Lo mejor de mí- AGUSLINA❤

Capítulo 18

Narra Carolina

-Tú decides Carolina si quieres seguir. -susurró Agustín en un jadeo.

-S-si sigue. -conteste.

Sentí tantas cosas, quise entregarme completamente a él. Volví a besarlo pasando mi lengua por su labio inferior.

Puse mis dedos en su pecho y comencé a bajarlos, sin romper nuestro beso, empecé a desabrochar su pantalón. Me ayudó a sacárselo cuando sus botones estuvieron afuera quedando así solo en bóxer.

Él empezó a jugar con el botón de mi short y entendiendo lo que haría, me levante un poco para que pudiera sacármelo. Quede semi-desnuda lo único que me cubría era mi ropa interior.

Comenzó a acariciar mi abdomen, haciendo que se me erizaran los pelos. Empezó a repartir suaves besos por mi pecho de manera sumamente placentera, luego bajo por mi abdomen haciéndome temblar. Cuando volvió a subir y se topó con mi sujetador, entendí lo que quería hacer y solo asentí.

Bajo sus manos por mis piernas sacando la última prenda que me quedaba.

-No sabes como he deseado que llegará este momento. -Me derretí escuchando su masculina voz.

Yo solo pude sonreír, ya que todo lo que me hacía no me dejaba hablar. Agustín besaba cada centímetro de mi piel con sus labios sensuales.

Me deshice de su bóxer cuando el saco un condón de no sé dónde.

Se acostó sobre mí, sintiendo su piel contra la mía, la suavidad de su pecho cuando toca el mío, besándome con pasión, deseo y todo lo que una persona pueda llegar a sentir.

-Te amo pequeña.

-También te amo Agustín. -contesté entre jadeos.

Y con un movimiento lento me penetró. Me arquee haciendo que llegará más profundo. Levanto mis muslos llevándolo más hacia él mientras empezaba a moverse más rápido.

Empecé a agarrar la sábana con desesperación, mientras con la otra clavaba mis uñas en su espalda. Comencé a gemir su nombre descontroladamente, ya que intentar reprimirlos era absurdo.

-Agustín...- Gemí en sus labios.

Agustín empezó a besarme salvajemente, haciendo que apenas pueda respirar. Abandonó mi boca para besar mi barbilla e ir descendiendo por mi cuello.

Mientras sentía los temblores del orgasmo, mordía su hombro. Era suya, en este momento solo era de él. Agustín se hundió más en mí, disfrutando de la última gota de placer.

Agustín se recostó a mi lado ya que no quería aplastarme, llevándome con él y quedando recostada en su pecho. Cerré mis ojos disfrutando de este momento perfecto. Lo único que se escuchaba era las agitadas respiraciones de ambos.

No dejaba de darle vueltas a lo que acababa de suceder. Le entregue mi virginidad a Agustín y la sola idea me encantaba.

-Eres lo mejor que me paso Agustín.-susurré con la voz cansada.