Capítulo 17

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Diane's POV

Un guardia apareció en mi cuarto, se le podía notar alterado e incluso con sudor en la cara. Intuí que no estaba aquí por una buena razón y si que acerté.

- Señora D, vengo con malas noticias - El chico hizo una leve pausa, tenia temor marcado en todas sus expresiones - Perdimos la guerra - Volvió a detenerse - P-pido que me acompañe, debemos evacuar antes que el enemigo llegue -

Un espasmo me recorrió todo el cuerpo, de esos que sientes cuando se te rompe el corazón. Me sentía así, rota, con miedo y dudas, ¡Mariana! ¿Que es de Mariana? ¿Dónde mierdas está el amor de mi vida? ¿¡Dónde está!? Maldición.

Mis dudas comenzaron un brote de ansiedad y estaba hiperventilandome, aquel chico se preocupó, intentó relajarme con pequeños golpes en la espalda.

- Señora D tranquila, ahora la prioridad es estar a salvo, su alteza se encuentra bien, usted es la prueba de eso. Relájese por favor y le pido que me siga hacia los autos. - El chico también se notaba ansioso, probablemente no tengamos tiempo y aun así esta intentando calmarme con toda tranquilidad.

- Joven, ¿Cómo te llamas? - Logré decir ahora más tranquila.

- David - Me respondió sonriente el chico.

- Muy bien David, perdoname por gastar tanto del tiempo que no tenemos, me encuentro mejor, así que es menester dejar este lugar, dame unos segundos agarro algo que necesitaré y te llevo - El joven me miró dudoso pero asintió sin problemas.

Por fin salimos, y ya que no sobraba el tiempo levanté al muchacho estilo princesa y salí a correr.

David olía a Alfa, era uno, pero su reacción al ser levantado reflejaba una actitud de Omega, me pareció tan tierno y violable aun si debiera ser al revés.

Tiempo después logramos subir a los Jeeps y comenzar una huida de supervivencia.

Mientras manejaba volví a sumergirme en mis pensamientos, recordé a Mariana y aunque podía sentir que aún vivía, ahora ella estaba débil. De nuevo me recorrió la ansiedad, ya me estaba desesperando y no pude más.

Detuve el auto, respire profundo y con todo coraje que logré reunir puse en marcha otra vez el Jeep, giré el volante en dirección contraria a la anterior y me devolví. Quienes habían subido al auto que conducía me miraron extrañados, yo, apenas recordé que existían frené en seco y muchos se estamparon contra alguien o algo.

El otro Jeep detrás de nosotros también se detuvo cuando vio que giré el auto, y justo ahora sus integrantes venían, probablemente a preguntar el por qué.

- ¿Qué creen que hacen? - Cuestiona con aires de grandeza un Beta conductor del otro auto.

Decidí obviar al tipo y encargarme de mis tripulantes.

- Oigan, el que quiera se queda y el que no ahí paró otro carro, muévanse rápido que yo me devuelvo por sobrevivientes - O más bien por Mariana. Todos ahí se quedaron en silencio, se miraron entre si y debatieron rápidamente. 

Antes de poder responder el Beta con notoria edad encima volvió a preguntar.

- ¿Es que no me escucharon? - A lo que pone su mano en mi hombro y yo lo estampó contra el suelo mientras sostengo su cuello.

Mis ojos cambian de color, el amatista característico de los Omegas sale a relucir de la peor manera posible para el Beta.

- Cállese quiere, no tengo tanta paciencia - Quedo entretenida con aquel señor hasta que me encuentro interrumpida por los integrantes de mi auto.

- Mi Señora iremos con usted, algunos de nosotros tenemos conocimientos que podrían ser útiles y nuestros familiares también fueron a la guerra si podemos salvar a alguien iremos con usted - Las palabras de las personas me tranquilizaron de toda molestia y subí a continuar devolviéndome.

Olvidé al Beta durante el recorrido, hacia rato ya que mis ojos volvieron a ser de su característico color miel y la gente de el Jeep estaba preparando cada artefacto necesario desde lo que tenían y el botiquín del auto.

Más adelante diferenciamos siluetas humanas, por la ansiedad que me producía Mariana estaba cerca, debía ir ahí si no quería volverme loca por mi lobo.

Un grupo de nuestros sobrevivientes en batalla fue lo que encontramos.

Mi lobo salio sin repercusión alguna y corrí transformada hacia mi destinada. Me sintió probablemente, pues apenas me acerqué sus manos rodearon mi cuello y me saludo con un tierno beso en el pelaje.

- Mi princesa ¿Como estas? - Dijo ella. Como es que me pregunta como estoy si eso es lo que debería hacer yo.

~ Tonta ~ Le respondo con enojo y cariño al mismo tiempo desde la telepatía.

Ella se ríe y me mira con nostalgia - Pensé que no te vería de nuevo Diane - Una lágrima brotó desde su hermosa cara haciéndome flaquear y recordándome la desesperación que como ella también sufrí - Pensé que aunque había prometido volver sana y salva no podría hacerlo, yo quería volver a verte - Mariana había comenzado a llorar, ahí, frente a cada una de las personas del auto que estaban ayudando a los demás sobrevivientes, frente a mí como lobo y su pequeño cual aún no conocía su existencia. Como Princesa es un hecho deplorable tal acto de debilidad, pero, que gracia si desde hace pocas horas no era más que una prófuga y amenaza para cualquiera ajeno a su reino - Quería formar una familia contigo, arreglar las cosas con mi madre y ayudar en el reino - Definitivamente, Mariana ahora no escatimaba en lágrimas, se abrió completamente a mí y yo le dejaría llorar tanto como quisiera.

La alfa, de veintidós años, 1,82 de estatura, cabello grisáceo, levemente heterocrómatica y de piel bastante pálida agarro a su Omega y se fundió en un abrazo necesitado rozándose con el suave pelaje de aquella loba que tanto amaba.

~ Mari... ~ Comencé a decir con un poco de inseguridad por meditar si era el momento indicado.

Me transforme de nuevo y aunque desnuda pero cubierta por el abrazo de Mariana respire profundo y me decidí a decírselo.

Ella me miro dudosa, algo preocupada ante mi repentino llamando y mi cara al verme, pero se permitió preguntarme antes de suponer.

- ¿Pasó algo? - Dijo insegura.

- Estoy... Embarazada - Le respondí por fin.

Once ✩Al Fin En Corrección y Revivición✩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora