Again. |Damon Salvatore| Primera Parte.

Por favor, quédate.

Capítulo 12

Desperté en el sillón, encima del pecho de Damon, estaba profundamente dormido, veo el reloj colgado en la habitación, son las 3 am, quito la cobija que esta encima de mi e intento pararme pero sus brazos están rodeando mi cintura, me voy deslizando lentamente.

-¿A dónde vas?- giro a verlo, aún está con los ojos cerrados, me quedo un momento viéndolo, bajando por su nariz, sus largas pestañas que protegen esos ojos color azul y esos labios delgados.- ¿Giss?

-¿Si?- el abre los ojos, mis brazos descansan en sus costados, el sigue sin soltarme.

-Lamento lo de Patrick.- parpadeo varias veces, no lo recordaba, siento un vacío en mi pecho.- No debí meterme.

-No es tu culpa, creo que yo... no debería ni siquiera haber venido aquí, solo conformarme con lo que el me había dicho, pero la curiosidad me mataba, aún lo hace. A veces debería de dejar de ser tan impulsiva.

-Eso hace que seas especial.- lo veo a los ojos.- Y así eres perfecta, Patrick debería de ver que se equivoca, que.- hace una pausa y aparta la mirada.- que nosotros no seremos nada.

Siento aun peor, mi pecho se oprime.

-Cierto.- contesto.- Eres un gran amigo.- el cambia su expresión, me suelta.

-Bien, creo que iré a dormir a mi recamara, ya veo que estás mejor.- estaba por pararse pero pongo una mano en su pecho.

-Eres, en parte, lo único que tengo, aparte de Enzo, solo tú me entiendes, no me dejes sola, por favor, quédate.- su rostro se relaja, me sonríe.

-Me quedaré siempre que me necesites.

-Damon... ¿Camila era muy diferente a mí?- enrollo mi cabello en mi dedo.

-Hacen cosas muy parecidas, como eso que haces con tu cabello, o fruncir la nariz cuando piensan, y su risa, es hermosa, idéntica, sus hermosas manos.- me las toma entre las suyas.- son tan delicadas y suaves, parecería que tienen las pecas en el mismo lugar.- le sonrío.- esos labios color rosa, creo que ella era un poco más impulsiva que tu, actuaba sin pensar, pero físicamente creo que son idénticas, ella me gustaba.- bajo la mirada.- Sé que dijimos que solo amigos... pero tú me gustas.

-Yo no soy ella, Damon.- suspiro.

-Eres mejor.- se acerca a mí, acaricia mi mejilla, su tacto, su calidez me hace cerrar los ojos, disfrutar de cada lugar por donde pasa su mano, nuestras respiraciones se cruzan y los labios se rozan, siento una chispa al juntarlos, es un beso cálido, me carga en sus brazos sin cortar el beso, al llegar a su habitación quita mi playera, detiene el beso y me ve de arriba hacia abajo.- Gisselle.

-¿Qué sucede?- acaricio su cabello, él se sienta e imito su acción. Parece que vio a un fantasma

-Eso.- señala mi pecho del lado izquierdo.- ¿Es una mancha de nacimiento?- asiento.- No la había visto antes.

-No suelo usar playeras muy abiertas.- paso mi mano por donde está esta.- ¿Por qué?

-Camila tenía una igual.

Despierto en los brazos de Damon, toda la noche la habíamos pasado hablando sobre las similitudes entre Camila y yo, él decía que no podía ser solo una casualidad, debía significar algo más, que ella y yo teníamos más conexión, podría ser cierto.

-Buenos días.- me dice al despertar.

-Buenos días.- me sonríe pero su sonrisa se esfuma.- ¿Qué sucede?

-¡Demonios!- se levanta y sale a la sala, tomo la camisa de Damon y la pongo sobre mi ropa interior, sin abrochar. Bajo las escaleras corriendo para encontrarme a todos en la sala enfrente a una chica que reconozco al instante.- ¿Qué haces aquí?

-Oh, ya sabes, vengo por lo que es mío.- fija su mirada en Stefan, y regresa a ver a Damon.- Venía por uno pero puedo llevarme a ambos.- le guiña un ojo, su mirada cae en mí.- Vaya, vaya, ¿Gisselle, eres tú? No pierdes el tiempo.- Patrick se encontraba en la sala, evita mirarme y siento las mejillas enrojecer.- Pero creo que te equivocaste de hombre.- señala a Stefan.

-Katherine.- Stefan esta cruzado de brazos.- ¿Qué quieres?- Termino de bajar las escaleras e iba a avanzar más pero Damon me sujeta del brazo y me coloca tras él, Katherine no quita su mirada.

-Mi curiosidad me mataba, el regreso de Camila causo que quisiera saber más, pero más intriga tuve cuando descubrí que en realidad era su doppelganger, solo quiero conocerla, igual que tu Damon.- levanta una ceja y sonríe de lado.- Camila paso por muchas cosas en su vida, pobrecita.

-¿De qué hablas?- su voz era fría.

-Todo a su tiempo.- le guiña el ojo.- estaré cerca durante un tiempo, no me gustará perderme cuando Elena despierte y vea a su enamorado, con otra chica.- frunzo el ceño cuando ella nos ve a ambos, levanto la mirada hacia Damon y él tiene la mandíbula tensa, ella camina hacia la puerta con una agilidad natural y en realidad todo en ella es coqueto.

Me suelto del brazo de Damon al ver que Patrick ve nuestras manos entrelazadas. Este último camina hacia Damon, todo pasa muy rápido, solo veo a Damon en el suelo con la mano en la mejilla y Patrick con el puño cerrado, rápidamente él se sube encima de Damon y sigue pegándole en el rostro, Bonnie me toma del brazo al ver que quiero separarlo, Stefan toma a Patrick pero este lo lanza hacia la pared, suelto el agarré de Bonnie mientras Enzo imita la acción de Stefan, más no tiene resultado.

-¡Patrick!- este me ignora. Damon inicia a defenderse, y ambos quedan a un metro de distancia, desafiándose, me acerco y tomo el brazo de Patrick, este gira violentamente y solo veo su puño a unos centímetros de mí, su cara que era de enojo cambia bruscamente, suspiro de forma pesada, las lágrimas empiezan a acumularse en mis ojos. Toda la habitación se quedó en silencio. Él mira su mano, que un sigue frente a mí.

-Gisselle.- su puño se abre y trata de tocar mi mejilla, doy unos pasos hacia atrás.- No, nena, no tengas miedo.- Sus ojos color avellana también se llenan de lágrimas y puedo ver sufrimiento en ellos.- Nunca te haría nada.- sigo caminando de espaldas y caigo sentada en la escalera, sus lágrimas empiezan a brotar, cae hincado en el suelo, me abraza y esconde su cabeza en mis piernas.- Lo siento, lo siento.

Quiero hablar pero ninguna palabra sale de mi boca; si, yo había ocasionado esto, y tal vez, podría haberme defendido, pero su irá se apoderó de él, jamás lo había visto de esa manera, me hizo pensar que tal vez los vampiros no tenían todo el control en sí mismos, que tal si, un día lleno de enojo alguno de ellos llegará a matarme.

Sollozos pequeños empiezan a salir por mi boca, levanto la vista y Damon me ve impactado.

-Gisselle, por favor, quédate.- Me susurra Patrick, se me hizo un nudo en la garganta.