Capítulo 7

1.1K 72 10
                                    

Narra Diana

Siempre he dicho que ver a un padre preocupado por su hija es lo más tierno en este mundo. Y ver a Richard preocupado por una Aaliyah llorosa lo es aún más. Hemos intentado calmarla pero es imposible, parece que extraña a su mamá. Christopher ha intentado hacerla reír con sus juegos, Joel ha intentado entretenerla, Zabdiel y Erick igual, ¡hasta Renato! Pero parece que todos los intentos son fallidos.

- Ya mi niña, cálmate. - Richard soba la espalda de Aly para luego entregármela, pues la entrevista debe continuar.

- Vamos Aly, deja de llorar. Tú mamá ya vendrá. - miento para ver si logra algún efecto pero nada. Cierro los ojos cansada y vuelvo a abrirlos al cabo de unos segundos. - Daremos una vuelta. - le digo a Renato y este asiente un tanto desconfiado y lo entiendo.

Camino por los largos pasillos del estudio y bajo a la niña para que camine junto a mi pero es inútil, pues se aferra como si fuera una monita.

- ¿Sabes Aaliyah? Canto horrible pero me gusta escribir canciones. ¿Qué tal si te canto una? - limpio una lágrima que cae por su suave mejilla y comienzo a cantar una canción algo estúpida relacionada con los animales. Una vez la había inventado para la maestra de kinder de mi antigua escuela, ella me había pedido que hiciera una canción para sus estudiantes y así lo hice.

- Debemos hacer como los conejos. - comienzo a brincar como toda una demente logrando sacarle una sonrisa a Aly. - Ahora tú. - bajo a la niña al suelo esta vez con éxito y continúo la canción por un tiempo.

Escucho aplausos a mis espaldas acompañado de una que otra risilla, abro los ojos muy grande y cruzo los dedos para que no sean los chicos.

Tan pronto la niña sonríe y corre hacia las personas que tengo a mis espaldas comienzo a sentir vergüenza. Casi nadie me había escuchado cantar ya que ese no es uno de mis talentos y además estaba haciendo el ridículo solo para contentar a una niña.

- ¿Desde cuándo han estado ahí? - inquiero con temor a la respuesta.

- Desde que el conejo Tiniríl estaba comienzo su zanahoria. - sonrío forzosamente al escuchar a Joel.

¿Había alguna probabilidad de que ellos hayan escuchado la menor parte de la canción? De ninguna manera, justo ese era el principio...

- Ahora comeremos algo, pero en el camino prométenos que nos cantarás la canción. - pide Zabdiel

Río - Tendrá que ser otro día a menos que ustedes estén dispuestos a bailar la canción y eso no lo creo. - estallamos a carcajadas rumbo a la camioneta.

Subo y me siento justo detrás del chofer, a mi lado está Aly y a su lado Richard.

- Oye... - miro hacia la derecha encontrándome con los ojos del moreno.

- ¿Si?

- Hasta ahora no has estado nada mal. En unos días tendremos un concierto y si sigues como vas podrás cuidar de Aaliyah. - sonrío - Ah y tendrás que enseñarme esa canción que hizo que mi hija dejara de llorar.

- Pero deberás aprenderla con su baile. - digo y él ríe.

- De acuerdo.

Lo observo por última vez y sonrío. Su sonrisa es muy linda pero el paisaje a mi izquierda debe ser más interesante. Si algo debo tener en mente es que él es mi jefe y no lo será por siempre. Debería ser más cuidadosa y olvidarme de que tiene linda sonrisa o fracasaré como niñera.

(...)

Aún sintiéndome como una vaca a punto de explotar debo mantenerme con los ojos abiertos. El sueño a causa de lo llena que estoy es demasiado pero parece que la pequeña Aly ha recobrado fuerzas y lo único que quiere es jugar mientras a su padre y a los chicos le toman fotografías. Mientras tanto yo aprovecho la ocasión para hablar por mensajes con mi mejor amiga Wendy.

Time to Love (Richard Camacho)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora