¿En serio eres tú? ||Zamasu y tú||

Capítulo 26

Perdón por la espera, espero que les guste.

Narrador omnisciente:

Era un silencio abrumador y una tensión tan tangible que se sentía en el ambiente, todos los presentes se encontraban ansiosos de atacar y no veían la hora de hacerlo.

Goku: Oye Black

Inmediatamente las miradas de los demás se fijaron en él.

Black: ¿Qué?

Goku: ¿Qué están haciendo? ¿Por qué se tardan tanto?

Tanto Vegeta como Trunks no podían dejar de pensar en lo idiota que era Son Goku, mientras que Black le respondió con una sonrisa burlona.

Black: ¿Eh? Yo que voy a saber

Goku: Yo sé que tu sabes

Black: Tch, lo más seguro es que estén haciendo más bebés

Al escuchar eso Trunks volteo la mirada un poco sonrojado, Vegeta seguía con su ceño fruncido y Goku...bueno no entendía como colas estaban haciendo más bebes.

Goku: ¿Y cómo se hacen los bebés?

Black: Jajaja yo que sé humano idiota

Y nadie volvió a abrir la boca en un buen rato. Mientras tanto en el otro lado de la ciudad, más específico en el interior del bosque en una cabaña una simple mortal y un dios con complejo de superioridad demostraban poco a poco cuanto extrañaban el roce de su piel.

Narra Zamasu:

Simplemente un roce de su tersa y blanca piel hacía que me estremeciera, la veía con tanto deseo, un deseo que no era normal ni correcto para un dios...pero por ella podría dejar de ser uno.

Se mostraba tan tímida ante mí y tan lasciva, era tan perfecta.

Comencé a desnudarme frente a ella y no sólo hablaba de quitarme la ropa sino de mostrarle lo más profundamente de mi alma y mi amor hacia ella, porque eso era ¿no?, hacer el amor.

Ella también se desnudó y lo de una manera tan elegante...tan relajante.

No podía dejar de verla.

Tan perfecta y tan mía.

Empezamos con una caricia de nuestros labios, con eso nos decíamos todo. Se volvió tan apasionado y cargado de lujuria después de unos momentos.

Como una cascada caía su cabello sobre sus hombros, la sostenía de su cintura para juntarla a mi cuerpo mientras que sus piernas reposaban cada una a lado de mi cadera, amaba la calidez que este transmitía.

Movíamos nuestras caderas con necesidad de sentirnos, pero no podía dejar de besarla y tampoco quería...al parecer ella tampoco le importaba.

Era una necesidad casi biológica sentir su cuerpo y su respiración agitada en mi cuello.

Lo introduje lentamente sacándole un suspiro de sus labios, sus manos estaban en mi cuello acercándose su pecho a mi cara...sus latidos eran muy fuertes.

Lamía, besaba y mordía todo lo que su cuerpo me brindaba, amaba su piel...un sabor tan adictivo.

El ritmo y la melodía que se producía al juntar nuestros cuerpos eran tan armoniosa, era como música.

Nuestras respiraciones se hicieron más profundas y rápidas, sabía que eso significaba que estábamos al límite.

Nos dejamos llevar por esa pasión, las embestidas cada vez eran más rápidas y los jadeos cada vez más ruidosos.

Y simplemente tocamos el cielo, pero no podía dejar su cuerpo ni ella el mío.

Necesitábamos más.

La recosté para poder bien su hermoso rostro. Lo acaricié con mi pulgar.

Zamasu: Te amo tanto

__: Y yo a ti mi amor

Volví a besarla con tanto amor y lujuria que ella sólo podía sacar a flote, mientras que empezaba otra vez a friccionar nuestros cuerpos.

Éramos uno solo.

Los sonidos tan obscenos se escuchaban en toda la habitación, no deseaba parar. Era tanto cariño y tanto amor que abrumaba todos los sentidos.

No paraban las caricias entre ambos.

Me tiene a sus pies y ella lo sabe.

Ella me ama y yo lo sé.

Y finalmente terminó todo eso bueno.

Nos miramos a los ojos una vez más, eran como ventanas de nuestra alma.

__: Por favor no dejes de amarme

Zamasu: Por favor pedóname

No paraba de verla y acariciarla, tenía que sentir que estaba conmigo.

Zamasu: Dime que esto es real, que no es un sueño y que no te irás.

__: Y tú dime...¿En serio eres el Zamasu del que me enamoré? ¿En serio eres tú?

El amor es tan subjetivo y tan desastroso...tan confuso, pero al final del día todos buscamos ser amados.

No importa la condición ni el tiempo, el amor siempre está presente. Tal vez llega tarde o temprano pero siempre llega y de  una manera tan brutal y dolorosa que no podrás ni respirar.

Porque así es el amor y el ser amados.