III

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Annika se despertó temprano, como solía. Por fin había llegado el día. Sacó el vestido más bonito del armario y llamó a Elena para que la ayudara, en contra de sus principios. Se maquilló un poco como normalmente y se peino el pelo dejándoselo suelto.

—Estás espléndida— declaró Elena.

—Gracias— Salió y llegó al comedor, una gran mesa con solo tres personas, que ironía.—Buenos días Padre, Cristina.— saludó.

—Felicidades— dijo seriamente su padre.

Cristina solo la miraba con desaprobación, cosa habitual. Así que Annika se limitó a ignorarla.

Con un suspiro se sentó y comenzó a comer.

—Hija, ¿qué quieres de regalo?— preguntó su padre rompiendo el silencio.

Ella la miró, dudando si decirle lo que de verdad deseaba. Finalmente cogió una buena bocanada de aire y habló:

—Un paseo por el bosque.

—¡¿Pero que dices!?— exclamó Cristina como si hubiera pedido armarse caballero.

—Hija, estás loca. Allí hay lobos, es peligroso, no es algo apto para una doncella que aspira a reina— fijó la mirada en ella dejando claro que no había opción.

—Pensaré en otro regalo, entonces.— masculló sin saber muy bien por qué. Su naturaleza interior le decía que les gritará que ella no era la futura reina y que podía salir a pasear por el bosque como hacían los hijos de los campesinos.


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Annika salió al patio, gran cantidad de nobles estaban presentes y la felicitaron. Su padre gruñó algo por lo bajo relacionado con la ausencia del rey.

—¡Merry!— exclamó en cuanto localizó a su amiga mientras se acercaba a ella.

—Odilia— rió en bajo— Hola Annika, ¡felicidades!— Añadió al instante mientras la abrazaba. Después se apartó y le dio una cajita dorada.

—¿De verdad?— dijo abriéndola con curiosidad.

—Somos amigas ¿no?

Annika la abrió del todo y encontró un colgante precioso, se lo puso.

—Es... ¡perfecto!— la abrazó con fuerza.

—Y lo mejor, ¡Yo tengo otro igual! — Merry la agarró por los hombros separándola para que pudiera verlo.

Ambas rieron.

Por lo demás el día paso rápido, Annika casi se olvidó de su padre y el bosque.

La Oscura Verdad de AnnikaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora