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Mientras Tom se abrochaba las zapatillas de baile miraba a su alrededor; el salón donde él se encontraba era realmente grande y se escuchaba cada paso.

Sonrió, aprovechando que estaba solo para dar saltitos y jugar un poco con el eco.

Luego de un rato, sin darse cuenta, ya se encontraba bailando sin musica, tarareando alguna que otra cosa.
Todo iba perfecto hasta que escucho la puerta abrirse de golpe.

— ¡YA LLEGUE! — La voz de Ryan resonó por todo el salón, haciendo que Tom cayera, nuevamente. — ... nnNNo. — Corrió a ayudar a Tom a levantarse, quién comenzó a reír, tomando la ayuda del rubio para levantarse

— ¿Por qué cada vez que llegas termino en el piso? — Bromeó, sin soltar las manos de Ryan, quien parpadeó un par de veces, sonriendo al notar como el otro ya sonreia de manera más natural hacia su persona.

Ryan soltó una de las manos de Tom solo para poder darle una vuelta, observándome con atención, el mencionado un tanto confundido le siguió el juego.

— El uniforme de la academia te queda muy bonito y eso ya es milagro pues, aquí entre dos... pienso que estan horribles. — Río entre susurros, antes de soltar a Tom para ir a buscar las cosas para reproducir algúna canción que su nuevo diamante en bruto pudiera bailar.

. . .

Su nueva instructora aun no llegaba, por lo que, no pasó demasiado tiempo para que pusieran cualquier canción random y juguetearan un poco.

Ryan no sabía bailar ballet, eso era más que claro, sin embargo, por alguna razón, termino moviendose junto a Tom y dejando que este le corrigiera algunas cosas entre risillas.

— No-oh, esto definitivamente no es lo mio. — Jadeo Ryan, mientras sujetaba a Tom por la cintura y este, sin prestarle mucha atención a aquel detalle acomodaba los brazos de Ryan de manera correcta.

— Es una pena, creo que seria lindo tener a un compañero de baile como tú. — Murmuró sin notarlo y, en cuanto cayó en cuenta de lo que habia dicho se sonrojo ligeramente, recien cayendo en cuenta de la posición en la que se encontraban.
Ryan le removió un mechón de cabello, sonriéndole. Tom, sin poder evitarlo, le devolvió una timida sonrisa

Y en ese instante, llegó la instructora.

— Buenos días Tom, Ryan. — Sí, los habia visto, pero no dijo nada al respecto, solo les sonrió. Aun así, el par mencionado sintió que lo mejor seria separarse

Las clases habían comenzado para Tom y a Ryan solo le tocaba quedarse mirando como se desenvolvía el más joven.

Sin embargo, se quedó pensante, con una idea en mente golpeándole más que el fuerte latido de su corazón impactando contra su pecho en ese momento.

~ 🌹 【Ballerina! Tom】 🌹 ~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora