«Sólo a ti» | BTS J-HOPE Y TÚ.

¡Yo soy una mujer!

Jungkook me empujó dentro de la casa cerrando rápidamente la puerta.

Miré a J-Hope sin saber que decir y él no me apartaba la vista de encima.

Parecía estar impresionado de verme en su apartamento.

—Yo...Me iré — Susurré

J-Hope me agarró del brazo, parándome.

— ¿Por qué estás aquí?  — preguntó curioso.

— Yo... Vine a disculparme.

Me miró con lástima, soltando mí brazo.

— Vine a disculparme porque yo sólo pensaba que me habláis por lástima, que era una molestia... — dije con ganas de llorar.

— ¿Por qué pensabas eso?

— Hace un tiempo todos me dejaron. Se difundió el rumor de que me acostaba con todos los chicos y que era una golfa. Todos creyeron eso. No me dejaron explicar que todo eso era mentira — dije recordando esos momentos horribles.

Me miró con empatía. Como si supiera a lo que me refería.

— Por eso te dije que acudieses a nosotros cuando estuvieses en problemas — dijo mientras se acercaba a mi.

Me rodeó con los brazos.

Me dio un abrazo muy cálido, apretándome a él pero de forma cariñosa.

— Lo siento también. Por haber sido tan agresivo antes.

Negué con la cabeza.

Ya había quedado todo claro. Rodeé mis brazos en su cintura y estuvimos abrazados durante mucho rato.

Pude notar su olor y el tacto de su piel. Era como si el tiempo se hubiese parado...

Respiré profundamente,embriagándome con su aroma. Estaba tan cómoda...

Sé que sólo me abrazaba para consolarme,pero ahora estaba segura. Me dí cuenta ahora.

Me gusta J-Hope.

Me gusta estar cerca de él, me gusta mirarle, me gusta su pelo castaño claro, me gusta su flequillo, me gustan sus ojos rasgados, su piel blanquecina, sus bromas absurdas... Me gustaba todo de él. Sólo quería estar abrazada a él todo el tiempo que se me antojase.

Pero cuando nos separamos se volvió muy incómodo para ambos.

— ¿Vas a quedarte?

Negué rápidamente.

— Quédate. Ya es tarde.

Me puse algo nerviosa. No me importaba quedarme, pero él me gustaba y sería muy incómodo.

— Me conoces de hace poco. ¿Cómo es que confías en mí? — pregunté

Estuvo un rato pensativo.

— Te conozco de hace mucho — susurró tan bajito que no pude entenderle.

— ¿Qué?

Negó con la cabeza.

— No seas boba, no te haré nada. Ya es muy tarde como para que vayas sola a casa. Y herida.

No sabía que hacer. Miraba hacia todos lados sin saber qué decir.

Ho Seok me agarró del codo y me condujo por el pasillo hasta dejarme delante de una puerta.

Entró en otra habitación y volvió rápidamente, dejándome en las manos un pijama gris y azul que con sólo mirarlo veía que me iba a quedar enorme.