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Louis corrió hasta su madre y la envolvió en un fuerte abrazo que la mujer correspondió gustosa. Se sentía feliz de por fin tener a su madre ahí porque estaba harto de sentirse solo.

—Mami, te extrañé —murmuró y abrazó nuevamente a su madre. Ella rió y dejó un dulce beso en la mejilla de su hijo luego de separarse.

—Yo también te extrañé mucho mi bebé, pero ¿Estas bien?

Louis bajó la mirada. Hace casi una semana que fue violado, los sucesos siguen aparwciendo en su mente, aún así no fue ni la mitad de traumante que la primera vez, pero, algo así jamás dejará de ser dolorosa y horrible de experimentar.

Asiente a duras penas con una sonrisa que es difícil de sostener y Johannah no queda del todo convenida.

—¿Estas seguro? ¿No pasó nada mientras no estuve?

Louis levanta la mirada y no pasan más de dos segundos cuando rompe en llanto. Él siempre ha sido un chico mimado y que simplemente ve a su madre como su razón de ser, él es su niño y no puede evitar quebrarse al tener un vacío dentro y los brazos de ella ahí disponibles para que el se esconda para siempre de todo lo malo del mundo.

Ella lo rodea en un abrazo protector acariciando su cabello y espera a que él esté listo para sacar todo lo que lleva dentro. Si hay algo que le doliera en el alma es ver a su hijo de esa forma. Estas semanas estuvo viendo a sus hijas después de muchos años y cuando notó que ellas en realidad lo tenían todo, se dio cuenta de que tomó la desicion correcta en quedarse con Louis, quien en verdad la necesitaba, y mucho más ahora.

—Yo... Yo cometí un error muy grande, mamá. Espero que puedas perdoname porque no soy el hijo perfecto que tu mereces tener —dice, con una vez rota y que destroza el corazón de Johannah, eso es algo que una madre jamás debería escuchar.

—Pero amor, ¿de qué hablas? Eres el mejor hijo del mundo y no te cambiaría por nada —ella besa su frente e intensifica el abrazo. —Ahora dime qué pasa, ¿puedes?

Louis suspira entrecortadamente y traga grueso.

—Dejé que un chico entrara a la casa y él... Él abusó de mí —confiesa, evadiendo la mirada de Johannah a toda costa. Quien simplemente no podía creer lo que había escuchado.

—¿Qué?

—Si... Es mi culpa, yo permití que él tuviera el control.

Johannah sigue sin poder creerlo y acaricia la mejilla de su hijo mientras ella tampoco puede retener las lágrimas.

—No, no puede ser... ¿Estás bien? ¿Necesitas ir al médico? ¡Vamos a poner una denuncia!

Louis sostiene a su madre con fuerza de la mano antes de que tome su bolso.

—No mamá... No quiero. Estoy cansado, ya no quiero denuncias, ni tampoco quiero ir al médico. Estoy bien, ya no soy virgen, ni tampoco soy un niño. Él obtuvo lo que quería y estoy seguro de que no volverá a acercarse.

Johannah no puede parar de llorar y se siente terriblemente mal y culpable.

—Todo esto es mi culpa, no debí dejarte solo...

Louis niega, restándole un poco de importancia al tema.

—No es culpa de nadie, mamá. No me sentí tan afectado, después de todo al principio eso era lo que yo quería... —dice, y baja la mirada avergonzado. Su madre se repone rápidamente para no hacer sentir mal a su hijo.

—¿Quieres hablar de eso, amor?—cuestióna limpiando sus lágrimas, y Louis niega repetidamente.

—Quiero olvidarlo, mamá. Quiero estar contigo y olvidar todo lo malo que ha pasado en mi vida.

Sweet lie➳ Larry AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora