Revelaciones

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A veces todos seguimos un patrón diario. Muchos lo llaman horario, otros itinerario, otros rutina. Hoy acabo de notar que yo estoy atorado en una. Me despierto, voy al instituto, ligo un poco, más clases, vuelvo a casa, hago algunos deberes, tal vez follo y luego : todo se reduce a lo mismo. No es que mis días no sean expectaculares, pero quisiera cambiar algo.

Se suponía que Nanny vendría esta noche, hasta habíamos pedido comida tailandesa (su favorita) y había cancelado mis citas para hoy; pero no pudo llegar. La cosa paso algo así : llego del aereopuerto y fue a su casa, no contaba con que su familia le haga una fiesta y me llamó.

- ¿Alo?

- Hola buenas tardes joven , ¿se encuentra James Matthews? Quisiera hablar con él un momento.

- Él habla. ¿Quién es. . . ?

- ¡Oh mi niño! ¿Quién más va a ser? ¡Yo! ¡Soy Nanny cielo!

¡Oh mierda!

- ¡Nanny! ¡Oh joder es tan bueno escucharte! ¿Dónde estas? ¿Estas bien? ¿Paso a buscarte?

- Oh mi niño, claro, pero hoy no ; verás mi familia me hizo una reunión y bueno . . . so quieres puedes recogerme mañana.

- Oh, bueno. Esta bien Nanny. Adiós.

- Adiós mi niño.

Y esa fue toda nuestra conversación. Leo y yo tuvimos que comer lo que habiamos comprado para ella y luego de eso cada uno se fue a su cuarto. No tenía mucho que hacer. Estaba bastante aburrido y por mas videojuegos que jugara, sentía que estaba vacío por dentro.

* * *

El jueves fue particularmente aburrido. No hicimos nada interesante y Nelly no fue al instituto. No salí, no follé, no hice nada. Nanny tampoco podría venir hasta el sábado.

Hoy tampoco fue Nelly, me empecé a preocupar por ella. ¿Y si le pasó algo malo? Estaba echado en mi cama dándole vueltas al asunto. Hasta se me hacía raro no pelear con ella o tratar de odiarla todo el día. ¿Tendría que ver con el tipo al que le dio droga el otro día?

Mi teléfono empezó a sonar y el ID era desconocido. ¿Sería ella?

- ¿Hola? - dije esperanzado.

- Hola mentirosillo. Me prometiste que me llamarías. - Oh, obviamente no era ella.

- Oye mira, no quiero ser grosero, pero no sé quién eres. Tal vez te has equivocado de número . . .

- ¿James Matthews? ¿Ese es tu nombre?

- Eh, sí. - dije confundido. Esa voz se me hacía algo conocida.

- Entonces no me equivoco, cariño ¿de verdad no sabes quién soy?

- Eh, lo siento mucho - menti - pero no, de verdad no sé quién eres.

- Soy Sabrina cariño.

¿Sabrina? Sabrina. . . Sabrina. ¡Oh Sabrina! ¡Ay no, Sabrina!

- Hola preciosa, perdona por no llamarte...

- Prometiste hacerlo, bueno seguro estabas ocupado. Alguien tan lindo como tú debe tener la agenda llena.

Oh ¿en serio? Vamos, puedes hacer algo mejor.

- Claro. .. Y dime, ¿cuál es el motivo de tu llamado?

- Bueno, nos vimos hace cuatro días y ya que no me llamaste, decidí llamarte yo.

- ¿Cuatro días? - ¡Sentía que la había visto hace semanas!

- Sí - dijo riendo. - James, el motivo era para invitarte a una fiesta.

- ¿Fiesta?

- Sí, Mery se lo dijo a tu amigo Klenton

- Es Kevin.

- Oh sí, bueno se lo dijo y el aceptó. Vamos James ¿no quieres venir? - contigo no.

- No creo que pueda, alguien viene de visita y tengo que recibirlo.

- Oh pero, ¿no podrías darte una escapada en la noche? Supongo que ese alguien lo entenderá

- No lo creo, pero si puedo prometo ir ¿te parece?

- Claro precioso. Nos vemos, un beso enorme.

Corté la llamada antes que se volviera más horrible. No tenía ánimos para fiestas y mucho menos con gente que no me agrada. Salí de la cama, si Leo se animaba entonces podríamos ir. Me puse un par de pantuflas y caminé hacia su cuarto. Toqué la puerta.

- ¿Leo? Estás despierto?

- Sí, pasa. - gire la perilla y entré. Leo estaba en las mismas condiciones que yo. - ¿Que pasó?

- ¿Recuerdas el día en que me fui con Kevin, el día en que nos escapamos?

- Sí, ¿qué hay con eso?

- Kevin y yo conocimos a unas chicas y nos han invitado a una fiesta, ¿No quieres ir conmigo?  - por favor di que no.

- ¿Fiesta? ¿Dónde?

- La verdad no tengo ni idea, pero si no quieres.  . .

- ¡No! Me gustaría ir. No tenemos nada que hacer, y es viernes... ¿por qué no? - joder, justo ahora a Leo se le antoja ser fiestero.

- Bueno, la llamo y te aviso. - pensé en mentir y decirle que ya no había fiesta, pero Leo tenía razon, es viernes y no tenemos nada que hacer.

- Ok, me despiertas en una hora, aún son las 9 y ninguna fiesta empieza tan temprano.

- Ok. Yo la llamo.

Salí de su cuarto un poco decepcionado, esperaba que Leo dijera que no y así podría tener una excusa. Pero la triste realidad era que estaba obligado a llamar a esta chica y asistir a su fiesta con Leo. Debe sonar raro pero hoy no tengo ganas de follar. Entré al mío y marqué el número de Sara.

- ¿Aló? - contestó la chica.

- ¡Sara! Soy James, ¿te molesta si llevo a un amigo conmigo?

- No, claro que no. Esta es la dirección. . . - anoté la dirección de su casa que quedaba a una hora de la mía - y James cariño, soy emmm. . . soy Sabrina. -Quería reirme en ese momento. Joder ¡qué tipo de persona soy! - te veo en tres horas lindo.

Y cortó. Ay James, en qué coño te metes. Abro la puerta de mi cuarto y grito desde ahí

- ¿Leo? ¡Salimos en dos horas!

- ¡Ok!

Entré a mi baño y me deshice de toda mi ropa, abrí el grifo y me senté en la ducha. Sé que es un gran desperdicio de agua y debería irme preso por ello, pero solo quería que el agua caiga sobre mí, estaba llegando a un punto en que me preguntaba si todo esto, la careta, la falsedad y yo mismo valía la pena. Quisiera irme, tal vez cuando termine el instituto en cuatro meses le pida a mi madre que me haga un intercambio a cualquier país. No tengo razones para quedarme.

Me levanto del suelo de la ducha y me empiezo a pasar el jabón por el cuerpo, luego echo algo de shampoo a mi precioso cabello y enjuago todo. Me demoro un poco más de lo que debería bajo el agua y salgo. No traje toalla grande así que cogí la pequeña y me cubrí a mi pequeño Javier con ella. Caminé hasta mi cama y tiré la toallita. Ni mi querido Javier tenía ganas de follar.

Me tardé una hora en cambiarme: no me gustaba ni la mitad de la ropa que combinaba. Al final solo me decidí por unos jeans negros, una camiseta celeste, una casaca jean y unas vans negras. Me puse también los bóxers más viejos que tuviese al igual que los calcetines.

- ¡James! ¡Ya estoy listo! ¿Nos vamos? - sonreí.

- ¡Claro nena!

- Pedazo de marica, vamos.

Salí del cuarto y para mi sorpresa Leo se veía super bien.

- Te ves bien cariño, estas preciosa esta noche

- James, ¿puedes dejar tus mariconadas para otro día? Tenemos una fiesta a la cual asistir.

HatersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora