Nelly

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Aveces descubres cosas que por lo general suelen ser buenas, descubres que haz crecido, descubres $10 en tu viejo pantalón, o una vieja y perdida foto que significa mucho para ti, hasta puedes descubrir comida. Este no era una de esas situaciones, lo que yo descubrí... estaba tan confundido que no sabía si era bueno o malo. No imbécil esto no podría ser bueno. Estaba furioso, estaba decepcionado, estaba. . . mal. ¿Nelly bailarina? ¿Stripper? ¡Por Dios esto no está pasando!  Ella no se movía y yo tampoco; por un momento pude ver que no era tan ruda y tan mala, solo era una chica.

- ¿No vas a decirme nada? Vamos Matthews estoy lista para escucharte. - su voz sonaba enojada, decidida pero con miedo. ¿Creía que voy a insultarla? Abri la boca para responderle pero la tuve que volver a cerrar, no tenía palabras; la puta neurona en mi cerebro encargada de unir el habla con el pensamiento estaba jodida. Estaba tan sorprendido como yo. - Si vas a decirme algo dilo de una vez. 

- No. - dije secamente. No quería hacerla sentir mal, jamás lo haría, con ella no. No.. Ella me debía explicaciones y me las iba a dar. Quiera o no.

- Hace unos minutos te metiste a follar con una puta al baño y ¿no piensas lo mismo de mi?

- No. Creo que tienes tus razones, no es mi problema. Nelly mira es mi culpa yo . . .

- Bien, llévame a tu casa, no podemos quedarnos aquí. Prometo contestar tus preguntas James, solo sácame de aquí.

- Bien. - con rapidez se pasó hasta el asiento trasero, aún llevaba su traje de stripper y yo no pude sentirme más idiota. Me sentí sucio. Por primera vez en mi vida me sentí sucio. Antes de encender el auto la vi por el espejo retrovisor, se veía tan. . . avergonzada, tan rota. Se echó en el asiento trasero y cerró sus ojos. No pude conmigo, me quité la chaqueta y se la tendí.

- No necesito tu compasión, arranca el auto.

- No es por compasión o pena, no se te ocurra pensar eso.

Encendi el auto y conduje en silencio hacia mi casa, por fortuna estaba sola, Leo ya sabría como volver. Mi teléfono empezó a vibrar, lo cogí con cuidado de no dejar el volante y contesté.

- ¿Aló?

- James? Soy yo. ¿Me oyes? ¿Hola?

- ¿Si? - dije cuando pude articular palabra.

- No iré a casa hoy, saliendo de la fiesta me iré a casa de mi abuela, le debo una visita. ¿Dónde estás? No te he visto salir.

- Yendo a casa.

- ¿Estás con Sabrina?

- No, estoy solo. - dije viendo a Nelly por el el espejo retrovisor.

- Oh, ya la vi, está furiosa James. ¿Qué le hiciste? Jajajaja pobrecilla.

- Nada. Me la follé y punto. Es una zorra.

- ¿Estás bien? Te noto algo extraño amigo ¿Pasó algo? ¿Estás secuestrado?

- No. - idiota.

- Ok, bueno supongo que nos veremos mañana o el domingo.

- Ok. Cuídate Leo.

Corté y seguí manejando, al detenernos en un semáforo voltee para verla, estaba dormida. Su cabello castaño le cubría la cara y estaba cubierta por mi chaqueta. Aún así seguía estando buena y preciosa. Ahora sabes dónde viste ese trasero y sus ojos. Y ¿buena? no puedes dejar de ser un cerdo ¿o si?. Menee mi cabeza en silencio y seguí conduciendo, la carretera estaba poniendose algo jodida. Empezó a llover, genial.Estaba empezando a inquietarme y tenía demasiadas cosas en mi cabeza ahora. Así que decidí que no quería pensar, busqué la radio en su auto y la encendí, bajé el volumen hasta el 10 y di Play a la música. No sabía si había algún cd o era una memoria USB, solo sé que la primera canción me rompió, me hizo pedazos. Talking to the moon. Me sentía peor cada segundo que avanzaba la canción. Esa era mi canción. 

HatersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora