Capítulo 37 :Nuestro ultimo baile .

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Airis trajo la maleta como le pedí dos días después .
-Linda Adam vendrá algo tarde- me decía dándome un baso con agua- Tiene una reunión de trabajo ¿puedes quedarte un momento sola en lo que llega?. No quisiera dejarte sola, pero necesito pasar a la editorial.
Asentí.
-No te preocupes estoy bien- le dije sonriendo.
Me sentía muy bien. De muy buen humor.
Pero quería salir del hospital.
Airis se había ido y la habitación era un gran silencio.
Hoy era un día muy cálido. Un día perfecto.
No podía salir en bata de hospital, y la única ropa que tenía era la de la maleta roja.
Tenía mucha suerte habían un par de zapatos negros que no recordaba que estaban ahí.
Me mire por última vez en el espejo y vi a una Sara calmada. No sé notaban mucho mis ojeras y mi piel no estaba tan pálida. Tenía los cables del oxígeno puestos.
Ya que habían dejado mi carrito al lado de mi cama, para las ocasiones en las que salía a caminar.
Trate de peinar mi cabello y lo deje en una coleta baja.
Creía que el vestido ya no era de mi talla, ya que lo había comprado meses atrás. Pero no era así.
Tome el libro de la mesa al lado de mi cama y mi celular.
Le mande un mensaje a Adam.
¿Podrías venir al lago?
Sara.
Ya era casi las 4 de la tarde.
Cuando salí del hospital vi por fin el sol. Había olvidado como brillaba.
Caminé por las calles el lago estaba a 6 cuadras. Quería caminar.
Solo mi carrito en una mano y mi libro en la otra.
Vi a muchas personas . Niños y ancianos. Personas que disfrutaban su vida . Ya que para ellos si había un mañana.
Cuando por fin llegue al parque donde estaba el lago. Las flores de primavera ya estaban aquí. Habían personas haciendo picnic y otros en lanchas en el lago.
Me senté en la banca enfrente del lago.
Esabanca que tenía más de mí que mi propia ropa.
Donde Adam me había besado por segunda vez.
Donde me había contado la perdida de su padre.
Donde todo había dado un segundo paso.
Mire el anillo en mi dedo. Aunque fuera muy fino, el nombre de él y el mío estaba juntos ahí. Escritos en metal.
Tome el libro encima de mis piernas y el tanque de oxígeno al lado mío.
Debía admitir que mi vida no era un total desastre. Dentro de lo que cabe fue hermosa. Conocí personas que hiciron mi vida momentos memorables. Trabajé y disfrute mi trabajo como siempre soñé. No por mucho tiempo, pero fue perfecto.
Conocí nueva York.
Hice amigos muy especiales.
Encontré al dueño de mi cielo. Aprendí de él.
Nunca hay que rendirse si de verdad se ama. Todo es posible.
El sacrificio lleva a la felicidad.
Nunca me arrepentiré de mis decisiones.
-Sara- me dijo su voz detrás de mí.
Volteé mi rostro para verlo.
-Mi vida ¿Qué haces aquí?- llevaba puesto un trate azul. Que acentuaba sus ojos verdes
-Esperándote- le dije sonriendo- ven soentate conmigo.
-Pero- me dijo acercándose.- deberías estar en el hospital- le faltaba aire.
-Estoy bien- estire mi brazo hacia el.
Tomo mi mano mano y se sento al lago de mí..
-¿Qué haces aquí?- me volvió a preguntar.
-Estaba harta de estar en el hospital. Quise salir y caminé hasta que llegue aquí.
-Debemos volver- me decía viendo el lago.
-Después de ver el atardecer.
-Falta una hora y media.
-¿Esperarías conmigo?- volteo a ver mi rostro.
-¿Después nos iremos?- me pregunto.
-Te lo prometo- le sonreí.
-Trajiste el libro- me dijo viéndolo en mis manos.
-Ya casi lo terminamos de leer - le dije alzándolo.
Comenzamos a oír música.


-Hay un evento de bandas musicales en el domo- me dijo buscando mi rostro-¿Bailamos?- me dijo de sorpresa.
-¿Aquí?- le pregunté sorprendida.
-Debemos hacer tiempo- me dijo extendiéndome su mano- Además sabes que amo bailar contigo- me dijo con una gran sonrisa.
No podía bailar con los cables de oxigeno, no como yo recordaba bailar con el.
Hací que comencé a quitármelos.
-¿Qué haces?- me decía sorprendido.
-Estoy bien- le dije sonriendo.
Tome su mano.
Puso su otra mano en mi cintura.
-No sé cómo lo logras- le dije soltando una pequeña sonrisa.
-¿hacer que?- me pregunto aún con su sonrisa.
-Enamorarme mas- baje la vista, me daba un poco de vergüenza admitirlo.
-Creo que por qué el sentimiento es mutuo- mi vista se alzó.
Tomó una de mis mano y me dio una vuelta en el aire.
Nos reímos.
Mis pulmones debía aguantar era lo mínimo que podían hacer por mi.
Las personas que pasaban a nuestros alrededor nos observaban y algunos tomaban y grababan.
-Nunca te conté que mis seguidores te aman también- me decía mientras seguíamos bailando.
-¿Enserio?- le dije sorprendida.
-Admiten conmigo que no hay ninguna chica en el mundo que se compare contigo.
-¿es un alago?- le pregunté sonriendo-.
-Es un cumplido.- me afirmó- Después de que te operen abriré un canal para nosotros dos, y tú viajaras conmigo- Mi corazón se rompía mas- obviamente después que te recuperes- me sonrió.
No pude contenerme más, lo solté y lo abracé. No quería que me viera llorar.
-¿Qué sucede?- me pregunto abrazándome con fuerza.
-Se que para ti es difícil pero..
¿Que debía hacer?, yo posiblemente no tendría un mañana, una próxima semana, un mes siguiente ni mucho menos el año que viene.
Adam quería una vida conmigo y yo no podía dárselo.

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