roto el alma.

—Te dije que no siento nada por Pucey.- Rose intento caminar un paso más para quedar cerca del muchacho y recibió la mirada más asqueada que pudo imaginar.

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