Capítulo 7

536 50 11
                                    

Mariana's POV

En la mañana, abrí mis ojos perezosamente, fui la primera en levantarme, al parecer mi pequeña omega aun dormía, se veía tan tranquila, sus pestañas tan perfectas, aquellos labios que aunque poco he saboreado, en gran parte puedo afirmar que ni se imaginan lo adictivos que son, realmente deliciosos.

Ver su rostro mientras dormía me derretía de ternura, aunque también de deseo, sentía cada vez más ganas de marcarla, de poseerla.

Poco a poco iba entrando cada vez más en mis pensamientos, inmersa en estos imaginaba sobre todo lo que haríamos y en como podría crear una ocasión para que se diera el momento de hacerla mía. Me siento pervertida, pero igual sonreí al notar lo dañada que me estaba volviendo desde que la conocí.

Comencé a picar con uno de mis dedos muy suavemente en sus definidos cachetes, Deos, eran tan esponjosos y perfectos, quería comerlos o por lo menos un mordisquito no hacía daño. Siguiendo de nuevo mis pensamientos me acerqué a aquellas mejillas que mi lobo tanto quería probar y sin resistirme emprendí el camino hacia estas.

Antes de que siquiera mi aliento chocara con su delicado pómulo, la chica de ojos miel me rodeo del cuello, se puso sobre mi y me inmovilizó.

- Emmm oye.... Princesa... ¿Buenos días? - Pregunto sin hacer otro movimiento, podía ser su alfa pero admito que por la sorpresa del momento ni yo caía en cuenta de eso. Los ojos miel de la omega penetraban en mi iris incomodándome involuntariamente.

- Y-yo... L-lo siento - La chica de finas facciones me liberó sonrojada, debo admitirlo cada vez ella me excitaba más.

- Tranquila hermosa... Supongo que no estas acostumbrada a mi... - Pronuncié mientras bajaba el volumen de mi vos conforme terminaba la frase.

Podría imaginar que ella se sintió mal puesto que se acostó en mi pecho boca abajo, rodeó mi cuerpo y no me soltó en un buen rato.

- Oye - Le llamé. Aun no sabía su nombre y justo ahora era un buen momento para preguntárselo.

- Lo siento... - volvió a decir ella con un tono cual cachorro abandonado.

- Te amo - Dije sin chistar. - No estoy molesta ni me preocupa, lo único es que... Mm... No sé tu nombre aun - Continúe.

Ella no dijo nada por un rato, ¿Habré dicho algo malo? pensé preocupada. Con tanto silencio incomodando me decidí a mirarla.

La chica estaba mirándome otra vez a los ojos, ahora su mirada reflejaba gran cantidad de vergüenza y esta hacía conjunto con aquellas mejillas que se tornaban de un carmín intenso, bastante notable en su pálida piel que sin control destacaba su sonrojo, quiero marcarla, fue lo primero que pensé al verla, esta chica tan tierna es toda mía, y pobre del estúpido que se meta con ella, me siento tan... Posesiva.

- S-soy Denia.. N-no, Diena... DIANE - Remarco el último nombre, dando a entender que aquel era el correcto, yo me limité a reírme entre dientes por su cómica actuación.

- Diane - repetí buscando una confirmación.

- P-pero d-dime como quieras - respondió ella, haciendo notar que aun conservaba alguna huella de su reciente vergüenza.

- Me gusta tu nombre - Dije sonriendo y besando la parte superior de su cabeza. Aunque quisiera seguir junto a ella ahí tumbadas y sin preocupaciones que nos molestaran, aun tenia responsabilidades y no pude impedir que estas me sacaran de la comodidad de sus brazos - Lamento interrumpir pero hay que movernos señorita, a menos que después de robarme todo un día y su noche me quieras dejar sola con el problemón que tengo - dije mientras me sentaba en el borde de la cama.

- Es cierto, te quité todo el día, lo siento, yo no quer.... - Antes de que tuviera oportunidad de volver a disculparse como por enésima vez, tome su mentón y uní nuestros labios en un suave beso increíblemente satisfactorio, al cual ella correspondió sin oponerse.

- Muy bien, te ayudaré, es lo menos que puedo hacer porque pasaras tantos problemas conmigo, pero... ¿Podemos ir cuando amanezca siquiera? - Respondió recuperando su cordura, la cual yo por mi parte perdía, siendo recorrida cada vez más por la vergüenza que alguna vez estuvo en ella.

Me límite a asentir mientras rogaba que me tragara la tierra por mostrarme tan estúpidamente ante la persona que debía proteger.

- Vale, más tarde lo haremos - Respondí por fin.

- ¿Haremos?... ¿Haremos qué? - Dijo volviendo a sonrojarse.

- Malpensada - Hablé con son risueño y ella se limitó a sonreír apenada por lo que pensó.

Volvimos a tumbarnos en la cama y mientras intentábamos dormir, de nuevo regresó aquel silencio aunque no tan incómodo.

- Deberías marcarme de una vez por todas - Volvió a hablar Diane con un tono completamente tranquilo.

- He? - Lo casual de su frase me había dejado bastante coja, todo el tiempo que llevaba deseándolo y conteniéndome para no ir muy rápido y ella lo dice de sopetón como si nada. Aun así ¿Obtendría lo que mi lobo y yo tanto clamábamos en este momento? - Q-quieres que... O sea... Eso... ¿Que tu y yo eso?... -

- Quiero coger - Completo ella tan atrevida y bruscamente como había hablado antes.

- ¿No es un poco apresurado? ¿Antes no se supone que piensas en las consecuencias y todo eso? - Claro, el amor de tu vida te dice que tienes vía libre pero tu sigues preguntándole si está segura.

- ¿Me abandonaras? - preguntó ella.

- Imposible - Respondí sin dudar.

- ¿Cuidaras de mi y nuestros cachorros? - Volvió a preguntar.

- Por supuesto - Una espontánea propuesta ahora parecía el juramento para un matrimonio.

- ¿Entonces porque me debo preocupar? Nada impide que me hagas tuya, incluso el destino nos unió por un lazo increíblemente fuerte - Dijo volviendo a revivir su propuesta. - ¿Soy yo? - Concluyó.

- Jamás, lo primero que quiero es hacerte mía - Solté. Ella se quedó mirándome.

Diane soltó una cautivadora risilla. - ¿No se supone que soy yo la pervertida? - Dijo entre risas.

Me puse sobre ella deteniéndola de sus manos. - Por supuesto, ¿Quién fue la que me propuso marcarla en primer lugar? - La besé con un son de felicidad en mi boca, no podía evitar sonreír mientras le besaba, aquella pequeña escena había sido encantadora para mi.

Seguía besándola, ella atrevidamente comenzó a frotar su pierna con mi centro, dejando ver cada vez más la inflamación que iba formándose allí.

- Si lo sacas no podrás retractarte preciosa, además justo mi celo me está matando y no tengo tanto autocontrol como para que una exquisita omega me esté provocando sin obtener nada - volví a decir como última advertencia.

Ella solo sonrió callando mi boca con un apasionado beso mientras que con su mano buscaba aquel miembro sacándolo a la luz.

- Ups - Desafío ella.

=•=•=°=°=°=•=•=•=°=°=°=•=•=•=°=°=°=•=•=
Wiiiiiii

Holassss

Sera que hay limones pal prox cap?

Once ✩Al Fin En Corrección y Revivición✩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora