Capítulo 10: Became One

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Las luces de la ciudad se reflejaban en el gran ventanal del penhouse, blancos copos de nieve comenzaban a caer lentamente, casi mágicos.


Aunque Lexa no prestaba atención a la blanca magia allí afuera, pero en cambio estaba absolutamente hechizada observando algo aun más bello, un Ángel del Luz parada frente a ella. Una increíble mujer que la había cautivado tan súbitamente, que ni todos sus altos muros de protección, ni sus miedos a sentir nuevamente, pudieron detener la fuerza e intensidad de su luz, que simplemente la había poseído en cuerpo y alma.

Clarke, parada junto al sofá de cuero negro, en medio del gran salón, sostenía una leve sonrisa en su rostro, algo nerviosa e incómoda por el silencio que se había creado entre amabas, luego que Lexa la invitara a pasar y le ayudara a sacarse su abrigo.

Aun cuando Clarke no podía ver a Lexa, podía sentir la energía tensa en el aire, escuchar los fuertes y acelerados latidos del corazón de la morena doctora, su respiración algo anormal, incluso el calor intenso que comenzaba a irradiar su piel, haciendo que el perfume de Channel que tenía puesto Lexa, fuera más intenso y penetrara sus fosas nasales de inmediato, creando sensaciones agradables en su revolucionado interior.

Lexa la miraba pensando cómo seguir tratando de evitar lo que sentía tan fuertemente en su interior. Su cuerpo la traicionaba, débil ante el enorme deseo de sentir a esa hermosa e enigmática jóven frente a ella, ahí en ese mismo momento, sin más límites, sin más rodeos.

Luego de tan emocionado momento en el pub, bajo el enorme hechizo de la voz de Ángel y esa última canción que simplemente había arrasado con los pocos vestigios de su cautela, no deseaba irse a su departamento sin Clarke. Había llegado el momento de enfrentarse con sus temores, de finalmente aceptar la pura y clara realidad, su corazón latía con fuerza nuevamente. El calor de los sentimientos la embargaba completamente y la única responsable de ello no era otra que la artista, a quien deseaba en cuerpo y alma.

Cuando había llegado la hora de despedirse a la salida del pub, Lexa no pudo resistirse, no podía ni quería dejarla ir. Haciendo caso omiso a ese pequeño ser dentro de su mente, que trataba aun de detener sus arrebatos, ella la había invitado no sólo a su departamento, pero a cruzar esa línea invisible que ambas habían marcado, y Clarke aceptando la invitación sin titubear, le indicaba a las claras que el deso de cruzar la línea era mutuo.

Su mente y su corazón se debatían en un enorme duelo por una última vez, era el momento de o dejarse llevar por ese loco y apasionado sentimiento que Clarke la hacía sentir, o volver a su profesionalidad y tomar definitivamente distancia de su paciente. Las dudas y el temor la envolvían, trataba de tomar esa decisión pero le resultaba casi imposible. Especialmente porque no deseaba herirla nuevamente, pero en el fondo de su alma estaba aterrada.

Clarke por su parte, presentía el dilema en la mente de su doctora, sabía que Lexa estaba asustada a todo el torbellino de sentimientos y sensaciones que ambas sentían una por la otra. Como una enorme ola de pasión, en la que ambas ya estaban subidas.

La artista sabía que el dilema en Lexa era muy intenso, y que ella tendría que dar ese primer paso, brindarle confianza, seguridad, calor, protección. Aunque ella también temía el resultado de presionar la situación en la que se hallaban. Su corazón latía demasiado fuerte por Lexa, para que esta se alejara de repente y la hiera nuevamente. Pero se dijo que ésa invitación significaba algo, significaba que los altos muros sedian, que una parte en el interior de su Doctora la deseaba, sentía la misma atracción que ella y era el momento de averiguarlo.

Angel de Luz [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora