Epílogo

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Meses después de mi partida, Liz comenzó estudios en un colegio universitario ubicado a unos treinta minutos de su casa; decidió cursar una carrera para ser administradora de empresas. Se la pasaba feliz, compartía sus anécdotas conmigo por las noches, cuando nos comunicábamos a través del teléfono. En ningún momento mencionaba algún pretendiente. Era cuidadosa con esos detalles, lo cual agradecía. «Sabía que me amaba como yo a ella, de esa manera especial»

A pesar de que quise darle el espacio que necesitaba, para que procesara toda la situación que le generó confesarle mis sentimientos, moría por saber cuáles eran sus sentimientos. No le mencionaba el tema, a menos que fuera ella quien lo sacara en la conversación. Tampoco le insinuaba "cosas" pues, no quería atormentarla, antes que nada la respetaba, la amaba y no quería hacerle daño.

De vez en cuando me comunicaba con Yve y Carmen para ponernos al día; a ellas, les estaba yendo bien. Carmen consiguió un trabajo que le permitía estudiar para ser asistente contable, al cual podía asistir por las tardes; estaba encantada de poder hacer las dos cosas al mismo tiempo. Yve por su lado, al igual que yo, tuvo que mudarse a otra ciudad lejos de su familia, su pasión siempre estuvo relacionada con diseño de interiores y eso fue lo que optó por estudiar.

Así pasó el tiempo y cada quién se fue adaptando a las nuevas costumbres, al nuevo ambiente, a los nuevos rostros. Nunca perdimos el contacto, a pesar de la tareas y el día a día que nos consumía.

Al principio, el periodo de adaptación fue muy difícil; por las noches cuando nadie me veía, lloraba como un niña pequeña. Extrañaba todo de mi hogar «Mi dulce hogar». Aunque cada vez que tenía tiempo libre y podía, me iba a ver a mi familia y por supuesto, me encontraba con Liz.

De alguna manera, durante todo el tiempo que habíamos estado separadas, Liz siempre conservó esa forma tan única de tratarme; sin importarle mi confesión, sólo seguía siendo espontánea y esa manera de ser, hacía que me mantuviera aferrada a ella. En algún momento del pasado, había decidido olvidar lo que sentía por Liz, pero no lo había logrado. Había pasado el tiempo y siempre me descubría pensándola, suspirándola «Deseándola, ¡up! Me sonrojo»

Sentía que había cambiado como persona, me sentía diferente, aunque conservaba algunos aspectos como indestructibles, seguía siendo tímida. Me había vuelto más decidida y desenvuelta, pero en lo relacionado con los sentimientos era tímida.

Me acostumbré a que, si quería llegar temprano a la universidad, todos los días tendría que levantarme a las 5:00 a.m. Mi cerebro se activaba antes de que sonara el despertador, creo que era un mecanismo de defensa, lo cual le agradecía inmensamente, pues odiaba el maldito sonido de la alarma taladrando mis oídos.

Desde mi lugar de residencia hasta la universidad eran a unos 45 minutos si tomaba un autobús urbano. Si iba en auto particular, en 20 minutos llegaba. Pero apenas era una simple estudiante, estaba en el segundo semestre de ingeniería y no contaba con un medio de transporte propio que me permitiera evitar las penurias de utilizar un autobús, en plena hora de auge matutino. Eso de no tener un auto, no me quitaba el sueño; la verdad, no era prioridad, nunca lo fue, veía que para algunas personas, eso formaba parte de sus necesidades, pero no para mí. Yo, solo quería alcanzar mis sueños, labrarme un camino, ser una profesional y ganarme las comodidades por mis propios méritos.

Imaginé en algún momento, que en el camino, para alcanzar ese sueño me encontraría con tantas experiencias, con personas buenas, esas que te tienden la mano, que te dan apoyo y cobijo cuando lo necesitas; también que encontraría personas egoístas, de malos sentimientos, esas que no miran para meter el pie y hacer que te caigas. Que aprendería de todo un poco. Y así fue, pero no contaba con aprender algo que entonces no contemplé: aprendería que había otras formas de querer y de amar, diferentes a como lo hacía con mi amada Liz.

Amando por primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora