Capítulo 31

36 4 1
                                    

Por primera vez en mucho tiempo, me había encontrado algo que no podía manejar, sentía a mi mate, mi compañera, la otra madre de mis hijos corriendo por su vida. ¿Qué era eso acerca de la suerte y el gran destino del que tanto hablan y yo nunca los había conocido?

Claramente tampoco pensaban presentarse, pues me encontraba en un camión sellado, apenas con lo suficiente para respirar pero no para correr una maratón o si quiera moverme con normalidad, incluso con el entrenamiento que me traía encima.

Y así pasé todo el viaje en ese camión, concentrándome únicamente en respirar y mantenerme viva.

No pude sentir cuando se detuvo, no pude sentir nada en absoluto de hecho, ni siquiera alguna curva o salto en el camino.

Estoy casi segura que en algún momento antes de llegar debieron sedarme con algo, pues efectivamente, no volví a saber nada de mi.

Pov's Mariana

Sinceramente no tenía idea cómo pero mi exótica idea ingeniada a última hora había dado resultado, uno expresamente bueno.

Me encontraba caminando con normalidad por los pasillos y sin embargo, nadie en absoluto percataba sobre mi presencia.

- ¡Toda la sala de pruebas acaba de estallar! - Distinguía entre sus gritos.

- Hmm ¿No es normal que estallen cosas allá? - Decía un hombre de acento extraño quien parecía acostumbrado a la situación y no le tomaba mucha importancia.

- Maldita sea ¡¿Qué parte de toda no entiendes?! ¡El edificio está colapsando, tenemos que evacuar! - Realmente todas y cada una de esas palabras suena como musica en mis oídos.

Por fin había llegado donde estaba Diane. De los documentos que el señor Vogne me había entregado la única información que no figuraba era que hacían con ella.

En frente de la puerta donde supongo ella estaba, no sabía que esperar, tenía tantas ansias como miedo de abrir...

- ¿Quién eres tú? - me habló un muchacho joven que no parecía muy habituado al lugar.

- Esa información no es algo que te incumba muchacho, confórmate con saber que me enviaron para rescatar o eliminar cualquier prueba - Dije lo más segura que pude, a pesar que si el chico no fuera un humano beta, estoy segura que hubiera escuchado la velocidad de mis latidos en ese momento.

- Si el destino nos reúne de nuevo, llámame "Trust" muchacho - Y con casi el corazón en la mano, intentando parecer genial, abrí decididamente aquélla puerta y la cerré tras de mi.

Sin que aquel chico pudiera pensar en modular algo antes de que me fuera, le puse incluso seguro por si algo.

Aquel lugar era lo que me bloqueaba de Diane sentí ganas de correr y atravesar el pasillo recto por el q me llevaba la puerta.

Al final era un espacio grande, lleno de cosas extrañas y lleno de innumerables personas atadas a camillas y con unas pocas más corriendo de un lado a otro.

Comenzé a mirar entre todos ellos detallando que clase de cosas les habrán hecho y siguiendo algo ansiosa el punto en el que su olor y nuestro lazo me llevaban.

Mi lobo comenzó a gruñir como loco, quería que corriera, que me acercara a nuestra mate y la llevará con nosotros.

Que más podía decir, estaba tan ansiosa como el, nesesitaba correr a verla, y eso hice, volví a correr, ya no para huir ni distanciarme, sinó para reunirme con la persona que amo.

- ¡Diane! ¡Diane! - Gritaba mientras corría, ese maldito lugar ¿Cómo es que lo hicieron tan grande? Toda mi voz hacia eco y cuando por fin le pude distinguir en la lejanía, sentía que no podía aguantar más las lágrimas.

También atada en una camilla como todos los demás, sus brazos tenían pinchazos por todas partes, y su cuerpo definitivamente estaba más delgado. Comenzé a desatarla tan rápido como podía. En esos momentos me sentía tan torpe por el afán sentía que demoraba siglos con cada atadura que quitaba.

- Cielo, ya estoy aquí bebé, no te preocupes ¿Vale? Ya estoy aquí, te rescatare hermosa, te sacaré de aquí no importa como cariño - Decía mientras lloraba y esas malditas ataduras de cuero no colaboraban o era que la ansiedad realmente me dejó más torpe.

Quité la sábana que tenía sobre sus piernas, inmediatamente me sentí en una pelicula de horror, tenía una herida de corte totalmente abierta e infectada en su rodilla ahí misma llena de cables, sin mencionar que literalmente le habían incrustado algo dentro, en su rodilla y en su vagina.

El monitor cerca de la camilla de Diane, hacia donde todo eso llevaba, mostraba la velocidad de auto recuperación, su pulso, y propiedad de algo llamado "Diwer".

Le comenzé a desconectar todo los cables y la anestesia en su mano, además de la especie de cable cuadrado que le habían introducido por... Bueno... Ya imaginarán donde.

En ese momento tenía un millar de emociones, enojó y furia, tanto que mi lobo quería salir y vengarse, felicidad, alivio, ansiedad, desesperación, impotencia, muchas más que nisiquiera sabía su nombre pero se sentían tan bien y tan mal como las otras.

Con un pedazo de esa sábana le vendé temporalmente su pierna, a pesar de todo lo que la había manipulado, ella no mostraba signos de despertar, pero estaba viva, estaba viva e iba a mejorar.

Con más partes de aquella sábana la amarré a mi espalda, así podría correr y hacer cosas con las manos libres.

No salí por el mismo lugar, tenía ese mal presentimiento con el chico que encontré fuera, simplemente no quería volver a encontrarmelo.

Solamente tuve que seguir a las personas que corrían sin ponerme un poco de atención.

Definitivamente daba a otra entrada y con un poco de suerte hasta pude salir desde la puerta principal donde todos evacuaban.

Apenas salí, no dudé en correr lejos, incluso me transformé, quería llegar lo más pronto posible donde había dejado a Ryu y a Kara.

No debía dejar rastro que seguir y tenia llegar a un doctor rápidamente.

- ¡Señ- ¡Marianaaaa! ¡Aquí! - Escuché no muy lejos.

~ ¡Suban! ~ grité yo antes de si quiera llegar.

Ella casi que saltó sobre el único espacio libre que aún quedaba en mi lomo y agarré a Ryu con mi hocico rápidamente.

Corrí sin rumbo fijo realmente, tenía miedo de volver y arriesgar a las personas que me habían ayudado por si Silvers buscaba venganza.

Así que solo me dirija de forma recta con la esperanza de encontrar un lugar para detenernos y que Diane pudiera ser atendida.

- ¿No nos devolvemos? - Pregunta Kara.

~ No, tenemos que alejarnos tanto como sea posible ~

En este mundo, donde todo es gobernado por una misma persona, por un mortal que juega a ser dios y todos le obedecen ante el miedo de las consecuencias.

Aquí donde no solo los humanos existen, sinó también los hombres lobo, brujas, elfos, vampiros, enanos, hombres lagarto, minotauros e incontables razas más, cada una tan sabía y hábil como la otra.

Todos pensantes y soberanos de lo que se les permite, también era obvio que una rebelión, personas de todas las razas unidas con el objetivo de derrocar el absolutismo en Silvers, existiría.

Eso mismo me había dicho el señor Vogne cuando estaba por partir, mi única esperanza de no morir son los renegados, debía encontrarlos y esconderme con ellos.

El primer paso era entrar a Landgrave, si, el mismo país que decidió aliarse con Ckecru a favor de una guerra contra Dellatore. El mismo que ayudó el a destruir mi vida.

Y para entrar, el camino era difícil pero una vez allí la gente era buena, reservada con extraños pero decidida en ayudar a cualquiera que lo necesitase.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 17, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Once ✩Al Fin En Corrección y Revivición✩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora