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Antes de comenzar quiero agradecerles con todo mi corazón a todas las personas que comentaron deseándome suerte en mi exposición ❤️ en verdad me fue bastante bien, cada comentario plasmó una sonrisa enorme en mi rostro, y de una manera evidente me motivaron por lo que todo lo demás fluyó con tanta naturalidad que me fue excelente ❤️ También quiero disculparme por haber tardado demasiado en actualizar, admito que no me di el tiempo porque me puse a editar otra de mis historias y eso me consumió por completo.   

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ᴋᴀɴɪᴍᴀ? ᴀ ꜱᴏᴜᴛʜ ᴀᴍᴇʀɪᴄᴀ ᴍyᴛʜ?

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Leah Harvelle

Lo primero que hice al abrir los ojos fue levantarme con excesiva velocidad del lugar donde me encontraba ignorando totalmente el dolor que recorrió mi cuerpo. Recordaba a la perfección haber caído inconsciente, así que sentir algo suave y extraño debajo de mí me desconcertó por completo, y en cierta parte me aterró pues por alguna razón me aferré a la idea de que los cazadores de los que tanto estaba huyendo por fin me habían encontrado. 

Girando mi cabeza hacia los distintos lados quise descubrir en qué lugar estaba, pero mi visión borrosa no me lo permitió. Antes de que pudiera hacer algo un par de manos me tomaron de los hombros y me retuvieron con fuerza ocasionando que mi respiración terminara por acelerarse aún más. Rápido intenté pelear por algunos segundos, pero no logré nada, sólo provoqué que el cansancio tomara control sobre mi cuerpo.

—Tranquilícese, soy yo.— escuché una voz familiar así que cerré los ojos y agaché la cabeza por unos minutos permitiendo que la serenidad de la oscuridad me abrazara. 

Cuando por fin conseguí calmarme abrí los ojos y suspiré notando que mi visión ya se encontraba normal. Mirando hacia el frente noté que la persona que sostenía mis hombros era Christopher Argent. Su ceño se hallaba fruncido, pero de ahí en más su rostro lucía increíblemente serio, como una página en blanco. 

—¿En dónde estoy?— murmuré muy bajo dejando que mi cabello cayera como cascada sobre mis mejillas, luego volví a tomar asiento en el sofá.

—Estamos en su departamento.— aclaró soltándome.

Lo último que dijo hizo que dirigiera mi vista a cada rincón de la sala dándome cuenta de que era verdad. Todo lucía completamente normal y en silencio, y al revisar el reloj que estaba colgado en la parte superior de la pared percibí que pasaba de la media noche, lo que me llevó a la conclusión de que mi inconsciencia duró más de lo que habría pensado.

Con el pasar del tiempo, me di cuenta de que las heridas que aún marcaban mi cuerpo de forma horrible por fin comenzaban a sanar. Lo hacían demasiado lento, pero pude sentir cómo el tejido se reconstruía hasta que los bordes sobresalientes de mi piel empezaban a hacerse cada vez más pequeños.

All About Lovin' You | Chris ArgentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora