No mereces que te escriba, ni una palabra, ni una letra. Porque vales mucho menos que esto, y yo, merezco mucho más de todo lo que sufrí por vos.
Pero, aunque quiera (y créeme que quiero) no puedo dejar de pensarte, no puedo dejar de reprocharme que te di más de lo que merecías, te di mis lágrimas, te di mi brazos para que te refugies cuando algo te salía mal, te di palabras que salían de lo más profundo de mi corazón, y vos, solo me diste dolor. Me dejaste sola cuando lo único que necesitaba era que te quedas a mi lado, que me abraces, que me juraras que todo iba a estar bien. Me dejaste sola aun cuando estaba a tu lado. Me lastimaste, te reíste de mi, me hiciste sentir que por más que me desviva para que me quieras, nunca te iba a alcanzar.
No espero que esto te toque, que te haga sentir mal, porque si no te afecto que te mire a los ojos, llorando, y te pida que me quieras, que me digas la verdad, no espero que esto te mueva algo, te ablande el corazón, y mucho menos, me pidas perdón.
Nunca vas a extender lo que significaste para mi, ni como me hacías sentir, ni como me siento ahora cada vez que escucho hablar de vos, pero vos nunca entendiste lo que es querer a alguien de verdad. Y dudo que alguna vez lo entiendas, porque perdiste la oportunidad de que alguien te quiera como sos, aunque no tengas nada que valga la pena querer. Y ahora, ya está tarde...
Ya no somos, ya no existimos, aunque para vos... nunca fuimos, nunca existimos.
