¿Adulador?

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No dejaba de insitir y eso me estresaba un poco.

Asi que mi ultimo recurso fue aceptarle la salida para que dejara de molestarme.

Me llevó a un restaurante bastante bonito, no era para nada elegante, pero el ambiente era maravilloso.

-No tengo mucho tiempo, tengo que irme rápido. - Dije al sentarme.

- No te preocupes terminamos de comer y te llevo de regreso.

Asenti. Este hombre me miraba mucho y eso hacía que bajará mi mirada incómodo.

-¿Los postres los haces tu? -Ahora si lo miré y sonreí.

- Si es algo que me apasiona.

- Tu sonrisa es muy linda, me hipnotiza.

Dejé de sonreír y seguí viendo la carta de pedidos. .

-Sabia que ibas a dejar de sonreir. Me gustó mucho el pastel estaba muy rico.

-Gracias, aunque el que comió usted no lo hice yo. -Dejó de sonreír y me miro confundido.

-Debo probar uno tuyo. -No miraba a ningún lado, sólo tenía su mirada en mi rostro.

- Si sigue mirándome de ese modo me voy.

Se hizo para atrás y sonrió y tomó la carta y pude respirar por fin.

-¿El chico de ayer era tu novio? Lo Pregunto  porque no vi ninguna expresión de enfado cuando dije lo que pensaba de ti.

-¿Y siempre dice lo que piensa?

-Depende... porque en estos momentos quiero decir algo y por temor a que te vayas no lo digo.

- No lo diga.

-¿Y es tu novio? Siento ser tan irritante pero quiero estar completamente seguro para mi siguiente paso y yo respeto mucho a las personas, así que no quisiera que el afortunado que este contigo se enfade.

Me mantuve serio mirándolo mientras me miraba.

- Me alegra que sea alguien respetuoso, pero tenga o no tenga novio no quiero que usted de ningún paso.

- ¿Por qué? Yo no he sido irrespetuoso o algo por el estilo y me gustas.

-Le agradezco su interés y me halaga no le miento, pero sería una pérdida de tiempo conquistar a una persona que ya ha sido conquistada por otra.

-Ohh... entiendo. - Miró al mesero y lo llamó y este vino enseguida. -Carne a la plancha por favor.

-Enseguida señor y para su acompañante.

-La sopa del día, nada más gracias.

-Enseguida les traigo su pedido.

-Disculpa. ¿Tienes algún pastel?

- No señor no tenemos pasteles.

-Ok. -El mesero se marchó y este hombre me miró. - No hay pasteles como el tuyo en cualquier parte y dudo mucho que me llegue a gustar otra sonrisa que no sea la tuya.

-Usted dice que es una persona respetuosa, pero usted desde el comienzo me está incomodando, y de sentirme halagado, pase a sentirme acosado.

-Lo siento, sé cuando no soy bienvenido y sabes; odio no haberte conocido antes y no haberte conquistado antes que ese pelinegro.

- Gracias por su consideración. - Sonreí.

-¿Podemos ser amigos? No creo poder estar alejado de tu sonrisa.

Un pastel o una vida contigo. -KyuminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora