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¿ᴍᴀʟᴀ ᴅᴇᴄɪꜱɪóɴ?

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Leah Harvelle

Era sábado por la mañana cuando me encontraba corriendo por el bosque en un fallido intento de despejar mi mente. Hacía unos días que mi hijo y yo nos habíamos instalado en nuestro departamento dispuestos a vivir aquí en Beacon Hills pero el saber que Allison y su padre podrían ser una gran amenaza me dejó vacilando, quizá había tomado una decisión precipitada.

Lo que había visto el día de ayer se volvió a repetir una y otra vez en mi cabeza causando que me detuviera en donde todo pasó con una expresión llena de terror y repugnancia. Aún podía escuchar las súplicas de aquel hombre que los Argent habían capturado con una de sus trampas antes de que fuera asesinado, sin mencionar que el olor metálico de la sangre aún se encontraba impregnado en el ambiente. 

Jason y yo habíamos decidido ir a pasear un momento al inmenso bosque después de haber comprado la ropa y las cosas que necesitaríamos en nuestra estancia, quizá larga, en el condado. Él venía contándome con felicidad cómo se había divertido haciendo las compras, más por el hecho de que le había comprado un montón de juguetes.

—Extrañaba pasar tiempo así contigo, mamá.— dijo tomando mi mano.No me gustaba que papá nos mantuviera mucho tiempo separados... ¿él volverá con nosotros?

—Ahorita no pienses en eso, no hay nada de qué preocuparse.— sonreí acariciando su cabello.— Él nunca volverá para separarnos.

—¿Me lo prometes?— murmuró con tristeza.

—Te lo prometo.— terminé de decir haciendo un pacto de meñique con él a lo que se rió levemente.— Nadie nos va a separar.

Luego de unos minutos escuché varios pasos corriendo cerca de ahí, así que alarmada apreté con delicadeza la mano de Jason para no lastimarlo y empecé a caminar con rapidez intentando encontrar un escondite. Seguí buscando hasta que, sin querer, hallé a un grupo de al menos 5 hombres rodeando a otro que se encontraba colgado de las muñecas. Al mirar sus facciones cambiadas noté que se trataba de un hombre lobo.

—¿Qué pasa mamá?... ¿Él es como tu?— preguntó mirando la escena aterrado, yo sólo procedí a tapar sus ojos con mi mano y pegándolo a mi escondiéndonos detrás de un enorme árbol. 

—No abras los ojos ¿si? 

Con la mirada examiné los distintos caminos por los que podríamos irnos sin ser detectados pero eso se vio interrumpido por un sonido fuerte y varios gritos llenos de dolor que me sobresaltaron, cuando volví a dirigirme a el suceso noté que uno de los hombres estaba electrocutando al que se encontraba colgado, en el momento en que entrecerré los ojos vi que se trataba de Argent.  

Aún conmocionada me quedé observando la escena sin poder huir de ahí, era como si mis piernas no reaccionaran. Sabía que lo que estaba sucediendo evocaban los momentos que viví durante los últimos años y probablemente eso era la causa de mi paralización. Luego de unos segundos sacudí levemente la cabeza optando por prestar atención a la conversación pues estaba al tanto que cualquier mínimo error que pudiera ocasionar al momento de correr nos costaría la vida a Jason y a mi.

—Vine a buscar al alfa.— respondió el hombre con dificultad.— Supe que estaba aquí. Eso es todo, yo no hice nada. No lastimé a nadie, a nadie vivo. El de la ambulancia no estaba vivo, en serio lo juro.— trató de convencerlos en vano, por el olor que desprendía noté que irradiaba miedo y no era para menos. 

All About Lovin' You | Chris ArgentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora