Esos momentos tan divertidos que pasábamos.
Esos tiempos en los cuales éramos apenas unos niños inocentes y hacíamos enojar a todas las personas a nuestro alrededor por las bromas que les hacíamos a estas; más bien yo hacia.
Tu me seguiste. A pesar de lo problemático que era, tu te quedabas a mi lado; nunca me abandonaste.
¿recuerdas?
El día en que nos conocimos. Éramos simples niños. Tu eras alguien totalmente alegre, positivo, alguien quien haría amigos fácilmente. Aun así, nunca tuviste uno.
Siempre me pregunté el porqué de eso, pero nunca me animé a decir palabra sobre ese tema.
Pues en cambio yo era alguien solitario. Soñando con tener amigos con los que poder jugar, pero me era imposible tal deseo.
¿recuerdas?
Cuando nos conocimos, me parecías alguien totalmente extraño. Una persona que no se vería todos los días. Sentía que había encontrado un tesoro, un gran y hermoso tesoro.
Adoraba tu sonrisa.
Nunca nadie me había regalado un sonrisa como la tuya. Era algo sin igual, algo especial, al igual que tus ojos, los cuales brillaban con intensidad cada vez que te devolvía el gesto; al parecer, realmente te hacia feliz y de igual forma, me contagiabas, logrando hacerme feliz.
Tu cabello era extraño, aunque no podría decir mucho, viniendo de mi, alguien albino. Pero me encantaba ver como estos retaban toda ley de la naturaleza, toda gravedad.
Parecían cual picos, que no se moverían con ningún tacto. Pero no era así, estos eran suaves, demasiado suaves, sacando toda imaginación.
¿recuerdas?
Mi familia se había enojado mucho al enterarse de ti, de mi amigo. Intentaron de todo para alejarme.
Mi hermano te odiaba, realmente quería matarte, cosa que me había asustado por completo. No quería que te hicieran daño, todos menos a ti.
Mi madre estaba furiosa. Iban a encerrarme por siempre en aquella sofocante casa. Yo no quería, realmente quería estar contigo, con nadie mas, solo contigo.
Esa noche había huido, me dirigía a tu casa, a buscarte, quería al menos despedirme, verte, mirarte por última vez antes de que me quitaran mi libertad. Tu me recibiste con los brazos abiertos, como siempre lo hiciste, para luego, después de una discusión, al final volver a mi hogar, el cual mis padres esperaban con caras severas.
Aun así en ese momento estaba feliz. Me hacía muy feliz el escucharte decir que no me fuera, que siguiéramos siendo amigos; me hizo feliz.
Pero cuando había llegado, solo esperaba a que cerrarán ventanas y puertas de mi casa. Pero lo único que recibi, fue una cálida aceptación de mi padre. Algo que me extrañó, aun así sin preguntar acepté contento, no dejaría pasar la oportunidad; de este modo podría volver a verte nuevamente.
Recuerdo que desde entonces nos veíamos cada día, jugábamos a juegos nuevos y reíamos felices.
¿Gon, recuerdas?
-- Porque, yo si recuerdo...
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Mil historias [Killugon/gonkillu]
Hayran KurguFanfic yaoi Chico x chico Killugon/gonkillu