Ya había transcurrido casi una semana de ver a Chris, me la pasé hablando con él a través de mensajes y apesar de que ya nos habíamos besado –o más bien me había robado un beso– las cosas habían seguido muy calmadas.
En cuanto a Jenny no me la había encontrado al ir a almorzar con Scott, quien me insistió bastante en ir a celebrar mi primer día oficial de trabajo cuando le conté cómo me fue (y además quisiera asesinar a la morena), así que no hubo ningún inconveniente. Al otro día iría a ver a Chris en el centro comercial pues iríamos a comprar cosas para su hogar, ya saben; mercadería, algún objeto necesario y así.
El rubio quería que me comenzase a quedar en su casa, había olvidado que parte del contrato era que nos veríamos como dos veces a la semana, por mí no había problema en ir pero así me lo dijo al momento de contratarme.
— Creo que iré con mi ropa casual, de todos modos él tampoco se viste elegante para ir a comprar un poco... —Terminaba de almorzar las sobras de pizza alemana que habían quedado de la noche anterior y veía el televisor donde estaban pasando unos comerciales poco importantes, cosas de limpieza, un nuevo cereal para niños y así.
— Se ve que es un tipo sencillo, ¿Eh? —Asentí al olvidar que Scott no podía verme pues estaba de espaldas a mí preparándose un sandwich, así que hablé.
— Claro que sí, y es muy agradable. —Instantes después de responder mi teléfono comenzó a vibrar en mi bolsillo, lo saqué y contesté al ver el nombre “Chris”.
— ¿Qué tal, bebé? —Dijo al otro lado de la línea, yo sonreí nerviosa al sentir a Scott pegado a mi oído para escuchar. Ante el apodo que Chris me dió, mi amigo se alejó para chillar y tuve que hacerlo callar.
— Hola, Chris... Todo bien por acá —Me mordí inconscientemente el labio al escucharlo reír, definitivamente había escuchado a Scott.
— Bueno, linda... Nos vemos en un rato, ponte ropa cómoda y no olvides lo otro que te pedí —Mis mejillas comenzaron a arder tras escuchar eso seguido de una especie de gruñido muy suave por parte de él.
— Si, D-Daddy... —Me había pedido que llevase ropa para dormir en su casa, sería mi primera noche allí y estaba muy ansiosa, al final quería que nos fuéramos juntos al centro comercial. Corté la llamada luego de despedirme y me fuí a duchar para estar lista, ya cuando terminé de colocarme mis zapatillas apareció Chris en la puerta de la habitación.
— Hola, pequeña. —Habló con una leve sonrisa, no se veía muy de ánimo así que me levanté de inmediato para acercarme.
— ¿Estás bien? —Puse mis manos sobre su pecho y miré directo a sus ojos, así aprovechaba de ver los detalles en ellos.
— La verdad no mucho, Dodger se enfermó y decidí llevarlo a la veterinaria, en un rato más debemos ir a buscarlo... —Evitó mirarme a los ojos y tragó saliva, su labio se curvó muy levemente como una mueca. Algo me estaba ocultando éste hombre.
— Chris. —Hablé firme tomándole el rostro para que me mirase, lo cuál debía ser incómodo para ambos pues él era muy alto.
— Princesa, sólo vamos. Todo estará bien —Me tomó la mano y entrelazó nuestros dedos, una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo empezando desde la punta de mis dedos. «Es un contrato», dijo una voz interior y cayó como un balde de agua fría sobre mí la realidad, ya me estaba emocionando que alguien fuera tan atento aunque fuese por trabajo. ¿Eso era bueno o malo?
— Bueno... —Acepté su mano y le estreché con sutileza, tomé mi mochila color verde aqua y fuimos caminando hasta el auto, sólo me despedí gritando hacia Scott pues estaba hablando con un muchacho.
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¿Sugar Daddy? «Chris Evans y tu»
Hayran Kurgu¿Y si tus padres te dejaran en un país desconocido a tu merced luego de un grave malentendido? ¿Y si no puedes encontrar trabajo? ¿Y si la única opción que te queda es ser una Sugar Baby? La vida de [____] toma un giro inesperado tras perder todo co...