All About Lovin' You | Chris Argent

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Ｉｎｖｅｓｔｉｇａｃｉóｎ

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Leah Harvelle

Al entrar al departamento solté un suspiro que no sabía que estaba reteniendo. Cuando recordé lo que había sucedido hace tan sólo unos minutos una sonrisa se posó en mis labios, una que no desapareció sin importar qué. 

—¿Qué diablos estás haciendo, Leah?— miré hacia el frente mordiendo mi labio.

No supe cuánto tiempo pasó, simplemente me quedé recargada en la puerta repitiendo una y otra vez lo que Christopher me había dicho en toda la noche. Quise convencerme de que al final todo saldría terriblemente mal con el fin de mantenerme alejada pero mi mente se rehusaba a creerlo, lo único en lo que podía pensar era en la forma en que los latidos de mi corazón se aceleraban cuando estaba en frente de él. 

—¿Pasa algo mamá?— la suave voz de Jason me regresó a la realidad.

—No sucede nada, cariño.— sonreí caminando hacia el comedor en donde dejé todas las bolsas— Te daré de cenar ¿si? después tendrás que ir a dormir porque mañana es tu primer día... ¿estás emocionado?

—Sí.— asintió varias veces dando algunos pequeños brinquitos.

—Bien.— antes de sacar el sartén me dispuse a acomodar cada uno de los artículos que había comprado, unos los coloqué en las diversas alacenas de la cocina mientras que lo restante en cuanto a alimentos lo metí al refrigerador.

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Luego de algunas horas ya me encontraba recostada en la cama mirando hacia la ventana, el cielo se hallaba abarrotado de estrellas relucientes, y por la falta de nubes logré admirarlas por un largo tiempo. No me di cuenta de que ya era bastante tarde pero por alguna razón que desconocía no podía conciliar el sueño, no importó qué tan duro tratara, simplemente no lo conseguí. No quería admitirlo, pero verdaderamente me sentía nerviosa. Me causaba demasiado conflicto no saber qué era lo que pasaría mañana.

Sin mucho que hacer me levanté cuidando que Jason no despertara y me dirigí hacia el pequeño cuarto que había convertido en oficina, después me dispuse a seguir estudiando el libro de fisiología que compré hace algunas semanas. Tomé algunos marcadores y resalté palabras y oraciones que me ayudarían a comprender mejor el texto, y por último hice algunas anotaciones.

Otra hora pasó, ya comenzaba a sentir pesadez en mis ojos así que recargué la cabeza en el escritorio para descansar un poco, pero cuando menos lo esperé me quedé completamente dormida. La incomodidad de mi postura no evitó que me quedara ahí.

El tiempo pasó rápido, y en el momento en el que sonó la alarma creí que lo que restaba de la noche había sido bastante corto, aún podía sentir rigidez en mis extremidades y mis ojos ardían lo suficiente para que yo soltara un quejido. El estridente ruido de la alarma seguía taladrando mi oído por lo que terminé caminando con velocidad a la habitación para después golpearla contra la mesita de noche. No fue mi intención, pero terminé despertando a Jason con un sobresalto.

—Lo siento mucho.— lo miré apenada al mismo tiempo que acariciaba su mejilla, él talló sus ojos con desgano— Es tiempo de bañarse, Jay.

Jason estiró los brazos hacia mi así que lo cargué, después caminé hacia el baño, abrí la llave del agua caliente y en lo que se calentaba nos preparamos para entrar. Cuando terminamos me dirigí hacia el armario alistando el conjunto que mi hijo utilizaría al mismo tiempo que buscaba qué ponerme.