Capitulo 2: Ojos verdes

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Estaba con mi cereal aún en la mano
-¿el día libre? - dije, con la boca llena- no, darme el día libre, tengo mucho trabajo...
Me termine de cambiar y tome unos manuscritos que debía revisar, mi bolso que estaba en el sillón y mis llaves que estaban al lado de la puerta.
Salí del departamento, ya falta 10 min. Para las 9 de la mañana. Posiblemente llegaría a tiempo, solo caminaría unas cuadras. El elevador no llegaba, no me agradaría la idea de llegar tarde, y que no me digan nada, es absurdo, es un trabajo, deberían, pero no. Y eso me molestaba, así que intentaba no hacerlo.
Salí del edificio, costaba empujar la puerta de cristal, y casi mi bolso se caía, de repente tope con alguien, mi cabeza se hundió en su pecho, me dio un pequeño escalofrió de los nervios los manuscritos se cayeron.
Cuando logre levantar la cabeza para disculparme.
-disculpa...
No podía verle la cara por el reflejo del sol.
-oye ten cuidado!.
Dijo una voz alzada.
-Fíjate por donde vas!- continuó muy groseramente, pero la verdad no me importaba, lo que no quería era llegar tarde al trabajo.
-lo siento- fue lo único que pude decir, estaba muy apenada.
Comencé a levantar los manuscritos del suelo.
Un suspiro se oyó, era ese tipo, parecía que le desagradaba tanto.
Se agacho para ayudarme, no lo entiendo, si esta de tan mal humor y enojado por mi imprudencia porque me ayuda.
En eso vi caer una gota de sangre al suelo.
Lo único que pensé fue: no ahora no. Mi cabeza solo decía eso.
Levante la cabeza para verle el rostro. ¿Donde había visto esos ojos?, y ese escalofrío de nuevo...
El recuerdo de el... no! No!
¿Que era esto?
-¿oye? Tu nariz..- me dijo señalándola - sangra.
Puse mi mano sobre ella y cuando la levante tenia sangre.
No mi nariz goteaba!, esto era malo y lo sabia.
-lo siento- le dije con el poco aliento que tenia, y le sonreí -De verdad lo siento...
Su rostro cambio de enojo a duda.
Me desmaye como era de esperarse. Sentí que unos brazos que me acogían a su pecho, levantándome.
-¿Por qué te disculpas tanto?- dijo entre dientes, logre oírlo.
Y en ese momento perdí la conciencia.
Recordé como había sido todo, estaba tal vez en la mejor época de mi vida, todo comenzaba ha tener sentido, siendo las mejores de nuestra generación en nuestra carrera, las negociación con la editorial que estaba interesada la cual les llamo mucho la atención nuestras preguntas y respuestas en la conferencias que habían dado una la semanas anteriores.
Talvez ya teníamos resuelto nuestro futuro.
Cuando un día en clases comencé ha tener muchos dolor de cabeza y casi caída por un mareo repentino. No me preocupe, creí que era el estrés, y la emoción por todo.
Airis ya había encontrado un departamento económico para las dos- ya que habíamos aceptado el trabajo en la editorial- Pero lo que menos esperábamos sucedió.
Ese día estaba platicando con mama, ella lavaba los platos mientras yo los secaba con un pañuelo, papa estaba en el comedor -Hacia la contabilidad de la casa como cada semana, ya que los gastos de mis hermanos en la universidad habeces se elevaban- acabábamos de almorzar, platicaba con ella sobre todo lo que ya teníamos preparado, por supuesto a ella le deprimía el tema, porque me iría de su casa, y casi terminábamos peleando por eso.
Cuando estábamos terminado, sentí algo extraño en mi, todo se miraba doble y mama me pregunto si estaba bien, en ese momento alce la vista, sentí que algo goteaba de mi nariz, y mama lo noto, su rostro de miedo nunca la olvidare, fue la primera vez que tuve tanto miedo, por un momento no sentí mis piernas, y caí, mama me logro abrazar pero no pudo soportar el peso, y muy asustada llamo a papa. No recuerdo lo que después paso.
Cuando desperté estaba en el hospital, con tantos cables que me sentí como rata de laboratorio.
Una enfermera estaba a mi lado, y le pregunte que donde estaba, y me contesto que en hospital de san patricio. Me dijo que no me levantara, que ella traería a mis papas.
Cuando entraron, mi mama corrió a abrazarme, me dijo que me quería y que todo iba a estar bien y ahí empezó mal, me preocupo más de lo que ya estaba.
Después entro un doctor, algo mayor como de 56 años mas o menos, su cabello era oscuro con alguna que otra cana resaltante.
Me saludo y me pregunto cómo me sentía. Dije que bien aunque algo asustada- con unos cables en la nariz que me incomodaban mucho.
Me comenzó a explicar.
No entendí la mayor parte de lo que dijo, solo que era un tipo de tumor cerebral, que afectaba la parte importante de mi cuerpo, algunas partes esenciales.
Lo peor de todo fueron las posibilidades; la posibilidad de que la quimioterapia y medicación fueran efectivo requería mas de un milagro, ¿que pasaba con ese 75% de posibilidad que a mí me faltaba?
Mi madre lloraba mucho, me abrazaba trataba de hacerme sentir mejor, pero no era a mi a quien se lo debía decir, mi padre intentaba ser fuerte por mama, pero cuando estaba mas preparada para lo que iba a llegar, sucedió algo peor.
Llegaron las cuentas de cuánto costaría cada quimioterapia, ahí mis padres más se desmoronaron.
Baje a buscar mi celular después de cenar y los vi platicando en el comedor.
-la cuenta acaba de llegar- dijo mi padre llevándose la mano al cabello.
Mi mama terminaba de secar los plato.
Me escondí pegado a las escaleras.
-tenemos que pagarlo, Sara necesita las quimios.. algo se debe de hacer- la voz de mi mama se oia tan preocupada.
-solo nos queda una opción...- continuó mi padre- hipotecar la casa- afirmó.
-los gastos son elevados, la universidad de los chicos, la preparatoria de mary, mas los gastos de la casa y la quimioterapias de Sara... los chicos no se pueden quedar sin escuela y mucho menos Sara sin sus quimios, prometimos que haríamos lo posible para que nada malo le suceda.
-¿Subsistirá lo suficiente?- dijo mi madre aceptando.
- Por un tiempo- Dijo mi padre
Mi madre lo abrazó mientras él estaba sentado en el comedor.
-seremos fuertes más que nada por Sara.
En mi rostro comenzaban surgir las lágrimas, no podía permitir eso, que hipotecaran la casa o que hasta la vendieran y que mis hermanos no pudieran ir a la universidad. Que se quedaran sin futuro por un 35% de posibilidad!, Que ante todo no era nada. Que mis padres y mis hermanos perdieran todo por mí, sacrificarse por mí, siendo un caso perdido.
Me limpie las lágrimas y subí a mi cuarto. No pude dormir pensando, que podía hacer al respecto y tome la decisión que marcaría todo.
Hable a la mañana siguiente con ellos, sabía que los lastimaría con lo que les iba a decir, pero era mi decisión tomar las quimios o no.
Obviamente se opusieron al principio, pero pasara lo que pasara no me convencerían.
Así que terminaron por acepta mi decisión. Aceptarían que no tomara las quimios pero... tendría que seguir con la medicación, aunque creo que sin la quimioterapia no tendría sentido tomarla.
Pero si esa era la única manera en que mis últimos días yo pudiera ser quien quiero ser no habría otra opción, aunque mis papas fueron mas listos de lo que imagine.
No se si amenazaron o contrataron a Airis pero técnicamente la obligaron a que se ocupara de mi, como mi enfermera.
Aunque deteste depender de ella, tengo que aceptarlo, con condiciones para no arruinar la vida de los demás.
Y así comenzó todo.

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