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No es necesario

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Leah Harvelle

Tenía que aceptar que caminar por los pasillos del instituto con todas esas cámaras me ponía nerviosa, pero lo único que me tranquilizaba era el hecho de que lo que sea que la familia Argent planeaba, no tenía nada que ver conmigo. Me di cuenta porque el cazador mayor, actualmente director de Beacon Hills, no le parecía importar mi presencia, incluso llegué a pensar que la ignoraba, al igual que la de los demás profesores. Quizá la razón por la que estaba en la escuela no era por mi, sino por alguien más, alguien como Scott o tal vez Isaac.

Aún así eso era horrible, algo terriblemente injusto y desagradable pues sólo eran un par de chicos quienes no deberían estar huyendo de una muerte dolorosa. Frunciendo el ceño miré a cada alumno que recorría el instituto, intenté no mostrar ninguna señal de molestia pero no tenía ni idea de qué es lo que debería hacer.

Tal vez no sea una casualidad que esté aquí. Pensé mordiéndome el labio. Tal vez estoy en Beacon Hills por una razón que no entiendo... una razón que rodea a aquellos jóvenes.

Un temblor en mi mano derecha me volvió a la realidad, y lo derivado de aquel temblor era una sensación enorme de inseguridad y miedo, tanto que podía sentir cómo mi pulso se aceleraba, pero lo peor era que ese sentimiento no venía de mi sino de alguien más.

—¿Qué está pasando?— murmuré siguiendo mis instintos, los cuales me guiaron hacia el auditorio de la institución.

Cuando entré vi cómo una de mis alumnas caía de un muro de escalada, ningún arnés la sostenía y debajo de ella no había ninguna colchoneta que amortiguara el golpe. Scott corrió hacia ella y la atrapó antes de que su cuerpo golpeara el duro suelo, y al notar que estaba teniendo un ataque la bajó.

—Ponla de lado.— le ordené a Scott, él hizo lo que le pedí sin pensarlo dos veces.

Rápido me acerqué para atenderla, al ser un ataque epiléptico no podía hacer nada para detener las convulsiones, simplemente podía ayudarla para sobrellevarlo. Me quité el saco que traía puesto y haciéndolo rollo lo coloqué debajo de su cabeza para que no se lastimara, después miré mi reloj contando el tiempo de las convulsiones pues sabía que eso sería información relevante para los doctores.

—Llama a una ambulancia, Allison.— hablé al mismo tiempo que ella asentía sacando su celular— Los demás denle espacio, por favor.

No sé cómo pero Erica terminó tomando mi mano en medio del ataque, y la apretó inconscientemente en busca de apoyo así que la dejé ahí lanzándole una mirada llena de preocupación.

Los paramédicos no tardaron en llegar, y aunque el ataque de Erica no superara los 5 minutos se decidió que lo más conveniente era que un médico la revisara a profundidad. Pasado el tiempo la joven ya se encontraba dentro de la ambulancia recostada en la camilla, su mirada se hallaba perdida en el techo del vehículo y estaba terriblemente callada, sin darle rodeo a la situación deduje que se debía al agotamiento que conllevaba un ataque.

—¿Alguien la acompañará?— uno de los paramédicos cuestionó mirando al círculo de maestros que se había formado en el estacionamiento, nadie parecía decir nada así que comenzó a cerrar las puertas.

—Iré yo.— alcé ligeramente la voz dándole un apretón a la mano de Jason.

—Bien, suba.— me tendió la mano para ayudarme a subir, yo la tomé para después cargar a Jason y sentarlo a mi lado.

All About Lovin' You | Chris ArgentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora