Leah Harvelle llegó a Beacon Hills en busca de un hogar, anhelaba ser libre y vivir en la tranquilidad que realmente necesitaba. Por desgracia se encontraba huyendo de una familia de cazadores extremadamente sanguinarios y no era para menos pues ase...
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Leah Harvelle
Luego de salir de la casa de la familia Argent me dediqué a caminar con Jason entre mis brazos por un largo rato, las silenciosas y solitarias calles sólo estaban iluminadas por la tenue luz de la luna mientras que el aire movía ligeramente mi cabello junto con las hojas que habían caído de los árboles. La idea de ir a Portland estaba creciendo cada vez más aunque no sabía si mi familia me aceptaría de nuevo por haberlos dejado. Aún recuerdo las últimas palabras que me dijo mi madre entre gritos y sollozos.
Si sales por esa puerta para irte con ese cazadordéjame decirte que no quiero que vuelvas, porque si lo haces no te recibiremos con las puertas abiertas.
Descartando esos pensamientos con un movimiento rápido de cabeza saqué unas monedas del bolsillo que tenía mi suéter al ver una cabina telefónica para después adentrarme y meterlas empezando a marcar el número que hace años era de mi casa, mientras esperaba a que alguien respondiera empecé a mover el pie nerviosamente.
—¿Quién habla?— contestaron con apatía luego de unos segundos, deduje que la había despertado por la hora.
—Hola madre.— saludé con un nudo formándose en mi garganta, con cada segundo que pasaba una sensación de miedo me invadía al no saber cómo reaccionaría ante mi llamada.
—Vaya, Leah.— escuché una leve risa sarcástica. —Después de estos 7 años decides acordarte de nosotros, bueno, no es que esperáramos tu llamada. ¿Qué es lo que quieres?
—Yo... sé que ha sido mucho tiempo que no hablamos pero no tengo a dónde ir y me preguntaba si podía...
—¿Poder qué? ¿volver con nosotros? ¿Recuerdas lo que te dije el día que decidiste dejarnos? que...
—Que no volviera porque ustedes no me recibirían.— terminé de decir por ella mientras liberaba varias lágrimas.
—Qué bueno que lo tengas claro, Leah. ¿Cuánto dolor te tomó darte cuenta que una mujer lobo no puede salir con un cazador? No tienes idea de cómo tú manada..., tú familia se sintió cuando les diste la espalda.— se quejó.— Un gran futuro te esperaba y lo dejaste ir... No sabes la decepción que me hiciste pasar. Créeme que vivimos mejor sin saber nada de ti.
—Bueno ¿Y qué quieres que diga?— alcé la voz sin poder evitarlo sobresaltando a Jason, cada palabra que salía de sus labios me dañaba más de lo que ya estaba.— ¿Que siempre tuviste razón? Pues sí, pero yo lo amaba. Y perdón por hacerle caso a mis sentimientos, es sólo que creí que él era diferente pero me equivoqué. Todos cometemos errores ¿no? Ya acepté y aprendí de los míos.
