Capítulo 7

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17 de julio, 2016

(10:30 p.m.)

Un rayo de sol que entra por la ventana me despierta. Al despertarme del todo me doy cuenta de que no estoy en mi cama, sino que estoy en el sofá de Emily estirada como si estuviera en mi cama durmiendo.
Me levanto del sofá rápidamente y voy al baño para lavarme la cara. Al parecer anoche nos dejamos dormir en su casa, pero yo no recuerdo haber dormido como me he levantado hoy, estirada en el sofá.

Al salir del baño, me encuentro a Mason en la cocina haciendo tostadas.

- Buenos días Mason.- le digo apoyándome en una de las sillas que hay en la cocina.

- Buenos días dormilona. ¿Has dormido bien?

- Mas o menos, pero me duele un poco la cabeza.

- Quizás un abrazo sanador de Mason te ayude con el dolor.- dice Mason, con cara pícara.

- Anda, dame un abrazo tonto.- le respondo yo rodeando la mesa y acercándome a él.

- Oye Liss.- dice Mason mientras me envuelve con sus brazos.- ¿Te acuerdas de lo que pasó anoche?

- Anoche pasaron muchas cosas.- bromeo yo.- Pero, ¿A que te refieres, exactamente?

- Exactamente, a lo que me dijiste antes de quedarte dormida.

Ya sé a lo que se refiere, cuando por fin le dije "Te quiero" y le confesé mis sentimientos.

- Ah...si, me acuerdo.- digo, empezando a sonrojarme, como siempre me pasa.

- ¿Escuchaste algo más después?- Me pregunta un poco tímido y con voz baja.

Pensé en decirle que si, que escuché su "Yo también te quiero", pero al ver como estaba preguntándomelo, no me salía decir la verdad y le tuve que mentir.

- No, me deje dormir directamente.

- Vale, entonces nada.- Me responde y sigue haciendo las tostadas, sin dirigirme una simple mirada.

Pensé que iba a decírmelo, que iba a confesarme sus sentimientos, ya que yo confié en él para contarle los míos, le conté que le quiero y quiero estar con él, pero al parecer el no quiere estar conmigo. Quizás ha sido un error decírselo, quizás no tendría que haberme enamorado de tal idiota, quizás debería salir corriendo hacia mi casa y no verle nunca más, quizás... no debería de atraerme tanto este chico con ojos esmeralda, pelo castaño, alto, simpatico, con el mismo gusto de música que yo... quizás no me quiera por tal y como soy.

- ¿Liss? ¿Estás bien? Estás muy pálida, ven, cómete una tostada.

- Mason...- susurro.- Me tengo que ir a mi casa.

- ¿Tan temprano? Quédate un poco más.

- No Mason, no. No me vuelvas a hablar. Necesito un poco de espacio entre nosotros.- digo, mientras se me saltan las lágrimas.

- Alissa...

- Adiós Mason.- le digo y en ese instante, salgo corriendo hacia la puerta, limpiándome las lágrimas con la mano y pegando un portazo al salir.

Al llegar a mi casa, ya son las 11:15 de la mañana. Ni siquiera saludé a mis padres ni a mis hermanos, que estaban todos en el salón. Mi madre ya sabía que me iba a quedar a dormir en casa de Emily, porque ayer por la tarde le envié un mensaje.
Entré en mi habitación y lo único que quería era llorar y desahogarme.
A los 20 minutos, Emily me llama.

- Liss, ¿Que te ha pasado? ¿Por que te fuiste?

- Emily, no puedo más. Anoche cuando me dejé dormir le dije a Mason que lo quería y él también me lo dijo, pero esta mañana no me lo quiso decir. Yo creía que le gustaba Emily...- le conté a mi mejor amiga. La única persona nueva que he conocido aquí en la que puedo confiar ahora mismo, junto a Dereck.

- Liss, no digas eso. Simplemente será que a Mason le costará expresar sus sentimientos.- Me responde Emily.

- Pero si ya me dijo que me quería, ¿Por que no pudo esta mañana?

- No lo sé, pero eso se arregla hablando Alissa. No te preocupes, ya encontraremos la solución. Juntas.

- ¿Te había dicho alguna vez que te quiero?

- Nooo, sólo... no se, 354 veces.- bromea mi amiga, haciéndome reír incluso cuando estoy mal.

Cuando tengo hambre, salgo de mi habitación y como con mi familia en la cocina. Al terminar de comer, como no fui a correr por la mañana, decido ir por la tarde. Subo a mi habitación, me preparo y salgo a correr hacia la playa, mi lugar favorito de toda la ciudad.

Al llegar allí, me siento en la arena y dejo mis pensamientos en blanco. Olvido todo lo ocurrido esta mañana, pero es inevitable volver a pensar en él...
No puedo sacármelo de la cabeza.
Al estar un rato allí sentada, alguien se sienta al lado mia.

- Alissa...- dice una voz, la cual yo ya había escuchado antes.- Por favor, perdóname.

Esa voz vuelve. La voz de él, el chico que amo y a la vez odio.

- Mason, no quiero hablar de esto ahora.- digo yo, levantándome bruscamente de la arena.

- Alissa, déjame explicarte lo que pasó, nada más.- dice Mason, cogiéndome suavemente la mano.

- No Mason...

- Por favor Alissa.- Me suplica él, con voz dolida.

- Vale.- accedo yo mientras me siento de nuevo en la arena, sin poder negarme más.

- A ver... sé lo que dijiste, lo escuché perfectamente y también sé que tú me escuchaste.

- Co...¿Como lo sabes?- le pregunté.

- Porque sentí como me apretaste la mano al escuchar mis palabras.

Mierda. Es verdad. Le apreté muy suavemente la mano sin darme cuenta antes de dejarme dormir.

- Vale, pero si sabías que lo había escuchado, ¿Por qué me lo preguntaste esta mañana?

- Para admitírtelo Alissa, pero al negármelo, pensé que te habías arrepentido de habérmelo dicho y pensé que no te importó nada.

- Mason... lo siento.- digo empezando a llorar de nuevo.

- El que tiene que disculparse soy yo, debería de habértelo dicho, no debería haber dejado que el miedo a no gustarte de verdad me impidiera contártelo.- Me dice Mason cogiéndome la mano.- Alissa Brookes, te quiero. Desde el primer día que te vi sentí algo en el pecho que nunca antes había sentido. Sentí que eras única, tus bromas, tu personalidad, tus ojos azules, tu sonrisa, la forma en la que te sonrojas, todo. Simplemente, tú. Me encantas Alissa y espero que puedas perdonarme por como me he comportado.

- Mason...- digo yo, admirando sus ojos.- Te quiero.- le digo antes de darle un enorme abrazo.

Entonces fue ahí, al separarnos del abrazo, cuando nuestros labios se juntaron en un beso. En ese momento sentí que solo éramos él y yo en toda la playa, en toda la ciudad, en todo el mundo.
Al separarnos, nos miramos y sonreímos mutuamente.

- Entonces, ¿Eso significa que me perdonas?- dice Mason sonriendo.

- Cállate ya, tonto.- Le respondo yo, dándole un golpe flojo en el brazo y riéndome.

- ¿Quieres que te lleve a casa?

- No, todavía no. Vamos a quedarnos un poco más aquí.- respondo, apretando nuestras manos entrelazadas y apoyando mi cabeza en su hombro.

Y nos quedamos ahí, durante lo que quedaba de tarde, viendo la puesta de sol, con Mason sentado a mi lado, con nuestras manos entrelazadas y sobretodo, sabiendo que este era el principio de una nueva historia. Nuestra historia.

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California Dream.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora