Búmeran

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-¿Qué piensas hacer? ¿llorar? -Reía con sus amigos.

- No me molestes. - Dije con un hilo de voz.

-¡Por qué hablas así ! Porque pareces nena hablando.

Mis lágrimas estaban por salir al ver como ellos se burlaban de mi.

-Asi habló yo.

- Me irrita.

- Pues no me hables. -Vi como él mayor de ellos se acercaba a mi y me tomó de mi camisa.

-¿Qué dijiste gordo?

Tragué saliva y repetí lentamente.

- Si los irritó... por qué me molestan.

- Te estamos haciendo un favor. Te doy 3 segundos y empiezas a correr.

Mordí mi labio al sentir que me aflojo el agarre de la camisa.

Siempre me hacían correr y eso a veces provocaba en mi mareos.

-3... 2... -Y corrí alejándome de ellos como todos los días.

El comienzo del secundaria sabía que iba hacer difícil, pero no me imaginé que 3 chicos me harían la vida imposible todos los días.

El que más me molestaba era Kyuhyun, me decía cosas muy feas se burlaba cuando yo respondía en clases.

Y en estos años que estoy aquí no he tenido amigos debido a que soy blanco fácil para ellos, he intentado decir a los maestros, eso ayudo para que dejarán de molestarme dos días... el tercer día Kyuhyun estaba tan enojado porque lo habían regañado que me golpeó y me amenazó si volvia a decir algo.

Kyuhyun era mucho mayor, yo tan sólo tenía 14 años y él tenía 17 y eso lo hacía creer que podía conmigo y en cierto modo así es.

10 años después

-¡Sungmin! - Escuché que gritaron.

-¿Ya cerramos?

-No, hoy hay reserva a las 8 pm.

-Cierto.

-Pero puedes irte, creo que tenías una cita con Hyuk.

-¡Si! Llevo esperando 1 semana por esto. -Sonreimos.

- Entonces ve, yo me quedaré.

- Eres el mejor jefe. - Me abrazó y sonrió. - Mañana haré doble.

- Eso espero. -Y vi como se marchaba y sonrei.

Donghae era un chico de 20 años super alegre, pero bastante torpe, varias veces había recibido quejas de que hace caer los té o los dulces, pero no lo he despedido porque da alegria y no lo hace a propósito, además algunos clientes vienen por él.

Vi como entraban unos señores de terno y se sentaban enseguida.

Me alegraba tener clientela de diferentes estilos, venían estudiantes, secretarías, incluso abogados.

Me acerqué con una sonrisa para saber que ordenarian.

-Buenas noches. -Los 4 señores me miraron y sonrieron. -Que desean ordenar.

-¿Es nuevo aquí? -Preguntó uno de ellos.

- No, soy uno de los dueños, él que suele atender no está disponible, así que si no es molestia los atendere yo.

-Por mi no hay problema que nos atiendas. -Vi como me guiño el ojo y bajo la mirada a la cartilla de los dulces.

-Un pastel de chocolate.

Un pastel o una vida contigo. -KyuminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora