Tristeza

13 2 4
                                    

- ¡Jacob! - . Grité sin tomar importancia al lugar.

- Ssssh... Descansa. Responde seco.

- Jacob... ¿Porqué lo hiciste?

-Descansa... - . Simplemente recibí eso por respuesta.

- ¿Porqué la besaste? - . Grité llamado su atención, y un gran dolor de cabeza.

No me dijo nada, sólo salió de la habitación blanca, dejándome con la palabras en la boca. Mis lágrimas rodaron lentamente por mis mejillas, dejando abrir él recuerdo en mi mente del motivo de mi estancia aquí, y sintiendo el leve olor a alcohol en el lugar.

Estuve un buen rato sola. Estaba frustrada como por una discusión termine en un hospital sin saber de mi hermana.

¿Any? ¿Donde está Any?

La puerta se abrió dejando ver él rostro de mi madre y detrás de ella mi padre. Ambos tristes.

- ¿Any está bien?

- (...) - . Otra vez ese silencio que detesto cuando preguntó algo.

-¿Donde está Any? - . Él silencio invadió la habitación. - . ¿¡Dónde está Any!? - . Grité haciendo saber que quería respuesta alguna.

- Es mejor que descanses. Expuso mi padre

- ¡No quiero descansar! - . dije alterada, presentia algo malo. - . ¿Any está bien? - . Dije cambiando la pregunta pero con el mismo fin.

- No discutiré contigo. Hablo mi padre triste y severo.

- Sólo hago una pregunta... Ahora no se puede saber nada... ¿Any está bien?

- Le diré a la enfermera que le de un tranquilizante. Expresó Jacob a mi padre y él asintió.

-¡No quiero un tranquilizante!

     ¿Mi amigo? Abandonó la habitación. Y pronto llegó con una enfermera con una gran jeringa.

- ¡No! - . Grité. - . ¡No quiero un tranquilizante! ¡No!

        La enfermera tomó mi brazo derecho, y con impotencia me quité de su agarré, al ver mi resistencia Jacob tomó mi brazo con fuerza, para no tener un accidente con la aguja de la jeringa.Gotas de agua salían de mis lagrimales como cascada, la desesperación se estaba apoderando de mi cuerpo mientras que de mi boca solo salían las palabras "No" "No necesito un tranquilizante" y movía violentamente mis hombros evitando la inyección y el peso de las manos de mi mejor amigo intentado un agarre del que no pudiera escapar.

    Tantos gritos, forsejeo, y lágrimas no valieron de nada, sentí como él líquido recorría fríamente por mi brazo provocando escalofríos y cansancio. La señora de blanco se fue. Y aún luchando con el efecto del medicamento cerré mis ojos hasta quedarme dormida.

...

La luz que entraba por la ventana me hizo despertar y la soledad pensar. Entró en doctor junto a mis padres y Jacob.

- Buenos días. - . Dijo él doctor gentil y yo disgustada respondí cortante.

- Crísis nerviosa. - . Exclamó viendo la tabla de mis reacciones.

- ¿Le puedo preguntar algo?

- Por supuesto.

- Mmmm... - . busqué por unos instantes las palabras correctas para decirlo. - . ¿Cómo se encuentra la paciente Any Hataway?... Es mi gemela. Dije con una sonrisa llena de curiosidad y preocupación.

Él doctor buscó las miradas de mis padres, haciéndome saber que algo no estaba bien.

-Ya es hora de decirle. Interrumpe mi madre.

- ¿Decirme qué?

- Cuándo llegamos al hospital ya era muy tarde para Any. La expresión de todos cambio y mi madre cayó a los brazos de mi padre no soportando la tristeza.

Estaba en shock... Mi hermana... No podía ser cierto. O no. Si era en serio mi hermana ¿Murió? ¡No!

Mis lágrimas corrían y mi mundo se desvaneció. Ya nada tenia sentido.

¿Si ambas tuvimos el mismo accidente por qué ella había muerto? ¿Ahora qué? ¿Qué sería de mí en las mañanas? ¿Quién me despertaría a almohadazos? ¿Quién lavaría los trates después de la cena? ¿A quién le ayudaría a coser sus zapatillas de ballet? ¿Quién me ayudaría a vestirme para mis eventos? ¿Qué será de mi sin Any?

Otra vez... Otra vez un tranquilizante dejándome dormida en seguida.

...

Esta vez Jacob estaba a mi lado.

- Toma. - . Dice acercando a mi una muda de ropa. - . Ya estás de alta... Vamos a casa.

      Solo asentí. Fui al baño tomé una ducha y me puse la ropa que Jacob me dio. Una blusa lila y un pantalón blanco a las rodillas con unas zapatillas del mismo color. Me miré al espejo dejando ver mi reflejo en el y recordando a mi gemela. A ella que tanto se parecía a mí. La tristeza volvió a mi cuerpo y dejándome caer en él suelo las tristeza abrió paso a las lágrimas.

Aún así, ¿Seguía sintiendo lo mismo por Jacob?

Una Historia. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora