A la mañana siguiente me levanté más temprano de los común, y pude levantar más temprano a Airis para que no fuera a trabajar tarde, como el día anterior que supongo que Así fue. Desayunamos cereal con fruta y salimos una hora antes, llegaríamos más temprano ya que la oficina no quedaba muy lejos del edificio.
Airis me había contado que habían abierto una nueva cafetería en la esquina antes del editorial y que la publicidad era muy buena, promocionaban un café muy delicioso, con unas fotos muy llamativas. Así que me pidió que pasáramos por un café antes de llegar a la oficina ya que íbamos temprano.
La cafetería tenía un edificio grande, normal para una cafetería, pero las puertas de grandes ventanas, muy grandes, con unas mesas afuera con sombrillas. Por dentro era muy claro por la luz y muy amplio. Llegamos a la barra y subida la mirada para ver el menú.
-¿tu?..! - dijo Airis muy molesta- ¿nos está siguiendo?.
Baje la miraba para ver de quién hablaba. Su alto perfil, con su caballo castaño y los ojos color aceituna que nunca olvidaría. Adam estaba ahí con un mandil color cafés amarrado la cintura.
-bienvenidas... a "Coffee Rain"- dijo aún con su sonrisa amplia.
-genial..- dijo Airis- abren una cafetería y nuestro vecino favorito trabajar ahí.
-Hola Sara- me dijo alzando su mano.
-buenos días Adam- le dije sonriendo.
-no trabajo aquí...- dijo concentrado en la computadora- soy el dueño.
-eso es aún mejor..- respondió Airis- ¿no eres YouTuber?.
-sí, pero para mí también era un sueño abrir mi propia cafetería.
-eso es maravilloso,- lo dije o lo pensé, puse mi mano en la boca para taparla.
-me alegro que te guste- dijo viéndome a los ojos, alegrado por mis palabras.
Airis me volteo a ver por lo que dije. Pero yo solo le devolví una sonrisa.
-Airis elije, no retrasemos la fila- dije dándome cuenta que había personas atrás de nosotras.
-está bien- dijo con una cara de fastidio- quiero un Café con un toque de canela- y volteo a verme- ¿y tú?.
-un café normal.
-bueno...un café con canela y un café normal, a nombre de Airis y Sara- dijo teclado en la computadora de la Barra.
-Esto es un chiste- dijo Airis en un bufón.
- Ya compórtate, solo hace su trabajo- le dije con una cara seria, y creo que la tomo en serio.
Cómo ya habíamos esperado unos minutos decidimos sentarnos.
- Eres necia por querer venir a trabajar- me dijo Airis haciendo conversación.
-Tengo que entregar mi opinión sobre estos manuscritos, antes de que los jóvenes que los enviaron busquen otra editorial.
Ese era mi trabajo. Y le prometí al Señor Parker que nada afectaría mi trabajo y ya había roto mi promesa. Y eso me hacía sentir mentirosa. No quería volver a fallarle.
En ese instante en la barra se oyeron nuestros nombres; "Sara y Airis".
Cuando llegamos a la barra el estaba ahí con nuestros cafés a la mano.
-Que disfruten su café, vuelvan pronto- dijo con ánimos
Airis no le respondió.
- gracias - le dije con los mismos ánimos.
-Que tengas un buen día- con sus pómulos tan rozado por la sangre que corría en sus venas, admití que sus palabras eran tan sinceras. Con una gran sonrisa que yo al instante le devolví.
Airis me empujó algo molesta
- Que demonios le pasa a ese tipo, cree que después de cómo nos trato, íbamos a ser tan amables como el ahora lo es! JA! Se ve más sincero atravez de la computadora, no me haga reir.
Me sentía tan feliz de haberlo visto que no quise defenderlo sobre Airis, sería un pleito. Pero por qué me sentía así, de feliz. Que pasaba conmigo.
Cuando llegamos a la oficina 20 minutos mas temprano, estaba muy calmado nada parecido a la editorial después de las 9 de la mañana.
-El chico es un idiota, pero el café está muy bueno- dijo Airis.
Lo probé y de verdad estaba muy bueno. Nada parecido a ninguna cafetería.- si está muy bueno- le dije a Airis con una sonrisa.
Creo le debería decir las razones de Adam para su comportamiento el día anterior, si no iba a seguir teniendo una mala impresión de el, y me di cuenta ¿por qué me preocupaba eso?. Aún sabía que debía hacer lo correcto espero que Airis llegue a comprender.
-Airis necesito explicarte algo- le dije antes de que entrara a su oficina- tenemos tiemp
Entró a mi oficina. Yo coloque los manuscritos en el escritorio.
-esto me está asustando Sara...- dijo sentándose en una de las sillas enfrente del escritorio- ¿te sientes aún mal?.
- no es eso.- habla, habla me dije a misma- se que estás enojada con Adam, por como nos trato cuando nos conoció. Pero No es lo que parece...- estaba nerviosa.
-es un idiota!.
- No. O talvez si. - que fuera lo que tuviera que ser- se está escondiendo.
- ¿que? , ¿De su ex-novia o que?- ya estaba algo irritada- se que termino mal con su antigua novia pero no para tanto.
- No sé si es por eso- eso no lo sabía- me contó que está harto de los paparazzi y un poco de los fans, y que no era la primera vez que una chica se desmaya enfrente de el solo para llamar su atención.
-entonces ¿creyó que éramos unas impostoras?- a que rumbo quería llegar .
- ¿por qué estás a la defensiva?- ahora yo era la que estaba enojada- cometió una equivocación y cuando se dio cuenta de su error lo reparo.
- imagina que te hubieras muerto, el ni lo sabría por desconfiar!- a dónde llegaríamos con esto.
-se disculpo y ya!-esta discusión terminaba aquí.
-y como tienes corazón de pollo aceptaste su disculpa- dijo alzando las manos al cielo.
-deja de ser injusta y controla tu rabia- ya era suficiente.
-esta bien lo dejaré por la paz- dijo dándose por vencida. Y con una sonrisa pícara volver a verme- ¿ cuando lo vistes que se disculpó?, por qué no fue en su departamento.-una gran sonrisa se izo en su rostro- LO VOLVISTES A VER!? ¿Dónde? ,¿Como?, y ¿Cuando?- su voz se alzo- con razón tanta defensiva- me dijo apuntándome con su dedo
- No confundas las cosas, solo lo vi en el jardín del edifico- sentí que mi rostro ardía- No imagines cosas que no son, yo hice una promesa y lo sabes, y la cumpliré.- dije viendo a la ventana.
- si! Esa estúpida promesa- dijo bufando- Sara no puedes hacer que tu corazón haga una promesa. Cuando te enamores ni cuenta te darás, y ni tú promesa tonta no lo impedirá.
-Eso no va a pasar, no habrá más daños colaterales, y mi promesa lo cumplirá, no podría morir sabiendo que pude haberlo evitado y así será- entrelace mis dedos- no le romperé el corazón a alguien mas nunca me lo Perdonaría.
-Linda mereces enamórate una vez y no es por qué vallas a morir,- dijo sonriendo- y verás que valdrá la pena esforzarse por algo que amas. Ni tú promesa lo impedirá.
-Talvez, pero nadie merece que le rompa el corazón- recordé mi sueño, el dolor que había causado mi muerte en esa persona, su sufrimiento, me partía el alma, no puedo ser a si de envidiosa.- por enamorarme no iba a condenar a alguien.
Airis ya no había continuado el tema por qué sabía que eso me deprimía, me prometí a mí misma no enamorarme. Sólo me concentraría en el trabajo.
En ese momento Tara toco la puerta.
-Buenos días. Llegaron más temprano- dijo muy animada. - ¿como te sientes Sara?- dijo dirigiéndose a mi.
Voltee a ver a Airis con los ojos algo abiertos, odiaba mentir - ya mejor Tara, gracias- le dije manteniendo una sonrisa amplia gracias por ocuparte de la oficina ayer- le dije levantándome.
Por supuesto ni Tara sabía lo de mi enfermedad, era como un secreto del más alto nivel. Cómo en las películas.
-Bueno empecemos el día- le dije muy animada- ¿hay tareas? ¿O algún recado?.
- unos pocos; tiene un par de citas con algunos escritores con manuscritos en la mano- dijo con una sonrisita al fina- y hoy hay una junta de editores en la sala de juntas, el hijo del editor en jefe llega de su viaje de negocios- dijo viéndolo en su Tablet.
- Bueno pasa esas citas a mi agenda y localízalos a una buena hora. Ya estaba enterada del regreso del hijo del editor, entonces avísame 10 minutos antes de que empiece la junta- le dije en un tono serio, recorrí un poco la sala de la oficina-.
- Está bien- dijo aún escribiendo en su Tablet -¿algo más?
- puedes traerme una taza de café por favor- ya se que mas café, pero el sabor del anterior me hacía recordad los ojos de quien me lo había vendido
- con gusto, entonces me retiro- dijo saliendo de la habitación.
Airis aún seguía sentada, viéndome con una sonrisa
-¿y tu no piensas ir a trabajar?- le dije en burla.
La saqué de su trance.
Soltó una gran risa.
-si, solo que me impresionó la editora Sara- aún se reía- pero ya me voy.
-lárgate- le dije empujándola- si no, no trabajas- hasta que la lleve a la puerta.
-no vemos a la hora del almuerzo- dijo y entró a su oficina.
Me concentre en revisar portadas de libros, algunas eran estupendas pero otras nada que ver con el tema. Tenían que representar la esencia del libro y así llamar la atención del lector.
El teléfono sonó. Era la de extensión de Tara..
-Sara el Sr. Olwens Black me acaba de informar que vendra a hablar contigo en media hora, ¿confirmo?.
- Confirma- le dije con la cara hundida en los bocetos.- gracias- y colgué
Sentí que debía felicitar al Sr. Olwens por su excelente libro. Y no era solo por qué Adam me diera su opinión, pero estaba convencida que merecía ser publicado.
El señor olwens llego después de un par de minutos, Tara lo dejo pasar. Y con el trajo mi cafe.
-Sr. Olwens, un gusto. Tengo noticias sobre su manuscrito.
-Espero que sean buenas, estoy algo nervioso, así que llámeme olwens por favor.
Era un hombre muy simpático de piel morena clara muy amable. Se le notaba su sencillez.
-Bueno olwens- le dije resaltando la parte de su nombre con una pequeña risa. - me honra avisarle que su libro "estrellas en el horizonte" será pública en nuestra editorial , sin ningún cambio alguno. Hoy habra junta de editores e informaré de mi decisión.
Su rostro de alegría era inexplicable, estaba tan feliz que se levantó y me abrazó.
-gracias!, Gracias, para mí es un orgullo. Gracias...- dijo estrechado ahora mi mano.
Creí que iba a llorar.
-Después de hablar con la junta me comunicare con ustedes para decidir la portada- me había contagiado la Felicidad. Eso era lo que más amaba de mi trabajo.
El me agradeció mucho por la oportunidad que le habían dado, casi tuve que correrlo de mi oficina para que se fuera a festejar su logro.
-Tara!- alce un poco la voz, no quería usar el teléfono si ella estaba alado.
-¿si?! - entro a la habitación
-ya te confirmaron a qué hora va a ser la junta?.
-No. Pregunté a las demás secretarias y ninguna sabe, ya que el vuelo del Sr. Nicholas no sé a confirmado.
-Esta bien, avísame cómo acordamos.
Y regreso a su puesto.
Me perdí en tanto trabajo que perdí la noción del tiempo. Ya era hora del almuerzo.
-Tara iré a almorzar- cualquier cosa avísame al celular- pase al lado de su escritorio.
-no te preocupes-dijo aún sentada.
Fui a la oficina de Airis y su secretaria estaba en su escritorio.
-hola July- le dije con una sonrisa- ¿podrías preguntarle a Airis si ya está lista para ir a almorzar?.
- hola Sara- me dijo- Airis no esta, se fue a la imprenta con Peter, me dijo que te avisaría- dijo algo apenada.
Esta bien, tiene trabajo.- busque en mi bolso mi celular, y encontré un mensaje de Airis.
Sara, lo lamento hubo un problema en la imprenta. Necesito arreglarlo, almorzamos después.
-si me aviso, pero no había visto su texto. Gracias July.
-Hasta pronto- dijo regresando la vista a su computador.
Ya habían pasado 10 minutos, debía apurarme en ir a almorzar.
Salí del edificio en busca del restaurante que estaba enfrente de la editorial. Hoy era día de ravioles (solo cambiaba el relleno).
El restaurante se llamaba "champagne and flowers", era muy bonito por dentro, no era de alto estilo ni nada. Y por eso me gustaba era clásico sin pretender ser elegante y caro.
Desde que habíamos llegado y vi la fachada. Era un lugar de descanso y con muy buena comida. Su menú variaba conforme los días. Y no necesitabas hacer reservación, su lema era " el destino trae a los clientes" , y eso me hacía sentir que formaba parte del destino.
Cruce la calle, con precisión ya que es una calle un poco transitada. Cuando entré admito que hubieron muy pocas mesas. Y una joven me dijo que sólo habían para cuatro personas ya que la barra estaba llena. Pero eso no iba a ser impedimento para unos buenos ravioles.
Me senté en una mesa pegada a la gran ventana. Tenía una excepcional vista a la calle, me sentí como en los años 70, me dio un poco de risa imaginarme así.
Le pregunte a la mesera si había rabioles, y me dijo que si y que hoy tocaba relleno de espinaca.
-y un vaso de jugo de naranja, por favor- le dije terminando de hacer mi pedido.
- en un momento - me dijo escribiendo en su libreta.
-gracias- le dije antes de que se fuera.
Seguí viendo por la ventana, observando la vida de los demás. Verlos llorar o sonreír. Siempre pensé que tras cada lágrima y risa hay una historia interesante. Y me sentía feliz de que ellos pudieran tener una vida larga y normal por mi.
La mesera regreso con mi comida. Y en vaso de jugo.
-que lo disfrute- me dijo sonriendo.
-gracias- le dije sonriendo, que linda. Detrás de esa alegría hay una historia.
Comencé a comer. Antes de que terminara mi tiempo de salida.
Estaba concentrada comiendo cuando una sombra se reflejó en mis ojos, con su plato de sopa en la manos. Y se sentó enfrente de mí.
Oía cómo como sorbía su sopa. Su cabello castaño cubría su rostro al estar con la cabeza agachada. Y en un momento levantó la vista, mientras yo intentaba ver sus rostro. Y lo vi. El me vio directamente a los ojos. Adam. Con una mirada alegre.
-Quiero comer con una linda compañia- me dijo sonriendo.
-Podrías dejar de aparecerte así- le dije seria- y yo soy la acosadora-
-Dudo mucho que lo puedas hacer- dijo con la boca llena- te ves muy linda viendo la ventana- me dijo terminado de masticar su comida.
Yo seguía viéndolo. El subió la vista y yo no pude más . Bajé la mirada. Y el sonrió. ¿Que era esto? el calor de mis Mejías.
-¿Me estás siguiendo?. Crees aún que le diré a todo el mundo donde vives.- le dije mientras comía.
-No están difícil seguirte.
- Que descaro - le dije algo enojada.-¿no tienes trabajo?- jugué con mi cuchara.
-Hora de almorzar- ya mantenía la vista fija en mi- come, no vayas a volver a desmayarte por qué ahora sí le hablo a una ambulancia antes de llevarte de nuevo a mi departamento- dijo señalando con los ojos al plato de comida enfrente de mí. Y riendo fuertemente...
-¿Te puedo hacer una pregunta?- le dije intentando hacer conversación-
-¿podemos?- dijo pensando
-¿por que no?- esto ya era muy raro- ¿somos amigos no?.
-yo diría que vecinos conocidos- dijo con la boca llena-
-amigos es más fácil.
-es una palabra muy corta.
-¿Puedo o no?!- a dónde quería llegar este chico.
-bien..- está vez había ganado.
-¿por que me llevaste a tu departamento en vez de llamar a una ambulancia!?- pura curiosidad- si creías que era una acosadora.
-no lo sé, cuando te desmayaste me frustre, creí que estabas realmente loca. Pero vi rostro, con tu pequeños ojos cerrados, eres cálida mientras duermes.., y no quería que la gente hiciera un escándalo, así que preferí llevarte en mis brazos- en su mirada se veía el recuerdo.
- ¿me cargaste?! - abrí un poco mis ojos, de la impresión.
-no pesas nada- dijo riendo.
Era agradable conversar con alguien así, me hacía sentir más viva, más normal.
-Tus ojos son muy bonitos- lo dije o lo pensé- quiero decir que me recuerdan a alguien.- ¿Que era lo que estaba haciendo?
-Me creerás si te digo que eres la primera persona que me lo dice sinceramente- me dijo viéndome a los ojos
-¿enserio?, Es difícil de ignorar- le dije alzando las manos.
-Las personas lo dicen solo por quedar bien conmigo- dio un sorbo a su jugo- creo que tú eres la excepción.
Por un instante sentí que el mundo nos ignoraba y todo transcurría en cámara lenta, que era esto una especie de juego.
-no tendría por qué mentirte solo para quedar bien- le di un sorbo también a mi jugo.
Y cuando levante la mirada, el me veía, con un rostro de pregunta y duda. Su expresión era tierna.
-creo que podría enamorarme de ti...- sus palabras se pronunciaron con una sonrisa amplia.
Y un suspiro de susto salió de mi pecho, junto con mi corazón que se agitaba.
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Mi Estrella Favorita
Fiksi RemajaSara había prometido nunca enamorarse. Su sueño es convertirse en una gran editora, junto con su mejor amiga, Airis. Así es como llega a New York. Pero luego aparece Adam, el chico de su pesadilla, el de los incomparables ojos verdes . El dueño de s...