U n o

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Una, dos, tres vueltas y se tambaleó, casi cayendo en una de sus piruetas, estremeciendose al ver la cara de desagrado de su profesora al momento de reincorporarse

— Tom. — Exclamó la mujer, deteniendo la musica antes de acercarse a su estudiante. Lo enderezó de golpe, Tom jadeó por el repentino acto de la mayor, quejandose un poco.

— Espalda recta, ya te lo he dicho ¿quieres seguir haciendo todo mal? — Murmuró la señorita antes de alejarse, volver a poner la música y aplaudir un par de veces, indicándole al muchacho que debia empezar de nuevo.

Tom inhalo, intentando concentrarse al momento de comenzar a moverse a ritmo con la música, iba bien, sin embargo, por culpa del hombre que acababa de asomarse por la puerta, se desconcentro y terminó cayendo.

Sus compañeras se estremecieron ante ese golpe, eso debió haber dolido...

Y vaya que lo hizó.
Tom volvió a quejarse, retorciéndose ligeramente por el dolor.

La maestra se acerco a él con el ceño fruncido, sin embargo, antes de que pudiera decir algo respecto al fallo del muchacho el hombre recien llegado le tocó el hombro.

— Sigo pensando que eres muy dura con tus estudiantes. Deja al pobre muchacho, debe ser difícil para él y Dios, que golpe, chico.

Esta vez era a Tom a quién le hablaba aquel sujeto; alto, rubio, tenia una sonrisa encantadora, la verdad. Tom no tardo en devolvérsela, incluso estando adolorido.

El rubio le extendió la mano y claro, no tardo en tomarla para intentar levantarse, y lo logró, con dificultad pero lo logró.

— Gracias... — Murmuró Tom, sin soltar la mano adversa.

— Fue un placer. — Volvió a sonreírle antes de alejarse del muchacho para conversar con la profesora.

Tom sacudió la mirada antes de volver con sus compañeras, volviendo a ensayar, aprovechando la ausencia de la instructora.

— Era lindo. — Murmuró una antes de dar una vuelta entre risitas, Tom asintió, no dandole demasiada importancia al asunto, el sujeto era atractivo, no se molestaria en negar eso.

— Agradece que llegó, ya veia a la señorita Lana dandote el sermon de tu vida. — Soltó otra de sus compañeras.
Tom rió suavecito, asintiendo, supone que sí le salvaron de un gran regaño.

— Aunque pienso igual que él, ella es muy dura contigo ¿por qué no la encaras? a veces me enoja ver como te trata. — Susurró la otra muchacha, no queriendo ser escuchada por la profesora.

— ¿Y arriesgarme a ser expulsado? no gracias. Ella no es mala, solo no quiere que fracase, es todo. — Sonrió nuevamente, ganándose las miradas tristes de sus compañeras.

— Eres demasiado bueno, eso podría afectarte ¿lo sabes, no? — Exclamó una antes de retirarse para practicar sus saltos, la otra le siguió, dejando a Tom estirandose solito.

El mencionado no pensó demasiado en lo que le dijó su compañera, simplemente se dedico a perfeccionar su cuerpo y movimientos, realmente queria hacer bien esa coreografía.

No pasó mucho tiempo cuando volvió a ser interrumpido.

— Hey. — Exclamó una voz masculina, la cual, hizo que Tom pegara un saltito, tambaleándose. — ¡Oh, lo siento! ¿te asuste?

Tom suspiró, recuperando el aire que se le había ido con ese mini infarto.
— Solo un poco, no se preocupe.

— Por favor, tengo 26, no me hables de manera tan formal. Me llamo Ryan, por cierto.

— ¡Lamento la formalidad! es que mi pad-- oh, soy Tom. — Jugó un poco con sus manos en el barandal, apoyándose luego en el mismo.

— No te preocupes, sin embargo, asegurate de llamarme por mi nombre de ahora en adelante ¿sí? —

Tom asintió lentito, bajando ligeramente la mirada, se estaba avergonzando por alguna extraña razón.

Una mano le tocó el mentón, alzandole la mirada, haciendo que por algún extraño motivo el corazón se le acelerara.

— Tienes mucho talento y eso es lo que he venido a buscar, pienso que puedes convertirte en un bailarín espectacular. — Acarició ligeramente la zona que estaba tocando. — Con mi ayuda puedes llegar muy lejos — Susurró
— Y aquí entre dos... no quiero dejarte con esta loca ¿sabes? así qué... ¿qué dices, Tom?

— Yo... — Tom carraspeo un poquito, sintiéndose incapaz de pensar con claridad cuando aquel sujeto le estaba tratando de esa manera.

¿Le estaba coqueteando, no? nono, quizás esta malinterpretando las cosas...

Entonces ¿por qué siente que el rostro le arde?

— Es una buena oportunidad, ¿sabes? tú y yo podriamos impulsar tu carrera como bailarín, eres excelente. — Fue retirando la mano de a poco, Tom, por impulso, seguio la mano adversa cual felino buscando más contacto. Al notar lo que estaba haciendo se apartó de golpe, riendo de manera nerviosa.

— ...Supongo que acepto, entonces. — Murmuró, ganándose una sonrisa felina por parte de Ryan, quién asintió un par de veces antes de sacar su móvil.

— No te arrepentiras, bonito. Ahora ¿me darias tu numero? quiero tener a mi bailarín estrella entre mis contactos — Tom no tardo en comenzar a dictar. Una vez guardado el contacto, Ryan volvió a hablar — Nos vemos pronto, entonces. — Dijó antes de darse media vuelta y retirarse, no sin antes dedicarle una de sus encantadoras sonrisas a Tom

Quien, por cierto, esta hasta mareado. ¿Qué fue todo eso? ¿por qué siente que nuevamente se esta volviendo un jodido adolecentes hormonal?

Sacudió la mirada, intentando quitarse lo rojo antes de comenzar a practicar sus giros de manera eufórica. Estaba nervioso, claramente, por lo visto trabajara con Ryan, quien por cierto, le hizo sentir en las nubes por un momento
No chilla cual colegiala pues no quiere ser regañado por meter ruido demás.

~ 🌹 【Ballerina! Tom】 🌹 ~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora