Mi Alfa Destinado「Omegaverse」

Nuestro Lazo

A las 10 pm Izuku vino con una mochila encima —Bu... buenas noches Mitsuki-sama — dijo torpe y avergonzado, entrando a la casa

—Buenas noche querido, Katsuki te espera arriba, ve.

Solo asintió

Al acercarse a su cuarto, escucho la voz de Kirishima y Katsuki, detuvo al escucharlos hablar.

—Oye, ¿recuerdas nuestra promesa?

—Claro, a pesar de ser unos niños, aun la recuerdo, no te preocupes yo te cubro

—Buenas noches — entro haciendo una reverencia.

–Qué bueno que ya llegaste, pasa.... Kirishima ya sabes que hacer.

—Si bro no te preocupes, suerte

—Su majestad, ¿de que hablaban?

—Nada importante, él nos cubrirá, tu y yo saldremos a otro lugar a dormir... así que saca todo lo de tu mochila y guarda sabanas y este par de almohadas

Izuku extrañado y confundido, solo obedeció.

—Nadie sabrá que nos fuimos, Kirishima nos cubrirá

—Pero, Majestad no será peligroso si nos descubre

—No te preocupes, ya lo ha hecho antes y varias veces no pas-... — callo y se arrepintió de haber dicho esas palabra — mierda no debí decir eso - susurro para sí.

—¿A dónde vamos, Majestad? — dijo el joven omega triste.

—A un lugar, especial, cerca de las montañas, por allá — Lo dijo mirando al norte.

Cuando llegaron, Izuku no vio nada especial, hasta que Katsuki alzó unas lianas y vio una cueva, estaba iluminada con la luz de luna, estaba naturalmente adornada.

—Es hermoso, muy hermoso

Al bajar la vista vio dos rocas planas como si de camas fueran, a lado opuestos de la cueva, luego recordó lo de Kirishima "lo cubriría".

El alfa se dio cuenta de la tristeza de su omega y decidió contarle

—Aquí únicamente y solo dos personas entraron

—¡Ohh! — exclamo con desgano y tristeza

—La primera persona que entro es aquella de la cual su nombre está escrito en aquella cama

Izuku se acercó y leyó — Eijiro.... ese es el nombre de Kirishima-san — exclamo — ¿y quien fue la segunda persona?

—Ven, acércate aquí — ordenó el alfa

Izuku se puso de colores, al ver como su majestad le enseñaba un pequeño espejo.

Katsuki tendió las sabanas en donde su nombre estaba escrito y acomodo las almohadas y sentó a Izuku en la cama y él se sentó en el piso

—Yo hable algo de mis sentimientos en mi casa, ahora yo quiero escuchar los tuyos, soy todo oído.

—Estoy algo nervioso de tenerlo asa en frente de mí, su majestad — Izuku lo miro a los ojos — yo lo amo, amo todo de usted, su fuerte carácter, como afronta situaciones difíciles y su... su cuerpo — esto último lo dijo susurrando, sacando una sonrisa a Katsuki — Sé que ha cometido muchos errores, cosas atroces y muy terribles, pero lo hizo porque no encontraba el camino.

Respiro alfo nervioso, pero tomo fuerzas

—En los textos antiguos, se dice que al nacer estamos unidos a alguien, sea que ya nació o esté a punto de nacer. Nuestro encuentro estaba predestinado desde el día en que nacimos — sus lágrimas recorrían sus mejillas y tocaba su abdomen, ahora vacío — Su Majestad sé que se siente mal por nuestro bebe, pero lo hecho, hecho esta.

Se secó las lágrimas con la manga de camisa, y le esbozó una hermosa sonrisa al alfa

—Debe seguir adelante, ahora soy feliz de tenerlo aquí conmigo. Sé que de ahora en adelante usted será diferente, cambiara enmendando sus errores y será un mejor jefe para Yuuei.

Katsuki lo miro y se preguntó que había hecho para merecer a tal ángel sentado delante de el.

Fue su turno para hablar

—Todo lo que me dices me abruma, jamás nadie tuvo la valentía de acercarse a mi y hablarme como me hablaste, eres atrevido e inteligente. Las palabras se quedan atoradas para hablar de nosotros, pero tal vez tengamos la visa para hacerlo.

Katsuki también era un manojo de nervios, es la primera vez que se sentía así.

—Toshinori-Midoriya Izuku — dijo eso poniéndose de rodillas ante el — ¿quieres casarte conmigo, llevar mi apellido, llevar a mis bebes en tu vientre y soportarme todos los días de tu vida?

La alegría en el rostro del pequeño omega ilumino la cueva, esa sonrisa que se enamoró katsuki.

—Y-yo... yo, sí ...acepto — respondió Izuku, su alegría era tal que no cabía en su cuerpo y comenzó a salir por sus bellos ojos esmeralda.

—Soy tu prometido, ahora puedes decir por mi nombre.

—Katsuki — se lanzó a sus brazos y repartió besos por todo su rostro — te amo y soy la persona más feliz del mundo.

—Yo también estoy feliz y te amo mucho — lo tomo del mentón y le dio un beso suave, que con el paso de los segundo se convirtió en demandante.

—Te amo — los ojos rubíes se ablandaron y mostraron ternura — vamos a dormir, mañana anunciaremos nuestro compromiso.

—Si

Los dos se tendieren en la cama de piedra cubierta de piel y sabanas, siendo de cobertor la capa roja de su majestad.

Al son de sus respiraciones se acompasaron y sus corazones palpitaban al mismo son.

Su lazo es más fuerte con cada respiración.