Capítulo 3 - Conociendo más de ti

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Esperaba a que llegaran mis compañeras de grupo para saludarlas, y mientras lo hacía reflexionaba sobre esta chica, Aurora. Una leve sonrisa se apoderó de mis labios. Da la impresión de ser una niña cariñosa, pero al mismo tiempo esa expresión de mal humor que siempre tiene en el rostro me desconcierta y me pone nerviosa. No lo entiendo, ¿será así siempre?, me da curiosidad. Es como un misterio, es inteligente pero impenetrable, de pocas palabras, lo he notado. Aunque no puedo negar que semanas atrás me caía mal esa flacucha presumida, ahora me cae mejor, bueno solo un poco. Y en las contadas ocasiones que hemos conversado, noto que no puede sostener la mirada por más de unos segundos, pero eso no me ha impedido ver el color miel de sus ojos y esas pestañas espectaculares que tiene. Me gusta el tono claro de su cabello y esas pequeñas pecas que adornan sus mejillas, me parecen de lo más tiernas. Pero en ¿qué has estado pensando!!!? Loca!

—¡Hola Liz! ¿Qué tal? ¿cómo estás? —Así me decía Yve, me saluda con un beso en la mejilla.

—¡Muy bien! y ¿tú!?, llegué temprano para ponerme al día. Ya sabes, tuve que ausentarme en algunas clases —. Comenté, sin dar mayor detalle y sonreí nerviosa, como si Yve pudiera saber lo que estuve pesando.

—Uhmm y... ¿esa cara? ¡Jajaja! ¡cuéntame picara! —preguntó divertida.

—Ja ja muy chistosa, nada particular. Solo... solo pensando en tonterías.

—Ok, te creo ¿y lograste ponerte al día? para hoy, hay tarea. Por cierto, la próxima semana tenemos examen de matemáticas, polinomios, ¿Cómo vas con eso? —Continuó con su conversación.

—Sí, logré ponerme al día. Para lo de la semana próxima, ya comencé a estudiar aunque hay algunas cosas que no entiendo. Quiero preguntarle al profesor pero me da un poco de vergüenza. ¿Tú podrías ayudarme? —Le expresé con mucho entusiasmo.

—No amiga, no soy buena explicando, aunque podría intentar. Si no resulta y no quieres decirle al profesor podrías pedirle Aurora que te explique —Me regaló una sonrisa traviesa y se quedó mirándome fijamente.

Me quedé perpleja con lo acaba de decir y no supe que responder. Me empecé a preocupar. Algo había en esa chica que me hacía querer saber de más de ella.
No sabía como extender la conversación con Yve, para hacer que me dijera más sobre Aurora. Necesitaba hacerlo y la verdad no me importaba si me descubría en el intento.

—¿Y crees que ella aceptaría hacer eso?, digo explicarme... matemáticas, polinomios... ya sabes.

—¡Jajaja! —Carcajeó y me lanzó una mirada como de autosuficiencia -Si no la conociera desde hace tanto no te habría dado esa idea, ¡claro que aceptaría!, ella es exigente cuando se trata de estudios, aunque la veas así tímida y cariñosa. Pero como ya yo estoy acostumbrada y le tengo confianza, entonces no me afecta. Tengo una idea mejor, si quieres le puedo proponer que nos reunamos todas en mi casa y así podemos estudiar en grupo. ¿Qué te parece?.

Después de haber oído que era una chica exigente me atemorizó un poco, pero seguí con ganas de conocer aquel personaje, a quien por lo visto sus amigas admiraban y respetaban.

—Ss..sí —Titubeé al responder y continué disimulando —Claro que sí, me parece bien.

—Perfecto, al salir de clases si logro verla le comentaré o mejor la llamaré al final de la tarde.

¿¡Llamarla!? claro, es lógico; ellas se conocían desde hace años, que tuviera el número de su teléfono... no me debió extrañarme.

—Yve, ¿cómo se conocieron?, me refiero a... bueno ya sabes, alguna vez me contaste que ustedes son mejores amigas desde el jardín de infancia, pero me refiero a cómo fue tu encuentro con ella. Es que no me la imagino dirigiéndose a ti. A veces puede parecer tan tímida y seria -Pude notar que levantó una ceja y tenía una expresión de curiosidad en su mirada, me ruboricé un poco pero no me importó.

—Uhmm pues fue el primer día de clases, nuestros padres nos habían dejado a cargo de la maestra de turno y había una niña llorando terriblemente porque no se quería quedar. Aurora, la miraba con ojos de cordero degollado y como soy un año mayor que ella—hace una mueca de orgullo—, soy un año más madura Jajaja... decidí acercarme a ella, es que me dio mucha compasión ver esos ojitos tristes y a punto de llanto solidario. Recuerdo que le acaricie su pelito, ella me miró con cara de asustada; la saludé, la tomé de la manita y la invité a sentarnos. Le pregunté cuál era su nombre y yo le dije el mío, desde ese momento nos hicimos grandes amigas.

—Que lindo me parece, no tuve ocasión de ir a un jardín de infancia. ¿Y por qué entraste al jardín un año tarde? —Le pregunté con curiosidad.

—Cosas de salud, me enfermé y no pude ingresar cuando me correspondía, pero fue lo mejor porque así pude conocer a mi amiguita Aurora —Sonrió tiernamente.

Después de conversar un rato, nos dirigimos al salón de clases, teníamos que asistir a la clase de Literatura, antes de ir al laboratorio de Biología.

Cuando nos dirigíamos a clases, nos encontramos a Carmen y Aurora, acababan de salir del laboratorio; rogué a todos los cielos que Yve, no le comentara sobre la idea de estudiar juntas mientras yo estuviera presente, así que me adelanté y le dijé que iría al baño. Fue la excusa perfecta. Noté como Aurora me miraba de reojo.

No pude evitar devolverle la mirada y sonreírle retraídamente. Me agradaba esa chica, para que negarlo. En el fondo quería que me permitiera acercarme a ella y no ponerme tan nerviosa en el intento.

Logré mi objetivo, escaparme de ese breve encuentro; seguramente me iba a incomodar tanto y al no poder disimular habría sido muy notorio.

Pasado el medio día, moría de hambre, me alejaba de la entrada del instituto en dirección a mi casa. Decidí comprar algo de comer, algo que me permitiera disminuir el hambre hasta llegar a casa, así que entré a una tienda que estaba en la esquina.

El lugar estaba repleto de estudiantes aglomerados en la barra, esperando para ser atendidos. Como pude me colé entre los presentes y saludé al chico que siempre atendía, le hice una seña; él me conocía porque era amigo de mi hermano.

Hice un pedido rápido y me atendió sin hacerme esperar; le pagué y cuando di un paso atrás para retirarme, sentí que coloqué el talón de mi pie sobre el pie de alguien más. Me giré para pedir disculpas, pero hice un movimiento rápido y en un intento por no caerme fui a parar sobre la persona que estaba a escasos centímetros de mi, Aurora. 

Ella me sostuvo de los brazos y se quedó mirándome fijamente; yo enmudecí. Sentía mucha vergüenza. Hasta que por fin reaccioné, me erguí y le pedí disculpas.

—Perdona Aurora, no fue mi intención. La verdad no me di cuenta que había alguien detrás de mí —Aún con vergüenza, me quedé sin más palabras.

—No te preocupes, no fue nada. En todo caso no me dolió, quizá con el tiempo mude una uña —sonrió y cambió el tema de manera automática—¡Uy! creo que va a ser difícil que compre alguna cosa.

—Puedo compartir mis galletas contigo, no tengo ningún problema y así compenso la pisada que te acabo de dar —Noté como sonrió con mi propuesta y afirmó con la cabeza, nos dirigimos a la puerta para irnos a nuestras casas.

—¿Y qué haces por acá tan tarde?, pensé que las clases del "B" hoy salían más temprano —Me pareció curioso que aún estuviera en el liceo.

—Ya empezó la niña preguntas ¿estás nerviosa de nuevo?, ¡Jaja! es broma —me sonrojé un poco, la verdad si lo estaba —. Es que me quedé un rato en la biblioteca adelantando un tarea de historia y no me di cuenta de la hora -respondió a la pregunta mientras saboreaba una galleta de vainilla.

Hubo un silencio incómodo por unos instantes. Intentamos hablar al mismo instante.

-—Quisiera... —Intenté decir.

—¿Cuándo... —Intentó preguntar ella.

—Dime, tu primero —Me cedió el turno para conversar.

Sonreí y continué —Quisiera preguntarte algo, pero no es porque sea la chica preguntas, así que no me vayas a molestar con eso. ¿Sí? —sonríe nasalmente y asiente con la cabeza—¿Cuándo es tu cumpleaños?

Me miró con expresión de sorpresa y sonriendo me respondió con una pregunta —¿Para qué querrías saber eso? ¿Me harás un pastel?

—Es que quiero conocer más de ti.

Amando por primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora