¿Beneficio?

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         Ya llevamos una semana en Lawrenceville, aquí diversión no hay.

- ¡Hola mamá, hola papá! - . Dije tomando asiento en la mesa.

- ¿Como has dormido? - . Pregunto mi madre amablemente.

- ¡Genial! - . Dije  con una sonrisa en mi rostro.

- Me alegra... - . Interrumpe Any . - . Desde hace dos días no me dejas dormir.  Se quejó.

- Lo siento... estudiar en línea no es fácil. 

- ¿Desde cuándo se le llama estudiar, hablar con alguien?

- ¡Oye! ¿No tienes una rutina que aprender? - . Dije molesta por su comentario.

- No. - . Dijo con una simple sonrisa. - . Tengo mucho tiempo libre...

- ¡Chicas! - . Interrumpió mamá, llamando nuestra atención. - . Pronto iremos a una casa más grande para que tengan sus propias habitaciones.

- ¿Yo también tendré una mami? - . Preguntó Dylan inocentemente.

-  Cuando tengamos la nueva casa. Dijo mi madre cariñosa.

-  ¡Sí! - . Dijo de alegría bailando en la silla.

- Veo que aprendió algo de ti Any. - . Dije bromeando un poco al ver que ambos cuándo estaban emocionados bailaban.

- Sí. ¡Tengo una copia de mí! - . Dijo sonriendo y bailando al ritmo de Dylan.

- Me sentí excluida... - . Dije al notar que mi hermana no parecía acordarse que somos gemelas.

- ¿Porqué? - . Preguntó inocentemente mientras que seguía bailando.

- Son gemelas. - . Dijo mi padre tomando puesto a la mesa y en la conversación.

- ¡Ah! - . Dijo con un tono de fastidio y parando su baile. - . Lo olvidaba.

    No puede ser que mi propia hermana se le olvide que es mi gemela.

   Lawrenceville hace que las personas cambien.  Yo no lo quiero hacer, quiero seguir siendo la misma.

El timbre sonó.

- ¡Yo abro! - . Dije dejando mi puesto y dirigiéndome a la puerta. Y al tomar el picaporte noté la presencia de mi familia entera.

Claro un lunes a las 8:45 a.m. en Lawrenceville era raro.

Terminé de girar el pasaporte en mi mano, abrí despacio.  Era él.

- ¡Jacob! - . Grité terminando de abrir la puerta de par en par y llegar a él para darle un abrazo.  El abrazo que extrañe desde que nos separamos.

- Buenos días. - . Dijo tomando mi cintura con cuidado y cariño.

- ¿Cómo está señor Burke? - . Dijo mi madre cortés.

- Bien señora Hataway. - . Respondió saltándose de mis brazos para tomar la mano de mi madre y saludarle. - . ¿Como está señor Hataway? - . Preguntó dándole la mano a papá.

- Muy bien. Me alegra que haya aceptado nuestra invitación.

- ¿Invitación? - . Preguntó Dylan curioso.

- Sí. - . Tomó la palabra mi madre. - . El cumpleaños de tus hermanas está muy cerca y le quisimos dar una sorpresa a Natalie.

- ¡Natalie! ¿Any no existe? - . Exclamó furiosa. - . ¡Permiso! - . Dijo bruscamente a Jacob para que se aparta de su camino.

- A nuestra familia le gusta caminar cuando está un poco molesta.  Decía tratando de ocultar la vergüenza por el show de mi gemela.

- Ya lo veo. - . Responde pensativo.

- Horita mismo te diré donde nos vamos a quedar. - .Interrumpió mi padre. - . Sí es de su gusto dejar su equipaje aquí, todavía hay unos detalles que hay que arreglar.

- No se preocupe señor Hataway... le puedo ayudar.

- No. ¿Natalie te gustaría llevar al señor Burke a conocer Lawrenceville? - . Hablaba dando más bien una orden que preguntando.

Realmente estaba ocultando algo grande.

- Sí padre. Solo sí él gusta.

- Claro... tenemos que recuperar tiempo perdido.

- No se te olvide tu celular. - . Gritó mi madre desde arriba.

- Está bien. Regresamos en un par de horas. - . Grité para que me escuchara.

        Tomé mi celular que estaba en la cocina y empecé la marcha junto con mi mejor amigo.

      Estuvimos hablando de todo, mientras que le iba diciendo lugares turísticos de Lawrenceville, a pesar de ser tan pequeña y que no hubiera más de setecientos habitantes, tenía millones de lugares turísticos. Irónico ¿no?

- ¿Tienes hambre? - . Pregunté dejando lo cortés, no lo necesitaba con él.

- No... quiero conocer tu lugar favorito.

- Está un poco lejos.

      Jacob sólo asintió, dejándome saber que de todas formas quería saber dónde estaba, caminamos un poco hasta entrar en un bosque, sentí como me resbale al pisar una raíz de un gran árbol y también como mi amigo me tomó de la cintura evitando mi caída.  Le mire por unos instantes, el también lo hizo.

     *Jacob*

  La vi, la tenía muy cerca de mí, sus ojos grises, su cabello pelirrojo, sus grandes pestañas. Era tan bella.

     Acaricie su mejilla con mi dedo índice, por un momento mis sentimientos me decepcionaron y me acerqué más a ella, y dejé que mis labios rozaron los de ella.

    Natalie parecía sorprendida pero aun así correspondió.

- Lo siento Jacob. Dijo ella tomando distancia.

- Disculpame a mí. - . Dije apenado.

- No... - . Dijo dándome la espalda. - . Jacob. - . Volvió otra vez a mí. - . Necesito tiempo, no sé... - . Paró un momento, el silencio fue lento parecían siglos, se acercó a mí y me besó.

- ¡Espera! - . Fui yo ahora el que me alejaba de ella. - . No debe ser sí así no lo quieres... piénsalo, toma tu tiempo... ya he esperando tres años. - . Expresé jugando.

- ¡Jacob! Ya no importa... así lo quiero.

      De la emoción, la tomé por la cintura para volverle a besar, siento la vibración de su celular al igual que ella.

- Lo siento. Expresó con sus mejillas rosas.

  Tomó la llamada.

- ¿Hola?

- ...

- ¡Oh! Lo siento... el tiempo ha pasado volando.

- ...

- Esta bien.  Allí nos vemos.

     Fin de la llamada.

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