El mensaje

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Andrew Müller había comenzado a fumar excesivamente de nueva cuenta, las cosas no pintaban bien y era un milagro que la prensa aun no hubiera descubierto la relación entre dos asesinatos más, nuevamente una pareja, aunque en esta ocasión había un mensaje que acompañaba los cuerpos y Andrew no podía hacer otra cosa más que debatir si debía informar a Rebeca o no de aquella extraña situación. El cuerpo era de una mujer reportada como desaparecida hacía un par de días por sus compañeras de cuarto, era una chica joven, universitaria de alguna institución privada, su novio quien también estudiaba en la misma universidad era un alumno sin nada en particular salvo quizás por tener una madre excesivamente sobre protectora y agresiva con aquellos que quisieran lastimar a su hijo.

--- ¿Qué hacemos ahora detective?--- Preguntó Sebastián al mismo tiempo que terminaba de tomar fotografías

--- Darle tanto respeto como podamos chico

--- Me refiero con el mensaje detective

Detrás del cuerpo mutilado de la chica, sin dedos, sin una pierna, con heridas de bala provocados por un arma encontrada en el mismo lugar y que más tarde se revelaría que se había hecho ella misma, encontraron un mensaje escrito con sangre en la pared de aquel paramo abandonado en donde encontraron a la chica, el mensaje decía: "Su pasado lo encontrará" y por alguna razón el detective sintió que el mensaje lo habían dejado para él.

Habían pasado un par de semanas desde que Rebeca había regresado a su casa y durante los días posteriores a su regreso había terminado de arreglar los papeles de su trabajo, un término terrible para su vida profesional en aquella institución en la que no había sido nada más que una sombra, con unas compañeras que se decían amigas, pero que días después de su renuncia sabía, nunca más sabría de ellas. Así que había comenzado a ayudar a su madre y sus hermanas con una pequeña cocina económica con la que mantenían sus gastos y en términos generales regresar de forma metafórica a casa le ayudaba a sentirse con la fuerza necesaria para hablar con sus hermanas y su madre sobre sus problemas, sobre los acontecimientos recientes y sobre todo sobre lo sucedido en el pasado. No fue sencillo, de hecho era probablemente lo más difícil que había hecho en su vida.

Lo cierto era que su madre la culpaba a ella, sobre todo de los acontecimientos recientes, por eso encontró más sencillo regresar a su casa que a vivir con su madre, pero en sus hermanas encontró al menos un poco de empatía y entendimiento y ante los acusaciones de que nunca conocería a un hombre bueno si sabían su pasado, Rebeca sintió una extraña satisfacción al hablarles de Mellrrick.

La relación entre Rebeca y Mellrrick había crecido de forma interesante pero con mucha fortaleza, ambos chicos habían encontrado una estabilidad y habían sabido compaginar sus actividades, Mellrrick era un asesor financiero para empresas en expansión, por ende no tenía horarios fijos, pero siempre se hacía un espacio para poder ver a Rebeca, mientras que la chica iba en las mañanas a ver a una psicóloga especializada en chicas que había sufrido abusos, recomendada por el mismísimo detective Müller quien trabajó con Mellrrick para ayudar a Rebeca a ir a sus primeras sesiones, sin embargo ahora asistía sin problemas y un con mayor regularidad y confianza. Del mundo en el que Mellrrick vivía, Rebeca descubrió que existían distintas zonas en el mundo ocultas para las personas y dominadas por las presencias mágicas en el mundo, sin embargo eran similares a reservas animales, eran lugares donde existían especies en peligro de extinción y seres mitológicos que resguardados en el mundo mágico esperando el momento de volver al mundo común. Aquello se estaba convirtiendo en la nueva rutina de Rebeca, aquello en verdad le encantaba y le daba una sensación distinta, pero sin lugar a dudas el momento más representativo de cambio llegó cuando compró una planta para su cocina. La forma en la que las paredes del estéril blanco, se revitalizaron y la forma en la que el color de la planta llenaba la visión del departamento hizo clic en el corazón de Rebeca y comenzó a sentir como latía de nuevo, aquello se había vuelto sólo el primer paso y ella lo sabía.

El Corazón de RebecaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora